
SIGEN detecta miles de comedores “fantasma” y apunta a irregularidades estructurales en la gestión anterior
NACIONALES Agencia de Noticias del Interior

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- La SIGEN detectó que más de 38.000 comedores registrados nunca fueron inspeccionados; muchos tenían datos incompletos o inexistentes.
- La base de datos era deficiente y sin controles; aún no se sabe si esos comedores recibieron fondos.
- Blanco criticó la falta de control y rendición de cuentas en la gestión anterior.
- Hay un conflicto judicial con la UBA, que se niega a ser auditada por SIGEN alegando autonomía.
- Otras universidades sí colaboran; la UBA comenzó a cargar datos en un sistema oficial.
- Blanco pidió transparencia en el uso de fondos públicos.
El titular de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), Miguel Carlos Blanco, reveló los resultados preliminares de una auditoría sobre el Registro Nacional de Comedores y Merenderos (RENACOM), que funcionaba bajo la órbita del ex Ministerio de Desarrollo Social. Los hallazgos expusieron un nivel alarmante de descontrol: de 54.613 inscripciones, el 87% presentaba duplicaciones y apenas el 3% pudo ser validado físicamente.
“Más de 38.000 comedores nunca fueron visitados por un inspector”, aseguró Blanco en declaraciones a Radio Rivadavia. El funcionario explicó que se trató de una primera etapa centrada en revisar la integridad de la base de datos, la cual describió como “mal diseñada”, con formularios incompletos, direcciones inexistentes y nula validación interna. “El sistema permitía inconsistencias sin ningún tipo de control”, advirtió.
Blanco reconoció que aún no se determinó si esos establecimientos inexistentes llegaron a recibir fondos, ya que la etapa financiera de la auditoría aún está en curso. Sin embargo, fue tajante: “La falta de control es el terreno fértil para la corrupción. Esto lo estamos viendo en todos los organismos que auditamos”.
En paralelo, el titular de SIGEN cuestionó el funcionamiento de las políticas sociales de la administración anterior, señalando que predominaba “la lógica del anuncio político, sin evaluación de impacto ni rendición de cuentas”. La auditoría se demoró más de un año debido a constantes cambios en la conducción del área desde fines de 2023.
La UBA, en el centro de una disputa judicial por auditorías
Blanco también se refirió al conflicto con la Universidad de Buenos Aires (UBA), que se niega a ser auditada por la SIGEN y llevó el caso a la Justicia alegando autonomía universitaria. “La autonomía no significa no rendir cuentas. Las universidades manejan fondos públicos y deben ser auditadas”, afirmó.
Según el funcionario, hasta 2022 la SIGEN auditaba sin problemas a la UBA, y fue a partir de un dictamen posterior que se modificó ese criterio. Actualmente, el organismo mantiene un litigio judicial con la universidad, aunque Blanco destacó que otras casas de altos estudios como la Universidad Nacional de La Matanza o la del Nordeste sí están colaborando con los procesos de fiscalización.
Pese a la resistencia inicial, Blanco valoró que la UBA haya comenzado a cargar información en el sistema CINTRARED, una plataforma de la Secretaría de Educación destinada a transparentar el uso de fondos públicos.
“La Argentina necesita volver a una lógica básica de administración: saber quién recibe fondos, para qué y con qué resultados. Eso no es persecución, es sentido común”, concluyó el titular de la SIGEN.












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