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Sergio Massa rearma el Frente Renovador y Martín Llaryora le alambra Córdoba

POLÍTICA 24/02/2024 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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Sergio Massa relanzará el Frente Renovador con un acto que encabezará el 5 de marzo en la provincia de Buenos Aires. El rearmado de su fuerza, con la deskirchnerización que supone pero con Cristina Fernández de Kirchner de nuevo en cancha, tendrá correlato en Córdoba. Con mayor discreción, por cierto, para medir su relación con Martín Llaryora.

Massa habla con la dirigencia de la provincia que desoyó los imperativos del entonces gobernador y aspirante al Sillón de Rivadavia, Juan Schiaretti, y soportó la supuesta neutralidad de su sucesor peronista en el cargo provincial.

En su oficina porteña de Avenida del Libertador, Massa recibió ya a algunas figuras de su armado local y tiene agendada citas con otras más para los días que siguen. A todas ellas les cuenta los detalles de la primera fase de su plan político, que incluye reclamar como propio lo que cree que se ganó en la provincia más refractaria al peronismo nacional de la que se tenga registro.


Massa trabajará ese componente idiosincrático con su propia marca partidaria y apelando a las viejas amistades que tiene en la provincia. Será complejo, porque el gobernador no estará dispuesto a compartir la jefatura del peronismo provincial. Ya se lo hizo saber con gestos concretos.

La cerca para Sergio Massa
En el gabinete ocupan lugares expectables varios de los armadores de Massa en la campaña. Por ejemplo, el ministro de Cooperativas, Martín Gill, referente en campaña de una treintena de intendentes massistas. También, hubo acuerdo con el exsenador Carlos Caserio con un lugar para la exlegisladora, Mariana Caserio, en el directorio del Ente Regulador de Servicios Públicos de la provincia (Ersep) .
El entorno del exintendente de Villa María ratifica que el proyecto de Partido Cordobés de Llaryora no choca con las relaciones de vieja data. “El vínculo con Massa no perimió”, sostienen. Como otras fuentes del massismo local reconocen que la prioridad es el proyecto del gobernador.

Caserio mantiene alta su expectativa de seguir activo en el juego de la política nacional y por eso sostiene esas relaciones con la dirigencia insoslayable del peronismo nacional.

Por si llega a quedar alguna duda del liderazgo en el justicialismo cordobés, no pueden pasar desapercibidos algunos movimientos que hizo Llaryora en la semana en que se conoció el “regreso” de Massa.

El mandatario provincial pasó por Alta Gracia, gobernada por Marcos Torres, quien fue el primer intendente peronista en gritar a viva voz su apoyo a Massa. La jugada fue meditada por el dirigente que ganó su reelección con un porcentaje récord y albergó algún temor por posteriores represalias dentro del cordobesismo.

Siempre tuvo claro que, entre una opción peronista y otra libertaria, la primera asomaba como excluyente. Mucho más, si se tiene en cuenta que la ciudad cabecera del departamento Santa María fue beneficiada con acuerdos por obras durante la gestión del ministro-candidato, como tantas otras.

La mano amiga en Córdoba
Parte de esas obras planificadas en Alta Gracia son las que Llaryora dará continuidad, pese a la motosierra afilada de Javier Milei. En concreto, anunció esta semana un convenio por $100 millones para la recuperación del acceso principal a la ciudad del Tajamar.

Tampoco pasó desapercibida la visita del ministro de Agroindustria, Sergio Busso, a Leones. La ciudad que gobierna Fabián Francioni, otro armador de Massa, aunque más cercano a Cristina Fernández de Kirchner, recibió un incentivo de más de $22 millones para 153 productores agropecuarios de los departamentos Marcos Juárez y Unión.

“El programa de Buenas Prácticas Agropecuarias es una acción muy federal, lo valida cada uno de nuestros pueblos. Ojalá que esto se contagie y llegue a ser una política nacional”, recordó Busso, de paso, las ambiciones nacionales del nuevo cordobesismo con hambre presidencial.

Según fuentes locales que hablaron con Massa en las últimas horas, el exministro asume que la relación con Llaryora será más compleja que antes. Primero, por las heridas que dejó el juego dividido en la campaña. Segundo, porque ni uno ni otro está dispuesto a ceder en la búsqueda de centímetros en el tablero político nacional.

Sin embargo, para sus nuevos objetivos confía en el vínculo que mantiene con la diputada Natalia de la Sota, el legislador Federico Alesandri y una de sus armadoras, Tania Kyshakevych, dirigencia que se mueve con autonomía en el peronismo provincial.

CON INFORMACION DE LETRA P.

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