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Qué hacer con los pesos: mientras se debilita el dólar libre, crece el atractivo de los bonos soberanos

ECONOMÍA 04/03/2024 Juan GASALLA
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Probablemente si hay una señal de confianza en el futuro próximo de la política económica, esta estuvo dada por las apuestas inversoras, que a todas luces se vienen retirando del dólar “cash” para buscar instrumentos bursátiles más atractivos en el corto plazo. Y en este sentido, hay que enfatizar que las acciones argentinas, el canal de inversión más rentable en 2022 y 2023, perdieron todo el protagonismo, que se trasladó en febrero a los bonos soberanos.

Aunque no puede hablarse de euforia, está claro que el sentimiento positivo que defiende el mercado no se condice con la realidad macroeconómica de un 2024 recesivo e inflacionario para la gran mayoría de los habitantes, poco familiarizados con las inversiones sofisticadas. Por lo tanto, vuelve a imponerse otra vez la premisa que reza que el mercado se mueve por expectativas más que por los datos concretos del presente.

En los últimos días le dio impulso a esta expectativa que el ministro de Economía, Luis Caputo, declarara que “hay un control fiscal y monetario fuertísimo y eso empieza a anclar expectativas”. También destacó el ministro que “era importante llegar al equilibrio fiscal rápidamente. No hay antecedentes mundiales en que haya pasado lo que pasó. Haberlo hecho el primer mes genera mucha credibilidad. Ahora la duda es si se puede sostener”.

Caputo ve probable eliminar el cepo “antes de fin de año”, confirmó que “la meta es dolarizar cuando las condiciones sean las óptimas” y expresó que las condiciones estarán dadas “cuando logremos sanear las cuentas del Banco Central. Eso viene pasando mucho más rápido de cualquier hubiera imaginado. A la base monetaria amplia la hemos reducido un 27% en términos reales y ya hemos comprado USD 7.500 millones”.

Los bonos en dólares de Argentina exhibieron en Wall Street ganancias acumuladas en febrero que llegan al 13% en los títulos más cortos, los Globales 2029 y 2030. En la misma línea, el riesgo país de JP Morgan regresó a la zona de los 1.700 puntos básicos, un mínimo desde abril de 2022.

En contraste, el dólar libre profundizó la caída mensual, para ser operado a $1.030 para la venta. Registra en febrero un descenso de 165 pesos o un 13,8%, mientras que recortó las ganancias obtenidas en el primer bimestre de 2024 a solo cinco pesos o un 0,5%, frente a una inflación estimada en un 40% en el período. En una magnitud similar retrocedieron los dólares bursátiles, con el “contado con liqui” y el MEP otra vez debajo de los 1.100 pesos.

¿A qué se debe la debilidad de la divisa?
El analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano explica que “la iliquidez en el mercado es manifiesta, la circulación monetaria es muy parecida a la existente al 7 de diciembre de 2023, el viernes anterior a que asuma Javier Milei. La circulación suma $7,7 billones, la falta de dinero en el mercado es manifiesta, y la aceptación de otros medios de pagos, como billeteras virtuales y tarjetas hace que la economía sea más formal, se paguen más impuestos, y los precios sean más elevados. Cuidado”.

“En la actualidad con la falta de billetes es una tarea casi imposible. El dólar tarjeta se ubica en $1.400, mientras que el dólar MEP en $1.050, la conclusión es: ‘No hay plata’ (literal)”, afirmó Di Stefano. “Si tomamos el total de los pasivos monetarios medidos en pesos suman $ 44,5 billones, mientras que las reservas suman USD 27.140 millones, lo que nos deja un tipo de cambio de equilibrio de 1.641 pesos. Este tipo de cambio de equilibrio no se traduce en un precio de mercado, porque la oferta de bonos dolarizados hace que estos instrumentos estén sobre ofertados y generen una caída de dólares. La última colocación de Bopreales serían USD 3.000 millones, y si no hay nuevas colocaciones, quedará el camino libre para una suba en los tipos de cambio”, precisó.

Desde diciembre está vigente el denominado dólar “blend” por el cual los exportadores liquidan 80% de sus ventas a través del mercado mayorista y el 20% mediante el “contado con liquidación”, principalmente a través del Bonar 2030 (AL30C) en el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral de ByMA), que le da al mismo tiempo mucho volumen a la operatoria con bonos mientras se descomprime la brecha cambiaria.

“Mientras Milei persiga que las cuentas fiscales y las monetarias estén saneadas, tenemos que concluir que la brecha cambiaria actual es razonable e incluso elevada”, sentenció Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital.

“La brecha se va a achicar a partir de mayo, el 20% de la exportación de la cosecha gruesa se liquide al contado con liquidación inverso”, subrayó.

