




Rubén Daniele cumplió su amenaza y convocó a los sindicatos municipales del interior para profundizar el conflicto y llevarlo a la arena provincial. Río Cuarto y San Francisco fueron los primeros en responder al llamado. Sus secretarios generales, Jorgelina Fernández y Víctor Lescano, asistieron la conferencia de prensa y posterior movilización en que la Daniele lanzó esta nueva etapa del plan.
La intención del cacique de los municipales es apalancarse en la FESIMUPC (Federación de Sindicatos Municipales del Córdoba) para torcerle el brazo al intendente, subiendo al ring al gobernador. Sin embargo, desde el Palacio 6 de Julio descreen de la efectividad de esta estrategia.
En primer lugar, porque remarcan la sintonía que existe entre las dos órbitas de gobierno. “Llaryora y Passerini tienen la misma mirada con respecto al Suoem. Llaryora inició este proceso y Daniel lo continúa. Llaryora tuvo a la pandemia de aliada e hizo un primer recorte grande; Passerini fue quirúrgico con el control de la vía pública y la noche. Van en línea total” destacan desde cerca del intendente.
La mención sobre el control de la noche y la vía pública no es casual. En el Palacio 6 de Julio entienden que el actual conflicto está determinando, en gran medida, por el avance del Ente de Fiscalización y Control que conduce Ezequiel Hormaeneche, que migró de la cantera del olguismo para consolidarse dentro de los cuadros de la actual gestión. El ente es el dispositivo a través del cual Passerini se propone “desintoxicar” las Áreas de Fiscalización y Control, punto neurálgico de corrupción en la habilitación de negocios y control de toda laya de actividades económicas, y “fuente de financiamiento” del gremio, según confiesan tanto en la Municipalidad como en las orillas del Suoem.
Para empezar a confirmar esta hipótesis, basta con recordar la larga lista de procesos judiciales en la que se encuentra imputados inspectores municipales con patrimonios exorbitantes, detenciones y hasta allanamientos en reparticiones del Palacio Municipal y algunos CPC.
Esto no inhabilita el reclamo salarial del gremio, pero da una pista sobre el porqué de la beligerancia con la que la conducción del sindicato empuja al conflicto. El capítulo salarial tiene otra explicación, que Sergio Lorenzatti, a cargo de las finanzas de la ciudad, no deja de repetir: la recaudación municipal ha caído producto de una sostenida merma en la actividad que repercute en la principal tasa que percibe la ciudad; Comercio e Industria. Y los salarios de los empleados municipales, que en promedio superan los 2.6 millones mensuales, no pueden constituir una prioridad para una ciudad que necesita ocuparse de la ejecución de obras y la prestación de servicios, aspectos en los que el Estado Nacional se ha replegado totalmente.
Si esto se conjuga con la deuda en moneda extranjera que Passerini debe cubrir -tomada por Mestre y ‘rolleada’ por Llaryora-, los adelantos de coparticipación que el intendente no puede percibir, la total supresión de los subsidios nacionales al transporte y el aumento de la demanda social, queda muy en claro que, entre las prioridades que Passerini tiene, no puede entrar una recomposición salarial a los municipales.
Por otro lado, avezados observadores del conflicto tampoco ven gran proyección en el intento de provincialización del conflicto. Destacan que, entre las diez ciudades más populosas de córdoba, sólo tres pueden replicar, en alguna medida, el conflicto de Daniele: Río Cuarto, San Francisco y Bell Ville. Y la tercera ni siquiera es gestionada por Hacemos Unidos.
En Villa María y Alta Gracia, por nombrar una de las principales, la relación entre el Ejecutivo y el gremio es más pacífica. En Carlos Paz gobierna una fuerza de distinto signo político, al igual que en Río Tercero, La Calera y Villa Allende.
En las localidades más pequeñas, en tanto, la “planta permanente” es radicalmente más pequeña; la fuerza del sindicato, radicalmente menor; y la relación de contratados, becarios y monotributistas, mucho más directa con los Ejecutivos que los designaron. Todos estos elementos imposibilitan que el conflicto permear en las bases.
Finalmente, entre los funcionarios de Passerini subyace otra convicción: dar un aumento al gremio mucho antes de las elecciones no es conveniente, porque el Suoem, que no suele apegarse a su palabra, reabrirá el conflicto en las vísperas de las Legislativas.
Por lo demás, confían en que la conciliación obligatoria llegará en las próximas 48 horas, con la afectación del servicio educativo en las escuelas municipales como principal fundamento de la Municipalidad.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL.



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