





Pocas personas recordarán que Martín Llaryora hizo la campaña de 2019 por la intendencia de Córdoba sin emitir una palabra. Una estrategia osada para un dirigente nacido y criado en San Francisco, a 200 kilómetros de la ciudad que quería gobernar como parte necesaria del plan de sucesión provincial que empezaba a diseñar Juan Schiaretti.
Confiado por el efecto arrastre del entonces gobernador y los desaciertos de las gestiones en el Palacio 6 de Julio, Llaryora sólo rompió el mutismo para explicar por qué no iba a hablar en el debate de postulantes. “Sé lo que hay que hacer porque fui intendente”, se limitó a justificar la promesa de un cordobesismo que iba por la conquista de su cuarto de siglo en el poder y la hazaña de ganar la principal urbe del interior del país.
Quedó demostrado que Llaryora es boca de jarro cuando cree que así le conviene, pero gira hacia la introspección calculada sin problemas. Desde el sainete por las retenciones con Toto Caputo de enero el gobernador decidió apagar su voz. Logró beneficios políticos.
La foto política con Toto Caputo
El ministro de Economía de Javier Milei lo convocó este viernes a la Casa Rosada para avanzar en la adhesión del distrito al Régimen de Extinción de Obligaciones Recíprocas. Caputo necesita de los gobernadores para garantizar que sus bancadas en la Cámara de Diputados sostengan el DNU que autoriza el acuerdo con el FMI para contraer más deuda.
La foto es política. Economistas consultados por este portal aseguraron que el pasivo provincial es tan grande que no puede cancelarse fácilmente con activos como se propone a través de este régimen. Por caso, el pasivo previsional total asciende a los $700 mil millones.
En ese contexto, fue una muestra que no pasó inadvertida por La Libertad Avanza el vacío que hicieran los mandatarios provinciales la noche de la Asamblea Legislativa en el Congreso. Como contó Letra P, el cordobés llegó y se fue sin pronunciar sonido. El manto de silencio cubrió a toda la escudería cordobesista, que no arriesgó ni una sola línea de análisis sobre las palabras del Presidente en esa noche de sábado en la que menos argentinos se prendieron a la tele.
Sobre la reunión con Caputo, una alta fuente del Panal decodificó la reunión, la tercera que se hace pública con el ministro. “Es un reconocimiento a la importancia de Córdoba como segunda provincia del país, a su respeto institucional, su orden fiscal y el compromiso para trabajar para que paguen lo que nos deben”, apuntó.
El malestar subterráneo en Córdoba
En la casa de gobierno no cayó simpático que el 1° de marzo Milei atacara uno por uno los postulados básicos del decálogo cordobesista, pero empiezan a sospechar que se está gestando un malestar silencioso con las políticas libertarias, similar a esa adhesión que nadie vio en 2023, pero que no se dice. Habría un punto común en el silencio que Llaryora profesa y que empiezan a ver en ese electorado que comparten.
Por eso el rol de los intendentes será clave y se observó un patrón en la apertura de las sesiones de los concejos deliberantes: discursos de alto contenido estatal, críticos con la indolencia libertaria y el anuncio de un mix de medidas de control del gasto para estar a tono con el clima de época.
“En una mañana atendí a más de 30 vecinos que no tienen plata para viajar a los hospitales o que ya no pueden pagar servicios básicos”, contaba a este medio un intendente ubicado en pleno corazón de la pampa gringa, donde se supone que la gente vive mejor que en las grandes urbes.
La economía real tarda en ver mejoras y el cordobesismo sospecha que la obsesión por la macro de Milei y Caputo no cambiará en la campaña. Llaryora romperá el silencio en la cancha del proselitismo, en un contexto donde pegar está permitido. Durante los meses que restan se dedicará a plantar la semilla de la duda en el votante que sigue bancando a Milei pese a la cripto, el ajuste y pese a todo.
Obras, no palabras, la premisa de Martín Llaryora
Este lunes, se concretará el anticipo exclusivo que dio Nicolás Albera en Letra P hace más de un mes. El gobernador anunciará la licitación para completar la autovía Córdoba-San Francisco.
Obras, Estado presente: no cambiará el rumbo, en especial cuando el Panal detecta que el gobierno nacional necesita gobernabilidad más que nunca. Quedó insinuado con el convite de Caputo y el retuit simple y frío de Llaryora, el gobernador al que le comieron la lengua los ratones.
La plata de la Caja de Jubilaciones y las obras siguen siendo la prioridad nacional del Partido Cordobés que deberá enfocarse en sus asuntos internos.
Más tiempo, más problemas internos
La suspensión de las PASO le dio más tiempo al espectro opositor, pero también más rosca a la política intramuros. El oficialismo mostró su lado más oscuro esta semana con la modificación del reglamento interno de la Legislatura con el objetivo de que la oposición no pueda modificar el esquema impositivo provincial, como está empecinada en hacerlo la UCR de Rodrigo de Loredo.
Entre otros puntos, se eliminó la “cláusula Spaccesi” que obligaba a las comisiones a expedirse en 45 días y la posibilidad de sancionar a los presidentes de comisión.
La “ley mordaza”, como la bautizó la oposición, configuraba como un escándalo. Una suerte de doble vara institucional que no escaló, precisamente, porque al día siguiente la vicepresidenta de la Legislatura, Nadia Fernández, quedó expuesta en la parrilla política por haber firmado y dado de bajo después el contrato de la empleada fantasma.
Lo que prometía ser una jornada de escándalo, terminó en silencio. Se mordieron la lengua en todas las bancadas.
CON INFORMACION DE LETRAP.


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