El Defy Extreme Jungle de Zenith el es el reloj más exótico de 2024. Lo podrías llevar a un safari en Tailandia y se mimetizaría con el paisaje a la perfección. También a la selva amazónica. De hecho, continúa la saga de cronógrafos Defy Extreme de la relojera suiza. En 2021 presentó el Defy Extreme Desert, con el color ocre de las dunas, y, dos años más tarde, el Defy Extreme Glacier, que empleaba calcedonia, una piedra de tono azul pálido. Los climas salvajes del uno al otro confín terrestre no suponen ningún contratiempo para estos relojes herméticos a 200 metros.
El Defy Extreme Jungle, el último de la serie, está limitado a 50 piezas y brinda una combinación de materiales inédita que aporta textura y color: el titanio pulido y el ojo de tigre, una variedad de cuarzo amarillo y pardo dorado en bandas con reflejos tornasolados. Zenith ya experimentó en el Defy Extreme Desert con una piedra similar, el ojo de halcón, opaca y gris azulada. Gracias a estas piedras semipreciosas, no hay dos relojes iguales.
La caja angular de 45 mm de diámetro hace que el ejemplar sea difícil de esconder, si bien no resulta pesado, porque está fabricado en titanio. Y el ojo de tigre se ha limitado a los protectores de los pulsadores y al anillo dodecagonal, que se inserta entre la carrura y el bisel, en una estructura compleja.
A juego va la esfera abierta de zafiro, con rayas de tigre en los contadores, elementos verdes (que para eso está preparado para la jungla) y marcadores y agujas luminiscentes de color beis. A través del dial se entrevé el funcionamiento de El Primero 9004, que queda al descubierto en el reverso. El Primero es el calibre por excelencia de Zenith desde 1969, y ha evolucionado hasta este movimiento de cronógrafo automático de alta frecuencia con indicación de las centésimas de segundo.
Se consigue con dos mecanismos independientes, cada uno con su fuente de energía y su órgano regulador (como veíamos en el Tradición Chronographe Indépendant 7077 de Breguet). Son los volantes dobles característicos del modelo: uno late a 5 Hz (36.000 alternancias por hora) para dar la hora y los minutos, y el otro, más pequeño, late a 50 Hz (360.000 alternancias por hora) para el cronógrafo, que así gana en precisión, y cuyo segundero realiza una rotación completa cada segundo alrededor de la esfera cuando se pone en funcionamiento el cronógrafo. Una velocidad de vértigo. La reserva de marcha se limita a unas 50 horas, y su precio se eleva con respecto al cronógrafo medio de Zenith: 28.000 euros. Ofrece un sistema de correas intercambiables: un brazalete de titanio más urbano que selvático, una correa de caucho verde caqui en relieve con cierre desplegable y otra de velcro negra.
Fuente: GQ