Milei enfrenta al interior y quiere a “limpiar” el Congreso

La caída de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados, producto de la impericia del Gobierno Nacional, enfureció al propio oficialismo que, resuelto a cobrar revancha de lo que interpreta (o vende) como una traición de los gobernadores, anunció la eliminación de los subsidios al transporte para el interior. 

Sería, advierten en el mundo libertario, apenas el primer capítulo de una batería de medidas que apunta a extirpar el déficit de un solo golpe, sin demasiado análisis de los costos sociales que traerá aparejados.

Lo curioso es que el oficialismo avanza, con esta primera medida, principalmente en contra del interior. Algo sorpresivo para cualquiera que haya visto el mapa del balotaje, donde 21 de los 24 distritos se pintaron de violeta, y fue precisamente el Conurbano Bonaerense el único distrito de peso que rechazó la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada.

Para descubrir alguna lógica en el movimiento, hay que prestar más atención a la estrategia comunicacional del oficialismo que a los inconmovibles hechos de la realidad.

Bajo la exégesis libertaria, el avance en contra de las provincias es un avance en contra de los gobernadores, y la responsabilidad es de los mandatarios, por no haber permitido -aprobando la Ley Ómnibus y refrendando las facultades delegadas de Milei- un ajuste más “ordenado”.

En el mismo canal, los artífices de la comunicación libertaria simplifican los hechos sin temor a desnaturalizarlos, y reinterpretan la defensa de los recursos e intereses de las provincias como meros negociados de “la casta”.

Es, en realidad, un camino obligado para el oficialismo, que intenta, desde el minuto cero, esquivar el Congreso para dirigirse sin intermediarios a la ciudadanía porque no tiene fuerza en las cámaras legislativas.

Tras la caída de la Ley Ómnibus los libertarios asumen que deberán llegar al meridiano de su gestión gobernado casi exclusivamente a fuerza de decretos de Necesidad y Urgencia, pero aspiran a que eso cambie tras las elecciones de medio término.

Paradójicamente, será en las provincias donde el oficialismo deberá ir a buscar la representatividad legislativa de la que hoy carece, y para eso deberá reforzar la estructura partidaria que soportó su candidatura presidencial.

Milei debió a hacer grandes concesiones a las autoridades de los partidos que integraron La Libertad Avanza, varios de los cuales jamás tuvieron proximidad ideológica alguna con los preceptos del presidente.

Hacia 2025, los libertarios aspiran a consolidar una estructura partidaria más sólida, en la que no sean necesarias semejantes concesiones, construyendo un bloque menos heterogéneo en la Cámara de Diputados y ganando fuerza para llevar adelante las reformas que indefectiblemente deben transitar el Congreso.

A quienes les gusta adelantar más jugadas, incluso especulan con la posibilidad de que los libertarios terminen confluyendo en un armado conjunto con el PRO, del que Mauricio Macri parece resuelto a recuperar las riendas, sumando avales de los presidentes provinciales del partido.

Es una hipótesis lejana, pero no descabellada. Ya hubo una prueba piloto de esa alianza en el balotaje, y el respaldo del partido amarillo se hizo sentir en Diputados.

De concretarse, el primer GPS que deberá recalcular será el de la UCR, que ya pasó largos años como furgón de cola del PRO.

Con informacion de Diario Alfil, sobre una nota de Felipe Osman.