Con el respaldo del poderoso Círculo Rojo cordobés, Schiaretti acelera su plan nacional

El gobernador Juan Schiaretti acelera a fondo en su instalación nacional y, lejos de los grandes actos partidarios, busca afianzar los vínculos con los espacios de poder de la provincia mediterránea: el Círculo Rojo cordobés le responde y mira con entusiasmo el compromiso del mandatario para construir una alternativa para las elecciones presidenciales.

“(Schiaretti) Tiene la virtud de haber sostenido un superávit fiscal que le permitió a Córdoba no someterse al poder central y eso es muy importante. Tiene motivos y méritos para pensar una proyección nacional”, dice un referente de peso del empresariado provincial, sector al que Schiaretti mimó particularmente esta semana. En la previa de su viaje a España, donde firmará convenios de cooperación, el mandatario se animó a adelantar lineamientos de gobierno y se reunió con el cacique mercantil Armando Cavallieri, quien se ofreció de puente para avanzar en un diálogo con la CGT. "Es hora de levantarse", reza el eslogan de Schiaretti para marcar la cancha nacional y advertir que, esta vez, su candidatura va en serio. 

 

El miércoles, en la sede nacional de la CAME, el cordobés advirtió sobre la necesidad de avanzar con un “plan de estabilización”. “Eso no significa que hay que cerrar pymes y despedir un montón de gente”, aseguró el gobernador buscando diferenciarse del extremo de la grieta que propone un ajuste feroz como camino irreversible.

 

Sin embargo, el grueso del sector empresario lo ve en esa senda que lo acerca mucho más a Juntos por el Cambio que a alguna expresión que pueda desprenderse del armado oficialista. “Cree en las mismas cosas que viene planteando la oposición y reconoce que esos son los caminos que hay que transitar para promover la recuperación”, señaló  otra fuente que coincide en que la salida al entuerto económico nacional debe solucionarse a partir de cambiar el presente en materia de equilibrio fiscal y "el respeto por las instituciones".

“En Córdoba nunca hemos visto a un empresario especulando ni se han llevado la plata afuera ni han golpeado las puertas del Estado para obtener algún beneficio personal, sino que sus acciones siempre son para generar mayor producción y mayor desarrollo económico”, acarició Schiaretti esta semana en la CAME, justo en la jornada previa al acto con el que oficializó el envío a la Legislatura del proyecto de creación de la Agencia Competitividad Córdoba.

Allí, con la primera plana industrial dándole el visto bueno, Schiaretti sumó a la universidad y afirmó que la iniciativa que aprobará la Unicameral sin ningún tipo de sobresalto, como siempre, servirá para que "el sector privado cordobés tenga una potencia más grande que la que ya tiene".

Los sectores que empiezan a parar la oreja cuando escuchan hablar del cordobés no estaban tan convencidos de que su proyección nacional representara algún camino con destinos certeros. Hasta no hace mucho tiempo, más bien entendían que se trataba de “una estrategia” para sostener las chances del peronismo en la provincia. Eso ocurría en la Unión Industrial, por ejemplo, sitio donde el gobernador es recibido permanentemente con los brazos abiertos. “Es muy difícil imaginar que una persona tan activa en la política ceda el protagonismo. Para sus últimos meses de gestión, incluso, eso puede resultar algo complicado”, señala un dirigente de ese lobby.

 

Luego de la reunión en CAME, Schiaretti avanzó en su estrategia que busca hacer pie desde lo que llama “un peronismo republicano”. Del mismo modo en que se había encontrado con Eduardo Duhalde la semana pasada, volvió a echar mano a sus relaciones históricas y concretó un encuentro que venía gestionando desde hacía tiempo. El anfitrión porteño fue, esta vez, Cavallieri, el líder del Sindicato de Comercio. Según dejaron trascender, el veterano líder sindical coincidió con el cordobés en el diagnóstico general de la situación y se comprometió a interceder para la realización de una reunión en la que el gobernador podría reunirse con la pata “no kirchnerista” de la CGT. En criollo, sin Pablo Moyano.

 

La etapa propositiva del plan de instalación nacional no quedó sólo en la voz del mandatario provincial, sino que sumó protagonistas, claves en el armado del cordobés. Por ejemplo, la senadora Alejandra Vigo, que propuso la creación del Parlamento de Mujeres en el marco del Encuentro Supraregional de Mujeres, que reunió a representantes de todo el país y el continente en la capital mediterránea durante el jueves y el viernes. “Quiero animarme desde Córdoba a proponerles construir un Parlamento de Mujeres como una instancia nacional y regional que promueva la inclusión, la participación y el liderazgo de las mujeres”, aseguró la senadora antes de partir rumbo a España junto a su esposo y principal ladero.

 

Schiaretti fue el encargado de abrir el encuentro aprovechando una tribuna regional que unificó a sectores de todos las vertientes políticas y que, en la previa, fe leída como la primera demostración de fuerza integral de un futuro plan de gestión construido a partir del diálogo “más allá de las diferencias”. Como ejemplo de lo que Schiaretti y su equipo imaginan como "las posgrieta", el espacio también fue ámbito para algunos cruces con los que el cordobés busca caracterizar el modelo político que intenta construir a nivel nacional.

 

Una foto, repartida puntillosamente por los equipos de prensa, destacó el encuentro entre la diputada de Juntos por el Cambio y líder del GEN, Margarita Stolbizer; la intendenta opoficialista de Juárez Celman, Miryan Prunotto, y la legisladora socialista de Hacemos por Córdoba Dorys Mansilla. Allí, uno de los tantos puntos donde el armado nacional de Schiaretti se espeja con la construcción provincial de Martín Llaryora. Y viceversa.

 Con información de LetraP, Sobre una nota de Luis ZEGARRA