





A días de que el presidente Javier Milei defendiera frente a la Asamblea Legislativa y de manera categórica el fin de la obra pública sosteniendo que no genera trabajo, que quita capacidad de demanda en otros sectores y que es sinónimo de corrupción política, el gobernador Martín Llaryora insistirá hoy en desafiar ese axioma libertario.
Convencido de que en Córdoba el electorado reconoce las obras de infraestructura pública, el sucesor de Juan Schiaretti jugará esa ficha en año electoral. Echará mano al viejo manual cordobesista y reivindicará un plan cemento para la provincia; claro, muchos menos ambicioso que el de años anteriores pero basado en la prueba empírica del rédito electoral que le trajo al oficialismo.
En este caso, el mandatario provincial encabezará desde el Centro Cívico y en simultáneo con las localidades de Arroyito y San Francisco un mega acto para anunciar el llamado a licitación del tramo final de la autopista Ruta 19; una deuda histórica de los sucesivos gobiernos nacionales con Córdoba.
Se licitarán 29,4 kilómetros entre Tránsito y Arroyito (avance del 50%) y otros 35,5 kilómetros entre las localidades de Cañada Jeanmarie y San Francisco (avance del 25%). El presupuesto para terminar la autopista ronda los U$S 153 millones, según especificaron desde la Provincia.
El especial interés que demuestra Llaryora sobre la región que lo vio nacer políticamente y frente a la negativa del gobierno de Javier Milei para cumplir con obras que quedaron pendientes, llevaron a que a mediados del año pasado la Provincia solicitara el traspaso de la vía que une Córdoba-San Francisco.
“La 19 tendría que ser la ruta del progreso, de la vida, del desarrollo y no la ´ruta de la muerte´. El proyecto está paralizado y todavía quedan 65 km para completar la autopista. Si bien es bastante, estamos dispuestos a hacernos cargo y terminarla de una vez”, decía Llaryora allá por el ´24.
Tras un acuerdo rubricado con el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, Córdoba asumió entonces la responsabilidad para concretar esa vía que, quizá, se termine convirtiendo en la obra insignia de la administración llaryorista. Sobre todo porque, en función a los planes del oficialismo, quedaría terminada para el final de su mandato cuando existe un interés reeleccionista.
En el peronismo provincial están convencidos que no hay mejor campaña que una buena gestión y que, pese a la demonización que insiste el Presidente en hacer de la obra pública, entre los cordobeses prende más el concepto de progreso que el de corrupción asociado a ese tipo de inversión.
Así las cosas, Llaryora pronunciará un discurso basado en dos planos conceptuales: por un lado, una fuerte crítica en torno a la “vergüenza” nacional que significa la paralización de una obra anunciada hace más de 50 años; y por el otro, marcar un contrapunto contundente con la Nación en cuanto a la idea del cordobesismo en torno las obras de infraestructura como parte necesaria para la promoción del desarrollo y la seguridad de los habitantes. La presentación técnica estará a cargo del ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Fabián López, mientras que se espera la participación de otros intendentes de la zona.
“Terminar esta obra es una prioridad para los cordobeses. Por eso, el Gobierno de Córdoba asume la responsabilidad de finalizar esta autopista clave, que garantizará una conexión segura y eficiente entre la Ciudad de Córdoba y las localidades de los departamentos Río Primero, Río Segundo y San Justo, hasta San Francisco. Más seguridad, más desarrollo, más oportunidades. Esta obra no solo salvará vidas, sino que también potenciará la producción y fortalecerá la conexión con Santa Fe y el Mercosur”, rezaba la invitación que recibieron quienes participarán del acto hoy.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE SORIA YANINA.



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