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Octubre fue inolvidable y el Gobierno augura tiempos mejores

POLÍTICAAgencia de Noticias del InteriorAgencia de Noticias del Interior
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El Gobierno festeja los números financieros de octubre. El mercado no los hubiera pensado ni el mejor de sus sueños. El rendimiento de quienes apostaron al peso, los bonos o acciones argentinas superó cualquier expectativa. El verano financiero, si nos atenemos a la voluntad oficial de mantener bajo una lupa el ritmo de salida del cepo cambiario y por lo tanto el valor del dólar, parece tener cuerda para rato.

 
Javier Milei siguió mostrando en el último mes que hace mas política de la que muchos piensan. El ritmo de salida del cepo es una muestra de ellos. El cepo no es una medida en sí misma sino que está constituido por miles de resoluciones, decretos, retenciones a cuenta y hasta impuestos, que se fueron acumulando durante años para cerrar, como si se tratara de una represa que intenta frenar el agua, la salida de dólares.

 
Cada semana Milei desarma alguna de esas medidas y de esa forma el cepo lentamente se va desgranando. El diciembre habrá otra muestra con la eliminación final del impuesto PAIS. Por ahora no hay que esperar un anuncio final inmediato sobre las restricciones que impiden tener un mercado normal del dólar, pero sí continuarán las medidas que se van derogando para cada operación específica de comercio exterior o para casa sector.

El final del cepo, por ahora, será así y no en un acto único de Luis “Toto” Caputo parecido al que hizo Alfonso Prat Gay en el gobierno de Mauricio Macri. Esta semana, Milei dio otra pauta de ese camino al afirmar que si tiene la plata levanta el cepo.

 
El mensaje fue directo al FMI donde el camino a un nuevo acuerdo parece tranquilo, pero no para definirse en lo inmediato. Diciembre va a ser un mes con novedades en todo sentido y también puede haberlas en la relación con el Fondo, pero el mercado por ahora no da nada por descontado. De todas formas, mientras el bolsillo del público espera que esta bonanza llegue efectivamente a impactar en una recuperación del poder adquisitivo, el Gobierno sigue festejando la baja gradual de la inflación y al mercado con eso le alcanza y sobra para mantener el optimismo.

Como sea falta mucho. La política tiene proyecciones que no son tan optimistas como la economía. Las realidades se chocan entre pronósticos y caprichos. Esta semana, en la Consultora C&T, María Castiglione calculó la inflación de octubre para la región GBA en 2,8%, mientras que en octubre le había dado  3,5%, La variación interanual, así, bajó a 196,4.

El martes pasado el Riego País había perforado los 900 puntos, pero en los tres días siguientes la baja de alrededor de 2% en los bonos argentinos lo volvió a poner por encima de los 1000 puntos. El Gobierno ya anunció que le comprará U$S 2.700 millones al Banco Central para despejar la incertidumbre de los vencimientos de enero, pero el mercado también mira con impaciencia la chance de un nuevo acuerdo con el Fondo y el final de la negociación con los bancos para cerrar los esperados REPO. Miguel Kiguel es optimista y desde Econviews pronostica un Riesgo País en 800 para fin de año y en 600 para el comienzo del 2025.

Mientras tanto, la política muestra otras realidades. La semana pasada, por ejemplo, no hubo reuniones en la Cámara de Diputados para debatir el proyecto de Presupuesto Nacional 2025 y tampoco habrá actividad en los próximos siete días.

La explicación de lo sucedido la semana pasada constituye un clásico del Congreso: con la excusa del paro de transporte del miércoles, pasado muchos diputados alegaron no tener pasajes aéreos para trasladarse a Buenos Aires. El episodio sirvió de justificativo para tirar para adelante un debate donde aún hay más diferencias que acuerdos.

Esta semana la excusa será otra y más grave que la anterior: unos cincuenta diputados se fueron a Estados Unidos por distintos caminos e invitaciones a presenciar la elección presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris.

Ese supuesto rol de veedores electorales de muchos de nuestros diputados motivó que se frenaran las convocatorias a comisiones esta semana para avanzar con el Presupuesto 2025. “Esta demorado porque se fueron a EE.UU.”, explicó con simpleza a MDZ uno de los diputados que no viajó.

Detrás de los viajes están las demandas. El Congreso le está haciendo caso a Milei y busca que partida recortar por cada gasto nuevo que los legisladores quieren sumar al proyecto de presupuesto.

Ya se lanzó una nueva pelea entre el Encuentro Federal y los radicales. Los primeros piden recortar fondos a las partidas para financiar la economía del conocimiento y la UCR se niega.

Otro ejemplo. Los gobernadores no quieren cortar caja y piden ajustes para sumar fondos en obras. La circulación de gobernadores por el Congreso es constante y muchos están dando nuevas órdenes a sus diputados. Un ejemplo es lo que sucede con el bloque de radicales que siguió a Martín Lousteau y Facundo Manes y se separó del resto de sus correligionarios. Ahora los gobernadores de esos diputados les piden que no voten todo en contra de Milei, como les pide su jefe Lousteau, y que se mantengan alineados con las negociaciones de fondos que cada provincia lleva directamente con la Casa Rosada.

Desde el Congreso ya les mandaron un mensaje casi sanguinario a los caciques provinciales: “Si quieren mas fondos para obras públicas en provincias, por qué no reforman sus constituciones y eliminan el Senado en cada provincia. Con una legislatura alcanza y sobra”, dice uno de los radicales que no se rompió y se mantiene en la línea cercana al oficialismo. En la provincia de Buenos Aires preferirían la muerte antes que la eliminación del Senado provincial, fuente eterna de financiamiento de la política y otros negocios.

El Presupuesto Nacional 2025 viene con demora y eso ya es una realidad concreta. Victoria Villarruel va a tener que correr el calendario y el Gobierno habilitar el debate más allá del 30 de noviembre, cuando terminan las sesiones ordinarias. La preocupación parece más un problema de gobernadores y legisladores que de la Casa Rosada. Esta semana Guillermo Francos repitió una amenaza que Javier Milei dice frecuentemente: si el presupuesto no se aprueba continuará gobernando por decreto. No es algo que le quite el sueño.

Una anécdota final sobre fondos. El juez federal con competencia electoral, Alejo Ramos Padilla está desesperado en busca de fondos para financiar las elecciones con el sistema de Boleta Única. El juez se está sentando con el gobierno para pedir fondos explicando que el sistema obligará en al menos ocho distritos a tener elecciones dobles que pueden ser más caras y alega que lo le alcanza la plata.

En las provincias donde se unifiquen elecciones el problema es menor, pero donde se desdoblen todo el gasto debe computarse por dos.

Axel Kicillof es uno de los gobernadores que tiene la llave de este problema. En febrero anunció que tomará una decisión sobre el desdoblamiento o no de las elecciones. Ramos Padilla sueña con sentar a Kicillof con el oficialismo a definir costos y fondos. Quizás sea un imposible. Mientras se ocupa de eso Ramos Padilla tiene nervioso al radicalismo demorando la decisión sobre la impugnación a los resultados que presentó la lista que animaba Martín Lousteau en la interna partidaria de la provincia de Buenos Aires. Sea cual fuere su fallo, Maxi Abad o la lista contraria apelarán a la Cámara Electoral y el resultado bonaerense seguirá demorándose mas.

Con información de MDZ

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