Llaryora le tiró un centro a Milei y "la enfermó" a su diputada Alejandra Torres
POLÍTICAAgencia de Noticias del InteriorLa diputada Alejandra Torres quedó en la mira tras ausentarse de la sesión que ratificó el veto a la ley de financiamiento universitario. El PJ, incluido el bloque de Martín Llaryora, terminó cooperando tangencialmente con los héroes de Javier Milei y regalando a la UCR de Córdoba la satisfacción de ver que, esta vez, la tormenta pasaba por otro lado.
Es que con motivo de la división radical en la discusión del veto al aumento de las jubilaciones el cordobesismo abrió una cacería de brujas. A coro y por redes sociales, el método predilecto del cordobesismo, sus máximas figuras fustigaron a Rodrigo de Loredo por el voto dividido de la bancada que preside en la Cámara de Diputados.
En aquella oportunidad el jefe del bloque oficialista en la Legislatura y candidato firme a encabezar la boleta de Llaryora en 2025, Miguel Siciliano, hizo un duro descargo contra las cabezas del radicalismo cordobés por las fugas. El nivel de dureza de sus palabras siguió con la defensa del presidente del partido boinablanca, Marcos Ferrer, en el que fue el debut de un rol opositor, sin medias tintas, al Partido Cordobés.
“Quiero ver qué dicen De Loredo o Marcos Ferrer ahora. No se puede tener doble vara todo el tiempo, no se puede pretender engañar a la gente todo el tiempo, no se puede tener doble discurso todo el tiempo… en algún momento quedás en evidencia. Hoy eso es lo que pasó. Es lamentable”, se había quejado el peronista después de facturarles las presiones locales por la plata de los jubilados.
La revancha de la UCR de Córdoba
En el segundo round, fue el peronismo no kirchnerista el que quedó bajo la lupa. El cordobesismo no fue la excepción, porque si bien la ausencia de Torres no hubiera sido determinante alimenta las mismas suspicacias de las que se valieron los alfiles de Llaryora para exponer a la tropa que comanda De Loredo en Diputados hace algunas semanas atrás. Nadie ignora el equilibrio que ensaya el gobernador frente al poder central.
En aquella oportunidad, no faltaron las opiniones que hablaban de un guiño a los radicales con peluca para desmarcarse del pelotón. La oposición a las sanciones de los díscolos que mantuvo el jefe de bancada era maná caído del cielo para la comidilla cordobesista.
Torres ratificó su apoyo a la universidad pública y a la ley de financiamiento universitario, adjuntó certificado médico y faltó a la sesión clave por transitar un cuadro de Covid, palabra que -afortunadamente- ya no le da miedo a nadie.
La diputada Natalia de la Sota fue cáustica en Radio Universidad: “Cuando hay voluntad uno se acerca, por supuesto si no estás internado. Hay situaciones en las que se puede hacer el esfuerzo”.
Martín Llaryora se concentra en el Presupuesto
En el Panal no se hacen cargo de las interpretaciones ajenas. Lógico. Aseguran que el gobernador ha dado reiteradas muestras de su apoyo a la universidad pública y su correcto financiamiento. “Alejandra estaba enferma”, insisten, adjuntando las pruebas médicas.
Eligen mirar hacia adelante y enfocar la atención en el debate del Presupuesto donde el gobierno local peleará por las obras acordadas con Guillermo Francos y los fondos para la Caja de Jubilaciones.
Lo cierto es que más allá de las respuestas oficiales, el cordobesismo también está caminando por esa línea gris que una buena parte de Juntos por el Cambio pisa hace rato. El opoficiliasmo será una constante en el mapa político cordobés que ya fijó la mira en el electoral 2025 y que entiende que en la plaza Milei tiene margen de sobra para caer en las encuestas y, todavía, seguir en verde.
Rodrigo de Loredo, preparado para todo
La UCR en la cámara baja se había preparado para todos los escenarios posibles. Si bien no se cumplió el acuerdo de la reunión de bloque que siguió al veto jubilatorio, donde debía primar la posición mayoritaria sobre el tema, el balance permite ver la mitad del vaso lleno.
En los campamentos boinablanca plantean que sumaron tres votos nuevos favor de la ley de financiamiento educativo, ya sea porque no habían votado o se habían abstenido en agosto. Se trata de Gerardo Cipolini, Lisandro Nieri y Juan Carlos Polini.
La atomización de los espacios del espectro peronista no kirchnerista alivianaron la carga de De Loredo, quien conduce un bloque atravesado por la interna con Martín Lousteau.
Como se dijo, los nubarrones pasaron por el peronismo y el radicalismo se prepara para una etapa menos complicada. En los “temas progresistas” sabían que llevaban las de perder. ¿Cómo defender banderas históricas del partido sin entrar en tensión con Milei? Era imposible.
Ahora, con el debate del Presupuesto y de la privatización de Aerolíneas Argentinas, mientras Llaryora afila los dientes, la UCR se prepara para una actuación sin grandes sobresaltos. Históricamente, el espacio apoya el instrumento de previsión de ingresos y gastos y entiende que sobre el futuro de la empresa también hay una posición mayoritaria.
Con información de Letra P