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Sindicalistas de UPCN obligan a los argentinos a acatar el paro general: «Lo importante es que la gente no vaya a trabajar»

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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En la antesala del paro general convocado por la CGT, el sindicalista Andrés Rodríguez, secretario general de UPCN, dejó en claro que para algunos gremialistas no alcanza con defender derechos: también se sienten con poder para amenazar a los trabajadores argentinos. “Los colectivos van a estar vacíos porque los trabajadores no van a ir a trabajar”, lanzó sin disimulo en LN+, minimizando la decisión de la UTA de no sumarse a la medida de fuerza.

Rodríguez no habló de libertad de elección ni respeto a la diversidad de opiniones dentro del movimiento obrero. Al contrario, buscó instalar miedo y disciplinar a los laburantes: «Lo importante es que la gente no vaya a trabajar y los colectivos vayan vacíos como en el paro del 9 de abril», insistió, dejando entrever que no importa si los colectivos circulan, porque según su visión, el verdadero poder lo tiene el gremialismo sobre los trabajadores.

Sus palabras fueron un mensaje directo, no solo hacia la conducción de la UTA que decidió no acatar el paro, sino también a los miles de empleados que todos los días viajan en colectivo a cumplir con sus obligaciones. En lugar de solidarizarse con quienes enfrentan salarios bajos, aumentos y crisis, el sindicalista optó por la amenaza velada: “Va a ser muy alto el índice de ausencias en los trabajos”, advirtió.

Detrás de esa postura intransigente, se esconde además la interna feroz que se vive dentro de la CGT. Rodríguez fue uno de los encargados de presionar sin éxito a Roberto Fernández, jefe de la UTA, para forzarlo a romper la conciliación obligatoria dictada por el Gobierno. El gremio de colectiveros, además, está en la mira de la gestión de Javier Milei, que ordenó auditorías y amagó con intervenir la obra social del sindicato.

Pero a Rodríguez poco le importa ese contexto. Su objetivo es otro: exhibir capacidad de daño y marcar territorio frente a los trabajadores que aún dudan en adherir al paro. No habla de diálogo ni de consensos. «En este caso nos gustaría hacerlo, pero por ahora no tenemos con quién», ironizó, mientras reconocía que los intentos de negociación con el Gobierno habían fracasado.

Su discurso no fue solo desafiante: también buscó sembrar desesperanza. Aseguró que “la situación está peor que nunca” y que el ajuste “se está haciendo sobre los más vulnerables”. Pero al mismo tiempo, sus declaraciones revelan que para él los trabajadores son un ejército que debe obedecer a ciegas a la CGT, sin margen para decidir qué hacer frente a un paro.

El mensaje de Rodríguez fue claro: para este sindicalismo de viejas estructuras, la libertad de trabajo es un estorbo y los laburantes deben responder a sus llamados, aunque no quieran.

 

 

Con información de www.elintransigente.com

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