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Tensión entre Llaryora y Avilés: Pierde Carlos Paz y la temporada de invierno está a la vuelta de la esquina

POLÍTICA 16/06/2024 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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De cara al inicio de la temporada turística de invierno, uno de los momentos de mayor impacto de la economía cordobesa a lo largo del año, la tensión entre el gobernador Martín Llaryora y el intendente de Villa Carlos Paz, Esteban Avilés, se acrecienta. 

Con un desaire que incluyó, entre otras cosas, el faltazo del alcalde de la ciudad más importante para el turismo cordobés al lanzamiento de la temporada en dos ocasiones: primero en Córdoba, hace casi diez días; y el segundo esta semana con la escala en Buenos Aires.

Actividad, la segunda, de la que formó parte el propio Llaryora en la Casa de Córdoba en Caba y con la presencia de otros intendentes de ciudades turísticas, funcionarios y empresarios del sector. Por lo que la ausencia de Avilés no pasó desapercibida, más aún porque el intendente armó en Santa Fe su propio lanzamiento turístico.

De todas maneras, fuentes provinciales reconocieron que el vínculo "en lo institucional está bien" y que hay diálogo y presencia de funcionarios de Carlos Paz en las actividades que conciernen al turismo.

 

La fricción entre ambos se arrastra desde la campaña del año pasado, cuando Llaryora aceptó la negociación con Avilés por pedido del schiarettismo y el por entonces exfuncionario de Juan Schiaretti dejó pagando al candidato del cordobesismo en varias actividades proselitistas en Carlos Paz. "Amagó varias veces, dijo que iba y al final se desmarcaba siempre. Encima, se perdió la banca de la Legislatura en el departamento; pero nosotros ya sabíamos que él estaba negociando con (Luis) Juez y (Rodrigo) De Loredo" dijo un llaryorista puro.

 

Avilés fue titular de Turismo en la primera parte de la tercera gestión de Schiaretti en la Provincia y siempre tuvo un buen vínculo con el caudillo y socio fundador del cordobesismo. No así con Llaryora, donde primó la desconfianza mutua y estallaron las diferencias en el último tiempo.

 

Al punto que el gobernador decidió romper con una tradición del PJ en la convivencia con el intendente carlospacense y le empezó a caminar la villa serrana. "Venían mal, pero Esteban se enojó fuerte cuando en las recorridas por Punilla Llaryora sumó a la gente de (Carlos) Caserio y metió en el Gobierno a Emilio Iosa, excandidato a intendente y rival de Avilés el año pasado", dicen en Carlos Paz. 

Lo de Iosa es un caso curioso. Enfrentado históricamente con Avilés, fue candidato a intendente de Juez el año pasado en Villa Carlos Paz y la campaña la basó en el estado de contaminación del lago San Roque, uno de los mayores espejos de agua de la provincia. Pero, apenas arrancó la gestión provincial, Llaryora lo sumó al área de Ambiente, por lo que Iosa se despegó del juecismo.

"No sabemos si lo nombró porque realmente cree en la capacidad de Iosa, para joderlo a Avilés o para jodernos a nosotros", razonó un juecista.

En este espacio, los detractores de Llaryora y Avilés acusan que la tensión entre ambos perjudica al sector turístico de Carlos Paz de manera directa. "Martín se enojó, pero Avilés es un pavo real. Se cree que está Schiaretti y después viene él, tiene mucha soberbia el tipo, calculá que rechazó a (Mauricio) Macri en su momento", dijo un juecista de Punilla y agregó: "es cierto que se ve corrida de la escena a Carlos Paz en la temporada y eso preocupa a hoteleros y gastronómicos porque el turismo es entre el 35 y el 40% del PBI de la ciudad, para nosotros es como para el sudeste provincial la soja". 

En el peronismo reconocen que la tensión con Avilés es porque el intendente apunta al 2027 y lo observan cerca de un radical: el exintendente Ramón Mestre. "Hay que mirar qué puede pasar ahí, con Juez no porque no tiene relación. Va a tratar de armar algo por otro lado", marcó una fuente del peronismo de Llaryora en Punilla. El distrito más desfavorable para el actual gobernador en las elecciones del año pasado.

Ahí radica también buena parte del discurso de Avilés que, en plena tensión con la Provincia por coparticipación, estado del lago San Roque y transporte, tildó al gobernador de "kirchnerista", rótulo sumamente incómodo de acuerdo con el léxico que maneja la política cordobesa. "El cordobesismo de Llaryora tiene un fuerte condimento kirchnerista", dijo en La Voz hace casi un mes.

 

Llaryora no responde, pero hay gestos. De cara a la próxima temporada de invierno empoderó a otros intendentes con ciudades donde el turismo es el motor de la economía. Desde el Mar de Ansenuza, a Calamuchita, Traslasierra, el norte cordobés y Cosquín, cerca de Carlos Paz, asoma el tejido de alcaldes como contrapeso al desaire de Avilés. En Turismo sostienen que el vínculo es el mismo con todos, que hay diálogo y se interactúa, pero la tensión entre ambos mandatarios es notoria. 

Con información de LPO, sobre una nota de Gabriel Silva

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