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El Círculo Rojo cordobés juega con Javier Milei y Martín Llaryora activa un agente bisagra

POLÍTICA 07/03/2024 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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La presentación de la Fundación Ecosur, el nuevo think tank de la Bolsa de Comercio de Córdoba, sirvió para Martín Llaryora comience afianzarse entre las discusiones del Círculo Rojo mediterráneo, que mira con simpatía el rumbo de la gestión de Javier Milei y se mantiene expectante respecto al rol del gobernador en la discusión nacional.

La Fundación que comanda el extitular del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri, Guido Sandleris, reúne economistas, consultores e investigadores del sector privado y público. Entre ellos, Guillermo Acosta, el ministro de Economía y Gestión Pública de la Provincia y uno de los hombres de mayor confianza de Llaryora, que fue el orador central del acto que tuvo lugar en la sede de la entidad que preside Manuel Tagle.
 
Según el propio empresario, la puesta en marcha de la fundación responde a un viejo anhelo de la identidad: posicionar a la institución en el debate nacional.


“Nuestros aportes a la comunidad política son muy valiosos”, consideró durante su discurso en el que convocó a acompañar a las medidas que lleva adelante la gestión libertaria. En ese pedido, Llaryora fue un destinatario no tan indirecto.
Guillermo Acosta, entre Martín Llaryora y el Círculo Rojo
El ministro cordobés es un referente con puntos de contacto concretos entre el Círculo Rojo y el Gobierno provincial. El nexo hubiera quedado expuesto, salvo por un detalle. No pudo asistir al cónclave de mediodía que inauguró la fundación que lo tendrá dentro del Consejo Asesor. Tal como se había anunciado, Acosta viajó a la reunión con sus pares provinciales en la ciudad de Buenos Aires.
Acosta fue uno de los hombres clave de Llaryora en la gestión en la Municipalidad de Córdoba, esa que sirvió al sanfrancisqueño de trampolín para llegar a la gobernación.

Formó parte de la estructura de la Bolsa de Comercio durante más de 15 años y, además de formar parte de los gobiernos de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, también tuvo su paso por el Ministerio de Producción durante la gestión nacional de Mauricio Macri.

El Consejo Asesor de Ecosur abre la puerta a lo más granado del Círculo Rojo que desde hace décadas combina sus buenas relaciones con el peronismo de Córdoba y las líneas directas con el PRO a nivel nacional.

Desde la apertura de la carrera nacional de Milei, los puentes también empezaron a construirse con el grupo de referentes libertarios que se identifican con el actual ocupante del Sillón de Rivadavia.

Un equipo con sello del Modelo de Gestión Córdoba
El rol de Acosta, entonces, cobra una relevancia mayor en un esquema en el que el empresariado cordobés pone sus expectativas en Llaryora, aunque sostiene los reparos que ya se empezaban a escuchar durante la campaña provincial del 2023: Llaryora no es Schiaretti, con quien la relación era inmejorable.

Su lugar en el Consejo Asesor estará enmarcado en el sostenimiento del poder de lobby cruzado existente desde hace años en el actual Partido Cordobés. Transversal, como le gusta a Llaryora, y bien anclado política e ideológicamente sobre el sector sobre el que se recuesta la conducción de la Bolsa cordobesa.

Allí también estará sentada Julia Pomares, exdirectora Ejecutiva del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec); el exministro de Economía de la Nación macrista, Nicolás Dujovne, y el empresario Eduardo Costantini.

Sumarán su participación Gabriel Raedemaeker, ex-vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas; Verónica Rappoport, que supo acompañar a Sandleris en el BCRA; el exministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich; el expresidente del Banco Santander, Enrique Cristofani; la expresidenta de Transparencia Internacional, Delia Ferreira Rubio; y el exvicepresidente de Endeavor Argentina, Luciano Nicora.

Javier Milei, aprobado
Como ya contó Letra P, el empresariado cordobés que se nuclea en el G6 espera que la convocatoria al diálogo que debería desembocar en la firma del Pacto de Mayo resulte existosa.

En su presentación, Tagle reiteró la necesidad de que la Justicia libere el capítulo del DNU que modifica las normas laborales y, solapadamente, también sugirió que el Congreso permita la vigencia del decretazo libertario.

Entre los presentes hubo gestos de aprobación cuando Llaryora destacó que el Gobierno de Córdoba había avanzado en el ajuste reduciendo salarios y achicando el gabinete.

El gobernador también destacó los “esfuerzos” que comenzaron, compulsivamente, desde el sector público durante su gestión y la estrategia general para sostener el superávit fiscal del que la Provincia hace gala desde hace años.

El propio Sandleris, que aceptó que al Gobierno nacional le estaba yendo “mejor de lo que esperaba”, advirtió sobre los riesgos de acomodar la macroeconomía sólo con ajuste fiscal y ortodoxia monetaria. Y, en un claro mensaje de corte político, consideró que las posibilidades de un gobierno exitoso depende de “la popularidad de Milei” ya que, desde el Congreso, las cosas dependen de las bancadas opositoras.

El consenso como llave
Algo parecido advirtió minutos más tarde Llaryora, que pudo dar forma a un discurso menos crítico y más abierto a la construcción de consensos que siempre pregonó aunque la situación por momentos lo obligó a adoptar un perfil más combativo.

“Las crisis son oportunidades”, dijo al comienzo de su exposición a modo de consigna y celebró la continuidad de la cercanía con los espacios empresarios que fueron uno de los baluartes de los gobiernos de De la Sota y Schiaretti y que ahora esperan que el sanfrancisqueño continúe por la senda de acuerdos que trazaron sus antecesores.

El gobernador insistió sobre la necesidad de un plan productivo, algo en lo que también coinciden la mayoría de los integrantes de las mesas empresarias de la provincia. Logró llevar tranquilidad a los sectores que esperan que Córdoba se convierta en uno de las bases para garantizar la gobernabilidad y el avance de los cambios estructurales que Milei propone.

Llaryora sabe que lo miran con lupa aunque confía en que con el paso del tiempo logrará dar vuelta esa etapa. Acosta es un nexo, pero no se conformará.

Mirándolo a los ojos, Tagle lo bendijo y puso en valor “la experiencia, la determinación y la garra” del cordobés para afrontar la etapa marcada por la “restricción presupuestaria” que a Llaryora no lo asusta, pero sobre la que está dispuesto a batallar.

CON INFORMACION DE LETRA P.

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