Schiaretti se entusiasma con el armado nacional de la marca "Hacemos"

Los alfiles de Juan Schiaretti y Horacio Rodríguez Larreta conversaron en las últimas horas. El exgobernador de Córdoba estaba listo para apoyar si el exjefe de Gobierno porteño lo necesitaba para su regreso a las arenas electorales, ahora como aspirante a ingresar a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. No pasó. Si hay ensamble, será en octubre.

El entorno del exalcalde que quiere volver y propone hacerlo desde abajo sostiene que la estrategia será estrictamente local. Una salida elegante para evitar mezclar los tantos, aunque la intensidad de los cierres obliga a dejar abierta esa pequeña ventana de que el schiarettismo se cuele en la pulseada del "puerto".
 
La escudería schiarettista comprende el diseño de la estrategia larretista, aunque en las últimas semanas habían dejado trascender que estaban dispuestos a debutar en las arenas de la política porteña.
"Iremos solos, es una cuestión táctica. Se puede armar alguna alianza simbólica sólo para poder construir el nombre. Octubre será otro cantar", completaban la información altas fuentes del exprecandidato presidencial.
Hacemos busca jugar en canchas lejos de Córdoba
Con la senadora Alejandra Vigo y su alfil, el legislador Leonardo Limia, Hacemos, el artefacto electoral a nivel nacional del schiarettismo, trabaja en un esquema que buscará ir picando en los armados locales de todo el país. El objetivo es aceitar vínculos y empezar a instalar la marca, como ocurrió en Santa Fe.
Todavía están definiendo cómo hacerlo en otros distritos. En la Capital Federal el panorama es más complejo -dicen- porque hay internas cruzadas en las que es mejor mantenerse al margen.

 
En Córdoba aseguran que Larreta no asoma como favorito en las encuestas, pero que esta candidatura tiene olor a vendetta por el manejo de la estrategia en 2023 por parte de Mauricio Macri. "El PRO va a evitar la fractura hasta último momento", decían con seguridad cerrada en el cordobesismo.

Juan Schiaretti espera el filtro electoral
Schiaretti debe esperar que la paja y el trigo queden separados después de las elecciones locales en todo el país donde el partido cordobesista tenga personería, pero especialmente en las dos Buenos Aires. Hacemos, la criatura nacional del cordobesismo, no puede presentarse como proyecto con hambre de poder si no hace pie en los dos distritos más populosos del país.

Por eso, la suerte de Larreta el 18 de mayo será determinante para la construcción que imagina el tres veces gobernador de Córdoba. De la línea de transversales, es con quien tiene el vínculo aceitado y la promesa a media lengua de competir en un único frente en octubre.

Los radicales Martín Lousteau y Facundo Manes son otros de los nombres apuntados, pero, como sucede con Larreta, ambos están concentrados en su quinta. El senador parece haber perdido el feeling con Larreta. Sus últimas declaraciones radiales no fueron amables: le pasó factura por su “silencio” en el primer año de gobierno de Javier Milei. También metió en la bolsa a Jorge Macri.

Es cierto que es el dirigente radical que más activamente habla de un frente amplio, que incluya al peronismo moderado. Sin embargo, el schiarettismo no lo dice abiertamente, pero le gusta más el perfil del neurocientífico, a quien le adjudican pasta presidencial.

Con información de Letra P, sobre una nota de Yanina Passero