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Juan Schiaretti apunta al conurbano bonaerense para aprovechar la crisis del PJ y de JxC

POLÍTICAAgencia 24 NoticiasAgencia 24 Noticias
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Con menguante cautela, el exgobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, incrementa la colección de fotos y gestos con la dirigencia de peso en el territorio bonaerense. Insondable para tantos mandatarios provinciales, particularmente los mediterráneos, el “Gringo” mantiene activas a todas sus terminales en la provincia clave del TEG político nacional.

En la semana que concluye el líder de Hacemos por Argentina sumó fichas con sendas movidas. Una fue pública: la foto con Julio Zamora, intendente de Tigre. Exsocio de Sergio Massa, rompió con él para derrotar a Malena Galmarini en la interna local. Enrolado en Unión Popular, el referente no es considerado un kirchnerista irrestricto.
 
El registro incluyó a Florencio Randazzo, excompañero de fórmula de Schiaretti en las presidenciales del pasado año y consignatario del armado trasnversal en Buenos Aires. Sus diligencias habían acercado ya nombres de valía en el conurbano, como Juan Zabaleta, exministro de Desarrollo Social de Alberto Fernández y exintendente de Hurlingham; y a Fernando Gray, exintendente de Esteban Echeverría. Ambos habían sido noticia ya por su distanciamiento de Cristina Kirchner.


Verdad de Perogrullo, no todos los encuentros ameritan publicidad. La otra jugada en tierras bonaerenses tuvo como protagonista a Myrian Prunotto, la vicegobernadora radical encargada del scouting entre correligionarios.

Luego del encuentro con Facundo Manes, y por invitación de el mismo diputado, la cordobesa se reunió con dirigentes peronistas de segunda línea, pero de valiosa experiencia en el armado territorial en el principal circuito electoral del país.
Con cualquiera, menos kirchneristas
La sucesión de encuentros no se agota en los casos mencionados. Tampoco responde a una lógica unívoca. Por caso, mientras el schiarettismo remarca que con Manes, un potencial socio, no existe vínculo formal alguno, el prunottismo destaca que su articulación tiene orígenes propios.

Sin embargo, las citadas reuniones demuestran el avance de la edificación schiarettista en los circuitos bonaerenses. Los propios armadores reconocen la necesidad de metabolizar experiencias amargas, desde los tropiezos de José Manuel de la Sota hasta la precipitada construcción del pasado año.

Las mismas voces admiten que se guían por una serie de preceptos, lo suficientemente claros para el discurso público, lo suficientemente elásticos para contener a socios de variado origen

La credencial de presentación que sigue reluciendo es la oposición expresa al kirchnerismo. Las puertas están abiertas para los compañeros que miran desde afuera de la renovación de autoridades partidarias. Especialmente para quienes ya se manifiestan rebeldes en Buenos Aires.

Según especulan desde el cordobesismo, la futura conducción del PJ nacional quedará en manos de Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, con la venia de Cristina Fernández de Kirchner. A tal movida le sucedería una masiva huida de dirigentes, a los que esperan con los brazos abiertos. “¿Quién va a querer seguir en el tren fantasma?”, bromean.

Hola UCR, adiós Juntos por el Cambio
Igual de enfáticos, los talladores schiarettistas subrayan diferencias con el gobierno de Javier Milei, al que perciben como contracara del modelo productivista y federal que el “Gringo” impulsa. Sólo admiten una coincidencia: la búsqueda del equilibrio fiscal.

Más coincidencias buscan en reconocibles socios, a los que invitan a un proyecto que reconoce paulatinos ajustes que permitan ampliar horizontes.

Particular atención prestan a sobrevivientes en Juntos por el Cambio, una alianza a la que auguran una inminente extinción a nivel nacional. “ Mauricio Macri intenta sostener algo que no existe. Se le van todos. Por eso termina intentando arreglar con un loco, al que le importa poco lo que le puedan ofrecer”, fustigan desde la mesa chica del exgobernador.

Sobre ese trasfondo se lee la mencionada búsqueda que lleva adelante Prunotto en el espinel de la UCR, con Manes como pívot de probada sintonía con “Juan”. También la cooptación correligionarios que rechazan la proximidad que expresan diputados, con Rodrigo De Loredo a la cabeza, con el gobierno de Milei. Según prevén, muchos están a punto de “saltar el foso” rojiblanco.

También esperan a nuevos nombres amarillos, cada vez más descontentos con los coqueteos hacia los libertarios y la consecuente pérdida de identidad de un PRO que se corre cada vez más “a la derecha”.

Juan Schiaretti es Martín Llaryora
La invitación a la dirigencia extrapartidaria ofrece como ejemplo la experiencia del Partido Cordobés, sostén simbólico de la gestión de Martín Llaryora, necesaria continuidad del modelo cordobesista de De la Sota y Schiaretti.

Según interpretan voces schiarettistas, la fuga de dirigentes del PRO y el radicalismo no sólo ha fortalecido el proyecto del peronismo cordobés sino que ha debilitado seriamente a la única expresión vigente de JxC. “Están peleando contra la ley de gravedad”, ironiza un dirigente mediterráneo.

La misma voz remarca que aquella continuidad debe reconcentrarse ahora en su fase más compleja: la proyección nacional. “Por años debimos alambrar la provincia para que no se nos metan los K, ahora tenemos que desalambrar con cuidado”, explica.

La apertura de tranqueras se verifica con el trabajo de rosca que realizan múltiples armadores en todo el país. Como contó Letra P, Hacemos por Argentina ya se ha constituido en 14 provincias. En siete de ellas ya tiene el reconocimiento de la Justicia Federal. El objetivo formal es tener presencia en las 24 divisiones administrativas del país. A tal fin, los emisarios recorren múltiples caminos. Especialmente los que llevan hacia gobernadores afines, peronistas o no.

Escudero oficial, Llaryora es reconocido por el schiarettismo como parte del mismo proyecto. Las articulaciones con los otros mandatarios de la Región Centro (Maximiliano Pullaro, en Santa Fe; Rogelio Frigerio, en Entre Ríos) son tomadas como muestra de una continuidad conceptual. La misma que asoma en Mendoza y Corrientes, despertando tempranas suspicacias.

El mismo entorno adjudica roles distintos, también asimetrías, en el armado ultra fronteras. “El Gringo juega a nivel nacional, Martín ayuda con una buena gestión”, señalan.

La formulación apunta a desbaratar rumores de tensiones al interior de Hacemos Unidos por Córdoba. Aunque voces cordobesas manifiesten urgencias sobre el rol que asumirá Schiaretti en las elecciones parlamentarias del 2025, los armadores del "Gringo" se mueven con ritmos variables. Entre pasos nítidos y movimientos silentes, salen cada vez con más frecuencia de su cuidada avenida del centro.

CON INFORMACION DE LETRAP

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