Llaryora quiere desarticular el conflicto salarial docente

El diálogo seguirá siendo la carta principal de Llaryora para enfrentar el conflicto docente que atravesó el primer semestre de su gestión, con un pronóstico que parece que no variará para lo que resta del año. Este jueves, en las oficinas de la Secretaría de Trabajo, el secretario General de la Gobernación, David Consalvi, seguía discutiendo el acuerdo rechazado por las bases con el referente docente, Roberto Cristalli.

El objetivo del oficialismo es que el colectivo docente “dimensione el gran alcance de la propuesta”, según altas fuentes del Panal. Esta afirmación busca exponer una comunicación presuntamente distorsionada o viciada de la UEPC con las bases.

“Los dirigentes de izquierda han contribuido a la confusión de la propuesta, militando el rechazo y luego las medidas de fuerza”, disparan en sintonía con las últimas declaraciones públicas de Consalvi, el funcionario que encabeza las negociaciones.
Cabe recordar que 15 delegaciones departamentales aprobaron la recomposición docente y otras 11 la rechazaron. En consecuencia, la conducción había determinado un paro de 48 horas desde este lunes, tras el final del receso de invierno.
El plan “puente” que piensa Martín Llaryora
Si el diálogo institucional entre el gobierno cordobés y la UEPC no llega a buen puerto, Llaryora no descarta “puentear” a la dirigencia sindical. La comunicación directa con el personal de las escuelas será el camino que sigue. La apuesta es riesgosa.

En el último tramo de su mandato, el exgobernador Juan Schiaretti habilitó la discusión salarial en mesas por fuera del control de los sindicatos. El surgimiento de los “autoconvocados” en salud, por ejemplo, generó tensiones con un sindicalismo siempre afín al cordobesismo. De hecho, quien fuera el titular del Sindicato de Empleados Públicos (SEP), José Pihen, fue legislador hasta diciembre.

Pese al desbande de interlocutores y los bemoles de esa decisión anárquica de negociación, Llaryora no descarta la estrategia de comunicación asertiva para desanudar el conflicto docente que sumó ocho paros en cuatro meses.

El Ejecutivo apuesta al desgaste de las bases que hace dos meses que no reciben aumentos salariales y sufrieron quitas por los días no trabajados en el marco de la huelga.

Ya hicieron algunas experiencias piloto. Previsiblemente, la pesquisa arrojaría resultados favorables a la estrategia oficialista que sostiene que en muchos casos docentes y cuerpo directivo no sabían que la propuesta era “tan amplia”, algo que la UEPC refuta.

“Entrismo” planificado en la UEPC de Córdoba
El llaryorismo acusa a la pata trotskista de la conducción gremial docente de objetivos non sacntos. En dos meses, el personal docente deberá elegir a más de 5.000 delegados y delegadas sindicales. En otras palabras, afirman que la conducción está en campaña y que busca poner a padres y madres en contra del gobierno de Llaryora.

“Buscan meterse en la discusión de los planes de estudios que están en marcha para bajar línea”, agregan en el oficialismo.

Está claro que los cruces anticipan semanas intensas. El sindicato insiste con que la propuesta salarial es precaria, pero por estas horas se analiza una leve mejora.

De cualquier forma, para Llaryora el problema es político y también mira el cronograma electoral de la UEPC. El cordobesismo también jugará sus alfiles en una compulsa clave que redefinirá el mapa de poder interno de uno de los sindicatos más grandes de la provincia, con 80.000 personas activas y 35.000 jubiladas.

La propuesta oficial en las paritarias
La semana que viene, los alfiles de Llaryora presentarán una nueva oferta. La propuesta consta de 15 incisos, de los que sobresalen una cláusula gatillo por inflación y una base que no podrá ser menor a los $560.000 para un docente con 22 horas de carga semanal.

Se da por descontado que Llaryora no se moverá de la línea. Sin embargo, trascendió que habrá algunos ajustes sensibles como, por ejemplo, suspender hasta diciembre el descuento que se hace por recibo de sueldo para financiar la obra social estatal Apross.

Llaryora seguirá apostando al diálogo, pero en su entorno anticipan que también sabe moverse en los conflictos y recuerdan algunos enfrentamientos sindicales en sus administraciones en la capital de Córdoba y en la ciudad de San Francisco.

Con información de Letra P, sobre una nota de  Yanina Passero