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Juez logró lo impensado. La UCR está dispuesta a apoyarlo

POLÍTICA 28/03/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior

Si el radical Rodrigo de Loredo deviene en nuevo líder de la UCR de Córdoba el tiempo lo dirá. Su renunciamiento a la candidatura a la gobernación por Juntos por el Cambio (JxC) en favor de Luis Juez fue correspondida con una ola de apoyo “boina blanca”: autoridades partidarias primero, en la voz del histórico Mario Negri; de los intendentes de su partido, después.

Para sumar más elementos a la épica de esta declinación hubo un atemporal pedido de internas. Myrian Prunotto, la líder del radicalismo díscolo que trabaja para extender los beneficios de la gestión del peronista Martín Llaryora a través del Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana, puso en evidencia con ese gesto el fracaso del plan transversal del delfín del gobernador Juan Schiaretti. La unidad de JxC anuló deseos transfuguistas de aliancistas disconformes por la indefinición.

Juez logró lo impensado. La UCR está dispuesta a apoyarlo en la revancha con la que sueña desde 2007. Quedan algunos sectores rezagados. Además de la liga de radicales filoperonistas que lidera Prunotto, el angelocismo referenciado en Javier Fabre manifestó su descontento con un pedido de intervención judicial para que se habilite la interna para cargos electivos. De Loredo los definió como “expresión minoritaria”.

Entonces, si hay apoyo, hubo acuerdo general antes. Juecistas y radicales reconocen que ya se puntearon las listas. Los Mestre tendrían asegurada una candidatura legislativa. El mayor, Ramón, para la Cámara de Diputados; el menor, Diego, como legislador provincial por la Capital. Las exigencias de Negri están atadas a las decisiones de las fórmulas: si De Loredo es “vice” de Juez, peleará por imponer a su hijo Juan Negri en la dupla municipal, preferiblemente en el tope de la boleta. En cambio, si el referente de Evolución apuesta a la intendencia, el exvicegobernador impulsa al presidente de la UCR, Marcos Carasso. Al medio, el PRO, que no quiere ser subestimado por el peso específico que ostenta en la alianza nacional.

Con este frente provincial en discusión civilizada y bajo el amparo de la unidad, Juez calcula sus próximos pasos. Sabe que su potencia aumenta de la mano de De Loredo. Por ese motivo, una de las primeras definiciones de campaña marca la consigna de moverse en tándem, independientemente de la posición que el renunciante decida.

Retomará los contactos con los aliados heridos, entre ellos, el marcosjuarense Pedro Dellarossa, a quien prometió un lugar de prestancia en el futuro gabinete. Será la figurita repetida en las campañas municipales del radicalismo, como ocurrió en La Falda el domingo 19 de marzo y el jueves pasado en Hernando. Tiene lógica: varios intendentes peronistas despegarán sus comicios de las elecciones provinciales. Por último, junto a De Loredo forzará al extremo la identificación del peronismo cordobés con el kirchnerismo. “Son iguales, aunque con mejores modales”, dirá.

Dando por descontado que el primer gran objetivo de Juez para quebrar la hegemonía de más de dos décadas de Hacemos por Córdoba (HxC) se cumplió con su sociedad con De Loredo primero y con la UCR después, los rápidos movimientos del gobernador Schiaretti lo obligan a mantenerse atento, pero en especial los de Llaryora, más imprevisibles.

Una réferi conocida
Schiaretti le bajó el pulgar a la re-reelección de intendentes que se motorizaba en la Legislatura y chocó con su delfín al no ceder a su pedido de adelantar las elecciones a mayo, pero no quedó todo allí: la estrategia de despegar la elección provincial de la capitalina es del jefe de HxC y encuentra en Llaryora una abierta resistencia. Schiaretti teme que De Loredo arrolle al exponente del oficialismo, Daniel Passerini, y esto impacte negativamente en la performance de Llaryora si se vota todo el mismo domingo.

La táctica juecista de ventilar la posibilidad de una doble candidatura de De Loredo tocó nervios sensibles en el llaryorismo, que aprobó en comisión del Concejo Deliberante capitalino el proyecto de reforma del Código Electoral que modifica el margen temporal para convocar a elecciones municipales, que actualmente es de 90 días. Sin embargo, en la sesión especial el bloque recalculó. La iniciativa de la frentetodista Olga Riutort se aprobó sólo con el artículo que impide las candidaturas testimoniales.

El oficialismo quedó expuesto. JxC logró abrumarlos y esta semana explotará el error táctico con una nueva presentación judicial. Pedirá que se impugne por falta de apego al reglamento de la sesión especial.

Si efectivamente la coalición opositora decide jugar a fondo, volverá a encontrarse con una vieja conocida: la jueza electoral Marta Vidal, que debutó en las elecciones que terminaron con Schiaretti por primera vez en el poder provincial. Pese a haberse jubilado en 2017, la magistrada que validó el recuento de votos que Juez califica como un "fraude" desde hace un cuarto de siglo tutelará el próximo turno electoral, en el que la provincia se debate entre la continuidad y el cambio y que, con seguridad, marcará una nueva etapa en la política cordobesa.

Con la herida que no cierra y con la picardía que lo caracteriza, el juecismo se refiere a la magistrada como “la Servini de Cubria cordobesa”.

FUENTE: Letra P, sobre una nora de Yanina PASSERO

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