¿Por qué suben los títulos públicos?
A la salida de fondos que permanecían estacionados en divisas le correspondió en el último mes el alza de los títulos soberanos, que ofrecen una apreciable tasa de retorno medida en dólares y captaron rápidamente los fondos ociosos en el mercado.

Javier Casabal, estratega de Renta Fija de Adcap Grupo Financiero, subrayó que “el mercado se está volviendo muy optimista respecto a la convicción de Javier Milei. De hecho, es un verdadero ‘cambio de régimen’ digno de celebración, dado que la mayoría de los inversores no confiaban en la capacidad del Presidente para reducir el déficit hace sólo unas semanas. En todo caso, de alguna manera se está excediendo”.

“Sin embargo, -agregó el analista- en algún momento esperamos que el mercado comience a valorar el riesgo de implementación: una vez que se tomen las medidas, si se pueden mantener en el mediano y largo plazo. Las cifras de pobreza y la caída en el índice de aprobación de Milei pueden no ser del todo preocupantes ahora, pero probablemente lo serán después de que el conflicto de precios se convierta en uno de cantidades. La recesión está empezando a afectar a la mayoría de sectores y, en algún momento, el desempleo podría convertirse en el dato relevante a seguir en lugar de las cifras de inflación”.

“Aunque algunas de las noticias recientes respaldan las perspectivas optimistas para la deuda soberana, preferimos tomar ganancias y pasar a posiciones defensivas menos expuestas al riesgo de implementación. Eso significa permanecer en AL38 o 2035 en lugar de 2030, pasar de Bonos Provinciales y Bonos en Pesos a Bopreal, uno de los pocos bonos que encontramos baratos ahora debido a los flujos técnicos”, consideró Casabal.

Salvador Di Stefano afirmó que “el bono AL30 tiene un gran recorrido a la suba, si Argentina consolida el escenario fiscal, logra ingresar al mercado voluntario de deuda, y cumple el cronograma de pagos del bono. Todo esto no parece imposible, aunque si difícil a corto plazo”, mientras que “el bono largo AE38 es el que más tiene para subir en paridad si Argentina normaliza la curva de rendimientos con una fuerte baja del riesgo país”.

“Hay bonos de todos los gustos, bajo respaldo del Banco Central, Tesorería o empresas. Pagan en dólares MEP o contado con liquidación. Si Argentina mejora su posición fiscal hay margen para fuertes subas, el inversor deberá decidir qué riesgos quiere tomar. Todos estos bonos se pueden utilizar para tomar financiamiento vía caución lo que los hace doblemente atractivos. Se necesita más difusión de estos instrumentos, en Argentina hay muchos dólares estacionados, que dejan de ganar dinero por desconocer que hay otras inversiones, con cupones de renta atractivos y que hacen la diferencia”, apuntó Di Stefano.

“A partir de julio de 2024, los Bonos Soberanos Argentina Hard Dollar con Ley Nueva York (Globales) y Ley Local (Bonares) comienzan a amortizar. Por tal motivo, se percibe un salto en el pago de servicios de deuda que, desde enero de 2025, será de USD 4.700 millones de manera semestral -son montos brutos, es decir, no contemplan las tendencias del sector público-”, precisó un informe de Schroders Argentina.

El foco en el Bopreal
El Banco Central lanzó la licitación de la Serie 3 de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), destinados a la cancelación de deuda con los importadores, con la expectativa ampliar las colocaciones de las Series 1 y 2, que totalizaron USD 7.000 millones y que vienen profundizando los volúmenes negociados en el mercado secundario.


La Serie 3 del Bopreal prevé un monto máximo de emisión por un valor nominal de USD 3.000 millones. El bono vence en 2026 y amortiza trimestralmente a partir de noviembre 2025. Ofrecerá una tasa nominal del 3% anual en dólares que comenzarán a pagarse también trimestralmente desde agosto 2024.

La gran dificultad para esta estrategia del Central, es que la caída del dólar bursátil lo vuelve más atractivo para los importadores, mientras que se pierde el interés por el Bopreal. De consolidarse esta tendencia, las cotizaciones alternativas del dólar podrían encarar un rebote por mayor demanda.

Un Bopreal que ahora está cotizando a USD 64 en el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral de ByMA), hacerse de las divisas para el importador representaría un costo aproximado de $1.500 por dólar (al adicionar el 17,5% de impuesto PAIS), contra un “liqui” en $1.100. Además, la Serie 3 se distancia de la Serie 1 por ser menos ventajosa en cuanto a cupones, duration y no permite utilizar el título público para pagar impuestos.

“El Bopreal Serie 2 vence en junio de 2025, por lo tanto, amortiza completamente capturando un solo pago desde dicho salto. Esto es relevante porque podría ser percibido como un Bono Soberano Hard Dollar con baja probabilidad de default -relativo a los demás- y, a diferencia de los Globales y Bonares, cotizar por yield (tasa de retorno) en lugar de paridad”, evaluaron desde Schroders.

Fuente: Infobae

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