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Martín Menem negocia la Defensoría del Pueblo y una embajada para Monzó o Negri

POLÍTICA Mauricio Cantado*
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Martín Menem negocia una embajada o la candidatura a la Defensoría del Pueblo para el diputado de Hacemos Coalición Federal Emilio Monzó o el exdiputado de la UCR Mario Negri. El ofrecimiento es la moneda de cambio de La Libertad Avanza para quedarse con la vocalía en la bicameral de fiscalización de Inteligencia que reclama el bonaerense; y un cargo de director en la Auditoría General de la Nación (AGN) que negocia el cordobés.

El riojano haría la oferta en las próximas horas para acercar posiciones con la oposición dialoguista, luego de una semana de intensas negociaciones por cargos en las bicamerales y la agenda legislativa del segundo semestre.

En cualquier caso, los puestos en cuestión no dependen sólo de una decisión de La Libertad Avanza (LLA). El nombramiento en la Defensoría del Pueblo requiere de dos tercios de ambas Cámaras, por lo cual es necesario el respaldo de Unión por la Patria (UP). Está vacante desde 2009 y en 2019 Monzó, antes de dejar su banca como diputado del PRO, hizo un intento por quedarse con el lugar. Esa vez, la negociación con el peronismo no prosperó.

Los cargos diplomáticos, en tanto, son propuestos por el Poder Ejecutivo y necesitan el aval del Senado, donde LLA puede alcanzar una mayoría sin UP, pero con lo justo. No es la primera vez que el Gobierno ofrece embajadas a la oposición: en el Senado gestionó la de la Unesco para la neuquina Lucila Crexell. El trámite nunca se inició.

La pelea de Martín Menem y Monzó

El conflicto por el reparto de bicamerales se inició porque Monzó no aceptó quedar afuera de la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia y abrió un conflicto con Menem, que pone en peligro la sesión del 7 de agosto y la elección de las tres vacantes en la AGN.

Si bien había un acuerdo del riojano con la oposición dialoguista para repartir dos de los tres cupos de este organismo, la discusión por la bicameral de inteligencia obligó a dejar ese pacto en el olvido.

Pichetto quedó entre la espada y la pared. El mismo lunes que se juntó con Menem, a pocos días de pelearse a los gritos, supo que no tendría el lugar que había reservado para Monzó en la bicameral de inteligencia. La postura del riojano es que HCF no puede exigir sillas en las comisiones que tienen representación en las dos cámaras, porque suma sólo 16 miembros. Entiende que sería un premio extra.

Menem no le reconoce a Pichetto la alianza táctica de HCF con los partidos provinciales y la Coalición Cívica, que le permite exhibir 31 firmas. "Ese acuerdo nunca se formalizó y ellos siempre votaron distintos", explican en la presidencia de la cámara baja.

En HCF retrucan que hace dos meses Menem no pensaba igual, porque pidió y recibió candidatos de esas bancadas en las bicamerales de Seguridad Interior, Biblioteca, Inteligencia y revisora de cuentas, que es la encargada de controlar los informes de la AGN. Sería la única en la que el riojano podría abrir un lugar para las fuerzas chicas. Pichetto

El criterio de Martín Menem

Menem estableció el nuevo criterio de reparto de vocalías en las bicamerales cuando tuvo que completar la de Inteligencia, por presión de Patricia Bullrich, preocupada por denuncias sobre supuestas actividades de espionaje ilegal de la policía federal. El negocio es redondo: el lugar que le quita a HCF se lo queda LLA.

Este fin de semana, el riojano repitió la jugada y no le pidió a HCF un vocal para la bicameral especial de reforma del Estado y Seguimiento de las privatizaciones, que volverá a activarse después de estar dos años cerrada, para evaluar las ofertas que reciba el Gobierno por las empresas públicas que pondrá a la venta. Es una de las pocas que Javier Milei pidió que presidiera el oficialismo.

Menem sólo acepta que HCF tenga un lugar en una de las bicamerales. Pichetto pidió que sea para la mixta revisora de cuentas, donde espera ser presidente. Es una comisión que conoce muy bien porque la integró cuando era senador del PJ y asistió en su etapa de auditor, en representación del bloque PRO de Diputados.

Pero ni Monzó ni su pares más cercanos Nicolás Massot y Oscar Carreño están dispuestos a ceder Inteligencia y aclaran que el cupo en la mixta era parte de la negociación por los cargos en la AGN. Este trío comenzó a encuadrarse como opositores rasos al Gobierno, una posición que en su bloque tiene Natalia De la Sota y la dupla del socialismo Esteban Paulón y Mónica Fein.

AGN, otra vez trabada

Como explicó Letra P, Menem ya advirtió que si la negociación por las bicamerales se empantana, se pondrá en revisión los acuerdos por los tres cupos que debe completar la Cámara de Diputados en la AGN.

Después de la sanción de la sanción de la ley Bases y la reforma fiscal, el riojano había dado un paso atrás y cedió el lugar que hasta un mes antes peleaba en el organismo para LLA. De ese modo podía contentar a la UCR y al PRO. HCF, en este esquema, apoyaba al candidato radical, en caso de que el elegido fuera Negri, quien exhibió firmas de 22 de 34 miembros de la bancada.

La pelea por las bicamerales dejó estas cuentas en el olvido. "Nuestra idea era tener el vocal en la mixta y resignar el auditor. Ahora Menem nos quiere poner esta negociación junto a la del resto de las bicamerales y complica todo", señalaron a Letra P voces de HCF.

Vaticinan que pueden negarse a dar cuórum en la sesión del 7 de agosto y bajo ningún caso aprobarán la elección de miembros de la AGN. "Que se arregle Menem con la UCR y el PRO", advierten. Menem ya tiene una contraoferta: que Monzó o Negri se queden con alguno de los cargos vacantes, como la Defensoría del Pueblo o una embajada. Será una negociación de los próximos días.

 

 

* Para www.letrap.com.ar

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