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“Cuidado con lo que deseas, puede hacerse realidad”: qué esconde esta frase

SALUD 24/06/2022 Victoria Vera Ziccardi*
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Es muy común escuchar hablar de la manifestación en redes sociales o que alguien cercano cuente que está “manifestando” para conseguir lo que quiere; puede ser un trabajo nuevo, encontrar el amor, tener éxito en su carrera profesional o simplemente ser feliz y tener una vida tranquila. Sin ir más lejos es una práctica que suelen realizar artistas famosas como Ariana Grande, Oprah Winfrey, Bella Hadid, Kendall Jenner y Ellen DeGeneres.

Las redes también dan cuenta del fenómeno: en TikTok, el hashtag “manifestation” cuenta con 19 billones de reproducciones mundiales, además a la hora de analizar qué pasa con las búsquedas en Internet, Google Trends anticipa que en los últimos cinco años crecieron exponencialmente las búsquedas sobre cómo aprender a manifestar. Esta tendencia se consolidó sobre todo entre los jóvenes durante la cuarentena.

Más allá de las experiencias, lo cierto es que para algunas personas el poder manifestar la realidad puede sonar hasta ridículo. “Es normal que la gente que no está inmersa en la espiritualidad sienta que no lo puede entender, mi forma de comunicarlo es más realista y bajando a las cosas que realmente podemos cambiar en nuestra vida”, explica Antonela Bianculli, coach en Manifestadoras, una comunidad virtual de aproximadamente 300.000 personas que buscan atraer la vida que desean mediante la ley de la atracción -una creencia que se basa en que una energía emitida de una manera concreta atraerá otra energía idéntica a la proyectada-.

Para Bianculli la manifestación no es un método: “es algo propio de la vida que se realiza todo el tiempo y de alguna manera refleja el mundo interior de cada uno”. Igual, aclara que para ella sí existen métodos que ayudan a redireccionar a alguien a conseguir aquello que desea.

Pero, ¿qué es concretamente la manifestación?

No se sabe su origen concreto pero quienes lo practican estiman que el concepto de la manifestación tiene sus fundamentos en varias tradiciones filosóficas y religiosas como el hermetismo, el trascendentalismo y el hinduismo. Todas corrientes que le dan importancia a la unión de la mente, el cuerpo y el universo. Ya en el siglo XIX el movimiento “New Thought”, una corriente espiritista que sostenía que los pensamientos pueden cambiar el mundo material, colaboró con la popularización de esta idea sobre modificar la vida a través del pensamiento.

La manifestación se basa en la premisa de que cualquier persona puede visualizar lo que quiere para su vida, y si cree que eso se puede hacer realidad y actúa en consonancia con esas creencias para lograr su deseo, el universo se lo entrega. “Cuanta más energía le pongas a la visualización, más chances tenés de crearla. El universo sostiene cualquier deseo que esté basado en el mejor bien para todos, para algo mayor que vos mismo, pero es clave conectar profundamente con que vos merecés eso. Todos podemos crear la realidad de nuestros sueños”, afirma Pilar Pose, quien trabaja como Wellness coach.

La especialista añade que: “hay que entender que estamos todo el tiempo manifestando, lo que pasa es que pocas veces lo hacemos de manera consciente. Hay que tener en cuenta que cuando uno se siente bien, vibra en alta frecuencia y puede manifestar sus deseos conscientemente”. De todas formas, aclara que hay casos donde las manifestaciones no tienen éxito porque las personas pueden estar bloqueando un gran deseo en su vida y eso sucede cuando no se creen merecedoras de cosas buenas.

“Toda tu vida es una manifestación de los pensamientos que pasan por tu cabeza”. Con esta cita se sintetiza el concepto, el autor del popular libro “El secreto”, escrito por Rhonda Byrne en 2006. En su momento, la autora australiana del best seller de más de 30 millones de ediciones vendidas provocó una revolución con esta propuesta de autoayuda basada en la denominada ley de la atracción, una teoría formulada por el ocultista norteamericano William Walker Atkinson, que fue pionero del movimiento New Thought.

