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La otra transición: cómo son los diálogos secretos entre Martín Llaryora y la oposición

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Mario Negri, Luis Juez y Rodrigo de Loredo se pusieron al frente del pelotón opositor en Córdoba, casi en simultáneo con su desgranamiento. Con la certeza de que seguirán los pases dirigenciales de Juntos por el Cambio (JxC) al Partido Cordobés que construye al gobernador electo, Martín Llaryora, levantaron las banderas de la defensa de las instituciones de una provincia que Juan Schiaretti se encargó de mostrar en el debate presidencial como un modelo de buenas prácticas democráticas. Sin embargo, hay puentes reales de comunicación entre las partes para elaborar los acuerdos de convivencia que regirán después del 10 de diciembre.

Este viernes, el tridente encabezó una conferencia de prensa para abordar un hecho consumado: la modificación del funcionamiento del Tribunal de Cuentas de la provincia que, desde el 10 de diciembre, estará bajo control juecista. Fue la primera embestida en conjunto de las referencias de la alianza que espera el ballotage para terminar de sellar su suerte.

"A los cordobeses que están preocupados por la Argentina, desde el lunes deben comenzar a preocuparse seriamente por lo que viene en Córdoba", avisó Negri y Juez remarcó: “Esta es la peor manera de debutar en el ejercicio de la gobernación”.


Detrás de la preocupación legítima, la rosca política sigue un rumbo subterráneo porque, en paralelo, se desarrollan conversaciones exploratorias para plantear los cuadrantes dentro de los que se moverá el oficialismo y la oposición.
Llaryora instruyó a su acotada mesa chica para que mantenga reuniones con los líderes de la oposición. Estos emisarios ya han mantenido contactos con el sector que lidera el diputado Negri, también con el propio Juez y parte de su equipo.
Aseguran que las conversaciones políticas caminan por la línea de lo razonable, al punto que altísimas fuentes del nuevo cordobesismo reconocieron que la relación será equilibrada.

En especial con Juez, con quien ya han mantenido varios contactos. En el llaryorismo afirman que el senador es un animal político, que ya procesó su derrota y se prepara para lo que sigue. Bajo esa perspectiva de análisis, entienden que se mantendrán en el tiempo “los gestos” entre rivales políticos que comparten un mismo objetivo: la necesidad de mantener a raya el surgimiento de nuevos perfiles políticos que puedan ser un problema hacia adelante.

Mano a mano con Luis Juez
Para dar fe de lo expresado, las mismas fuentes recuerdan, por ejemplo, que Juez cedió la presidencia rotativa del Tribunal de Cuentas de la Municipalidad de Córdoba a pedido del propio Llaryora. El órgano encargado de controlar el gasto de las reparticiones públicas de la capital tiene un esquema de presidencia rotativa, donde el último año de gestión la titularidad pasa a manos de la oposición.

En esa reunión que se dio a comienzos de la administración peronista de la ciudad, el senador aceptó el capricho del recién llegado. Es más, hasta dejó expresado por escrito el compromiso a pedido del beneficiado y desconfiado Llaryora.

Como ya contó este medio, Llaryora prefiere a Juez en el ring del debate público y al senador esta centralidad le sirve para mantener su nivel de injerencia. Sin embargo, estos emisarios selectos del sanfrancisqueño intentaron retomar el diálogo con el radical De Loredo, sin suerte.

El mensajero radical
Sí hubo reuniones con el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, y el llaryorismo paladar negro para tener llegada al diputado que no hace mucho decidió levantar cabeza después de la derrota capitalina. Por ahora, las mediaciones no han prosperado, pero aseguran que el diálogo es necesario.

Preocupa al oficialismo el control del intendentismo y, en especial, el juego del radicalismo en la Legislatura, donde el diputado tiene una verdadera tropa. Un vínculo con De Loredo es tan necesario como con Juez para ordenar la convivencia, pero el oficialismo entiende que recomponer la relación no será una tarea sencilla, pese a las amstades en común.

En el entorno de Llaryora reconocen que De Loredo quedó dolido por el "carpetazo" en medio de la campaña capitalina, cuando dos aspirantes al Concejo Deliberante quedaron salpicados por relaciones con causas de narcotráfico de familiares directos.

De Loredo sostuvo a esos dirigentes en su lista y reconoció más tarde lo mucho que lo afectó esa situación. El llaryorismo ya le contó a los alfiles de Evolución que tenían esa información desde hacía bastante tiempo, pero que en una decisión de la mesa de campaña de Hacemos Unidos por Córdoba se decidió no usarla. Hubo una interna allí entre la nueva y la vieja guardia del peronismo que no se pudo contener cuando Juez habló en medios porteños después de las elecciones provinciales.

"Los tipos repartían droga", lanzó Juez durante una entrevista con el canal LN+. El cordobesismo estalló y el material explotó en la campaña de De Loredo. Como se evidencia, el peronismo admite que metió la uña, pero prefieren plantearlo como una contraofensiva obligada.

Como sea, ese vínculo llevará más tiempo para que camine por parámetros normales.

Con informacion de Letra P.

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