La vicepresidenta Victoria Villarruel hace equilibrio en el Senado. En los casi tres meses que van de gestión libertaria ha logrado desarrollar un buen vínculo con los senadores de la oposición dialoguista, quienes notan un cambio sustancial en el trato respecto de los cuatro años de Cristina Kirchner.
Con todo, transita por un estrecho desfiladero. Y es que alcanzar acuerdos con la oposición amigable puede ser una tarea de difícil concreción, sobre todo si el presidente Javier Milei insiste en confrontar con mandatarios. La convocatoria a gobernadores y la eventual firma del Pacto de Mayo permitieron alivianar las tensiones y bajar los decibeles de la confrontación. En Senado insisten en que están para defender las políticas que lleva adelante la Casa Rosada, pero sin perder “la esencia de cada uno”.
Es por ello que Villarruel hace malabares pero no deja de buscar un perfil propio. En lo que va del año se ha reunido con varios gobernadores. Desde Maximiliano Pullaro, de Santa Fe, hasta Gustavo Sáenz, de Salta, con quien compartió la celebración por un nuevo aniversario de la Batalla de Salta. Visitó Corrientes, en donde se mostró con Gustavo Valdés, y su más reciente gira fue a suelo mendocino, cuando coincidió con Alfredo Cornejo en la vendimia y dijo que Mendoza es una tierra de “libertad”. Este viernes, visitó ExpoAgro. Para la titular del Senado, desarrollar buen vínculo con los mandatarios es clave, teniendo en cuenta que sus posiciones políticas tienen aún más peso en la Cámara alta.
En ese marco ya le hizo saber a Milei que no tiene los votos para blindar el megadecreto en caso de que llegue al recinto. La cuenta que hacen en la Cámara alta es de 40 votos en rechazo. “La llave ya no está en el Senado; está en la reunión con los gobernadores”, resumió una voz. Y es que en el oficialismo entienden que la negociación por la ley Bases y el capítulo fiscal podrían moderar las posiciones de los bloques dialoguistas por el DNU.
En la semana, debieron interceder desde la Casa Rosada para coordinarh una nota con los bloques del PRO y de la UCR dirigida a la bicameral, para poner en consideración también los DNU dictados durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández pendientes de tratamiento. Una maniobra de dilación, que les permitió a Nicolás Posse y a Luis Caputo ausentarse de la citación realizada para defender el megadecreto.
Villarruel logró establecer buenos vínculos, fundamentalmente con el PRO. Días atrás citó a los diferentes bloques al Salón Gris, a una reunión de Labor Parlamentaria. Los opositores no sabían dónde quedaba. Y es que no habían sido invitados nunca en los cuatro años de Cristina.
Con todo, la titular del Senado recibió el mensaje de los bloques dialoguistas de que está jugando al límite del reglamento si no convoca a sesión especial para tratar el megadecreto en el recinto, y que su conducta es plausible de ser denunciada por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
En ese marco, la vicepresidenta y el bloque oficialista reciben críticas (de propios y extraños) por la falta de estrategia legislativa en el Senado, lo que es atribuido a la falta de experiencia.
Villarruel mantiene un vínculo protocolar con Milei. No tiene despacho en Casa Rosada. Así lo prefirió dado que tenía que mover gente para ocupar el lugar. Mantiene diálogo fluido con Posse y con Guillermo Francos. En LLA dicen que es una “buena mina”, que “no miente”, pero que es “rígida” a la hora de negociar.
En la semana circuló la versión de que se habría alejado de su principal alfil político, Guillermo Montenegro. En su entorno señalaron que no existe tal alejamiento, sino que el legislador por la provincia de Buenos Aires se abocará a su labor en Diputados.
* Para www.perfil.com