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Control de daños

OPINIÓN Mónica Gutiérrez*
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Milei llegó a Estados Unidos. Se reunió con Elon Musk y le regaló una motosierra dorada. Un momento vibrante que quedó inmortalizado con la selfie de rigor. El show debe continuar.

Acto seguido, lo recibió Kristalina Georgieva con cálido abrazo y cumplidas consideraciones.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional dijo que “el plan de estabilización y crecimiento de Argentina está dando resultados significativos”. No mucho más.

El viaje a EEUU, no exento de riesgos relacionados con las denuncias presentadas por los que se consideran víctimas de una estafa, aporta poderosas imágenes al operativo de “control de daños” que pretende desplegar el oficialismo.

Musk convocó a Milei a saludar desde el escenario de la CPAC, la Cumbre de Acción Conservadora. “Esta es la motosierra contra la burocracia”, manifestó el magnate que está al frente de la DoGe, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, que el mismísimo Donald Trump encomendó al multimillonario CEO de Tesla.

Nada parece indicar que el entorno trumpista vaya a incomodar a Javier Milei con el asunto del Cryptogate. Muy por el contrario todo se encamina a que el escándalo, que ya acumula demandas ante la Justicia norteamericana, puede terminar luciendo como una provocativa cucarda para el líder disruptivo y global que Milei pretende ser.

La movida de la memecoin libertaria espeja, aunque con menos fortuna, a la criptomoneda que Trump lanzó poco antes de ser Presidente jugando su propio nombre en la moneda. Lo mismo hizo su legítima esposa, Melania Trump, al patrocinar un token crypto asociado a su identidad. Una iniciativa en cuyo lanzamiento dice haber participado el mismísimo Mark Hayden Davis, ahora en el ojo del huracán.

Trump encara su segunda administración presentándose como el primer presidente cripto de los Estados Unidos. La Casa Blanca y parte del Congreso aparecen empeñados en aprobar una legislación clave sobre las monedas. La industria cripto sigue con ansiedad los próximos pasos del flamante presidente y la posible formación de una reserva estratégica gubernamental de criptomonedas.

El tiempo apremia. Los legisladores afines al mundo cripto trabajan para convertir en ley dos proyectos. Uno establecería regulaciones y requisitos para los emisores de stablecoins, activos cuyo valor está atado al dólar y otras monedas tradicionales, y otro para fijar reglas precisas para la operación de plataformas de intercambio de estas monedas y otras empresas.

En estas pampas, entretanto, cuando se cumple una semana de la seguidilla de fatídicos tuits que gatillaron el más severo escándalo en lo que va de la gestión libertaria las explicaciones que ofreció Javier Milei acerca de su protagónica participación en el lanzamiento de $Libra no alcanzan.

El relato exculpatorio no cierra. Lejos de mejorar su posición, los argumentos desplegados por Javier Milei en la nota televisiva de la discordia no logran articular una defensa razonable.

El hecho de que el derrape se produjera en el terreno de la economía sólo suma daño.

Daño hacia sí mismo y daño a los demás.

¿Puede el Presidente economista, que se jacta de ser capaz de producir crecimiento sin dinero, desconocer el derrotero e historial de las memecoins? Y lo que es más grave: ¿puede arrojarse al vacío dando el puntapié inicial de una nueva moneda “sin estar interiorizado” arrastrado solo por un irrefrenable tecno optimismo? Todo muy raro.

En la entrevista Milei se expuso en peligrosa ligereza, echando mano a razones de evidente liviandad conceptual. Al victimizarse, se mostró frágil, vulnerable.

La caracterización que hizo llamando “timberos” a los compradores demuele éticamente el fundamento que le dio a su tecno entusiasmo difundidor. “Si vos vas al casino y perdés plata es tu problema”. La cuenta de X, como un garito.

“No es por ahí Javo”, debería haberle advertido a tiempo su asesor estrella en lugar de potenciar el escandalete irrumpiendo en la escena televisiva con la frescura de un patrón de la vereda.

Un dislate que se filtró y aportó una dosis extra de confusión y debilidad a la figura presidencial. Un episodio del que todos los participantes salieron dañados y que, al viralizarse, descubrió las fisuras que afectan al estrechisimo círculo íntimo del jefe de Estado.