Manifestar tiene como base la creencia de que las palabras y los pensamientos tienen poder, aunque los resultados también aparecen como consecuencia de las intenciones y de las acciones.

Un estudio publicado en el Indian Journal of Psychiatry analizó la acción de rezar: especifica que hacerlo sirve como herramienta para manifestar y descubrieron en la investigación que aquellas mujeres que recibieron oraciones para quedar embarazadas tuvieron casi el doble de buenos resultados en contraposición a aquellas por las que no se había orado.

“Somos pensamientos, decimos lo que pensamos y hacemos lo que pensamos. Si tu creencia es que algo no va a pasar, es posible que no suceda, si pensás que no lo merecés entonces hay una parte tuya que se contradice y esa contradicción hace que gane el miedo”, dice Alejandro Londinsky, terapista Marma, una terapia que se basa en la estimulación adecuada de los puntos marma -centros energéticos del cuerpo humano- que ayudan a desbloquear energías en el cuerpo. Para el especialista la terapia que ejerce se complementa bien con los pensamientos positivos y con la manifestación ya que cuando una persona tiene bloqueos de energía desencadena una situación de malestar físico y mental.

En una investigación publicada en el Journal of Substance Abuse Treatment se descubrió que un grupo de pacientes con problemas de adicción mostraban los mismos efectos positivos que la psicoterapia implementando sesiones de visualización en su tratamiento de recuperación.

¿Cómo manifestar?
Los especialistas en el tema coinciden en que el primer paso para obtener resultados es ser consciente de qué nivel energético está vibrando, es decir, quien esté rodeado de personas que vibran en un nivel bajo no verán resultados. También están de acuerdo en que manifestar lo que se desea para la vida no implica necesariamente un cambio drástico, sino que puede ser simplemente una mirada diferente como por ejemplo, prestar atención a los pensamientos negativos y a las creencias limitantes que hacen de freno en el día a día.

Según Pose, es importante en el proceso abrirse a recibir señales: cuando se está alineado con lo que se desea, se vislumbran señales que muestran que se está en el camino correcto. Otros elementos fundamentales para manifestar correctamente consisten en: ceder un poco el control de la vida y así permitir que el universo se ponga en acción. Por otro lado, realizar afirmaciones, frases en las que se repite el deseo que se quiere cumplir.

Pilar Pose sugiere la siguiente guía a la hora de manifestar:

Entender que se crea desde la propia energía
Ser consciente de los pensamientos limitantes
Cuidar la energía propia y ser cauteloso con la que se recibe y se da
Poner límites para preservarse; coherencia entre lo que uno quiere y lo que hace en el presente
Decidir qué es lo que se quiere pedir al universo
Abrirse a recibir, alinear la energía propia para que se den las cosas y soltar el control
Hacer afirmaciones, meditar, visualizar, escribir diarios de gratitud para agradecer todo lo que se recibe
Ser constante con todos los pasos anteriores
Las personas observan resultados y se dan cuenta de que está funcionando porque se empiezan a sentir muy bien y de repente vuelven a tener energía y ganas de hacer cosas. Es un cambio que, al principio, es interno y con la perseverancia se palpa en la realidad. “Recomiendo hacer dieta mental, que se trata de ser consciente de los pensamientos, observarlos e identificarlos y después cambiarlos por pensamientos mejores. Es una práctica que hay que hacer conscientemente todos los días, no es una herramienta o una práctica, es algo para adoptar como modo de vida”, explica Bianculli, de Manifestadoras. Coincide con ella Meme Rojas, coach Ontológica quien afirma que cuando aprendés a manifestar, todo es diferente: “El ambiente externo en el que vive cada uno refleja la energía y el nivel de consciencia que se tiene. Progresivamente esa energía empieza a atraer un nuevo conjunto de experiencias que son resultado de la manifestación. Somos co-creadores de nuestro destino, tenemos el poder de crear y manifestar eventos en nuestras vidas. Podemos enviar nuestras peticiones al Universo, casi como si estuviéramos enviando un deseo y viéndolo regresar a nosotros”, concluye.

*Para La Nación

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