La exquisitez y/o riqueza de vocabulario no parece tampoco ser el fuerte del Presidente. Con un léxico escaso, en el que dominan las muletillas, insultos y obscenidades discriminar entre “promocionar” y “difundir” fue también un atajo atropellado. En su cuenta personal, en la que se presenta simplemente como economista, incluyó la dirección del contrato de la criptomoneda que facilita su adquisición.

El tuit fue fijado en su perfil, le dio extrema visibilidad a su incursión en la red. Funcionó como un catalizador que disparó los tokens hacia el infinito y más allá para quedar estampados contra el piso a poco de consumarse el retiro de los apostadores.

El argumento de que fijó el tuit para sortear las sospechas de que había sido hackeado tampoco ayuda. Menos aún los datos que se fueron conociendo acerca de las advertencias en el submundo del ecosistema crypto de que una memecoin libertaria, mileísta, anarcocapitalista, estaba por salir a escena.

El archivo también le juega en contra a nuestro Presidente. En 2022, siendo ya diputado nacional, elogió el activo digital de una empresa de videojuegos, Vulcano. No fue un buen consejo para sus seguidores. En solo semanas Vulc se derrumbó.

Lo de CoinC parece aún más oscuro porque la plataforma recomendada por Milei fue denunciada por estafa. El que se quema con leche, no siempre que ve la vaca llora.

Según testimonios recientes de usuarios de X la información acerca de la aparición de un token auspiciado desde la cuenta del presidente argentino era un tema presente desde hacía más de dos semanas. En el ecosistema en el que navegan los hunters, snipers y cazadores de proyectos atentos a la posibilidad de comprar a costo bajísimo algo que solo se consigue con inside information, este tema volaba.

La concentración de adquisición de tokens en pocas billeteras virtuales permite suponer que la filtración de la información de la posible irrupción de Milei haya llegado a tiempo a un calificado grupo de insiders. Esos a los que Milei llamó “degenerados timberos” y a los que él mismo permitió ganar millones de dólares en cuestión de minutos, dejando en el camino a un tendal de compradores de buena fe.

Milei recibió este jueves buenas noticias. No solo quedó convertido en ley la suspensión de las PASO. El Senado rechazó la iniciativa de habilitar una comisión investigadora del affaire. Por un solo voto no se logró llegar a los 48 necesarios para aprobar el proyecto que era impulsado por la oposición dialoguista y el kirchnerismo.

La defección de legisladores que se bajaron luego de haber declarado su acompañamiento no solo trajo alivio al oficialismo al evitar que el Senado se transformara en una cámara de eco del crypto escándalo, sino que además mostraron a la oposición deshilachada, fragmentada e inerme frente a las presiones del oficialismo sobre los legisladores. Doble sobre sencillo para LLA.

Causó estrépito que el mismísimo jefe de bloque del radicalismo, Eduardo Vischi, cambiara su voto a horas de haber refrendado la iniciativa. Martín Lousteau, presidente del radicalismo, también quedó pataleando en el aire. El kirchnerismo se hizo una fiesta.

El intento del oficialismo de hacer avanzar la aprobación en el Senado del pliego del juez Lijo fracasó en la semana más difícil. Un tema en desarrollo. La idea de nombrar a los jueces por decreto se da de frente con un contexto crítico en el que el Gobierno no debería sumar conflictividad.

El Cripto Gate es a Milei lo que la fiesta de Olivos fue para Alberto Fernández. Un hecho oscuro con cuyo fantasma deberá convivir hasta el final de su mandato y más allá.

El fiscal Eduardo Taiano ya dispuso una batería de medidas de prueba. En la causa se investigan las figuras penales investigadas son abuso de autoridad, estafa, tráfico de influencias y cohecho. Se trata de establecer la responsabilidad que tuvieron Javier Milei y los empresarios involucrados. En el requerimiento no figura Karina Milei, la hermanísima.

No es posible saber qué precios deberá pagar el Presidente libertario por su “ingenuidad”. En lo inmediato uno puede imaginar una pérdida de credibilidad y/o confianza en su imagen y reputación. No se conoce cómo impactará en el año electoral, ni en la decisión de los votantes. Por el momento no parecen registrarse pérdidas por el lado de la urnas.

Con el kirchnerismo en el extremo polar y la oposición dialoguistas sin lograr cohesionar propuesta alguna de centro, la Argentina no dispone de un plan B.

 

 

* Para www.infobae.com

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