En otra sintonía

La TV Pública cierra la grilla de transmisiones de los festivales semana a semana. Las negociaciones son rápidas e intensas y van a contrapelo de la batalla cultural selectiva que lidera el presidente Javier Milei, quien giró aportes extraordinarios al gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, pero le pidió al gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, que no gaste en eventos.

Curiosamente, la mayoría de las fiestas televisadas por el canal estatal -Festiva País acumula horas y horas en su programación- son cordobesas y, como no podía ser de otra forma, un evento de importancia sentimental para el gobernador tuvo su espacio correspondiente en el medio público.
 
En esa batalla por fondos como telón de fondo, que tuvo un pico de rating con el ataque presidencial a Lali Espósito, la señal abierta transmitió el Festival del Humor, la Buena Mesa y la Canción de San Francisco, la ciudad que registra la llegada de Llaryora a este mundo y también a la política. La televisación era un factor innegociable en el marco de esta carrera de mostrar la marca Córdoba, aun en tiempos de crisis.

Damián Bernarte, el intendente de la localidad cabecera del departamento San Justo que, junto con la capital, le aseguró la elección provincial a Llaryora, hizo un balance del festejo. Sin entrar en detalles de números fríos, el alfil del jefe de cordobesismo destacó la masividad del evento.
“Es el festival que más personas han accedido al festival y tiene que ver con la televisación; se ha visto promocionado a la altura de los mejores festivales del país. Tratamos las tres noches de tener dos shows importantes, lo hemos sobrepasado y eso es algo muy bueno”, ponderó Bernarte en conferencia de prensa.
Martín Llaryora y la guerra cultural
A esta altura, queda bastante claro que Llaryora llenará cada centímetro disponible para desmarcarse de Milei y su estilo de gobierno. No quería ser el primer opositor, pero, como contó Letra P, tiene varios motivos para moverse como tal.

Llaryora expuso las variables que justifican la realización de los festivales y los grandes eventos públicos en la provincia. En una de sus últimas entrevistas, dijo que el mítico Cosquín Rock, que organiza el productor José Palazzo, redundó en una ocupación hotelera del 85% en el Valle de Punilla.

El ejemplo no fue azaroso. Palazzo protagonizó un duelo verbal con Milei luego de que replicara en Twitter a un troll que aseguró, sin datos que lo respaldasen, que el evento tenía un valor de cuatro millones de dólares. “¿Quién lo financia?”, se preguntaba el tuitero sarcástico que gozó del favor virtual del Presidente.

Curiosamente, uno de los espónsores del Cosquín Rock fue YPF, la empresa petrolera que tiene al Estado como accionista mayoritario. Huelga preguntarse, entonces, si el gobierno minarquista dice una cosa y hace otra o, lo que es posible también, no controla todos los gastos de las dependencias del Estado.

La TV Pública, aliada inesperada
En medio de la pelea, el festival sanfrancisqueño llegó a todos los hogares del país. Llaryora completó una apuesta tradicional del cordobesismo que se resignifica en esta coyuntura. Junto al intendente Bernarte, el gobernador se encargó de dejar en claro que no cedería ante las hostilidades presidenciales.

“¿Ustedes creen que cuando Cosquín hace las lunas no se llenan todos los hoteles? ¿No venden todos los restaurantes de Cosquín y se movilizan? ¿O cuando lo hace Jesús María? O cuando también lo hace Villa María, ¿no genera un movimiento económico que a veces es uno de los más grandes que se realizan en esa ciudad? Aun en esta corriente que hay hoy en contra de la cultura, nosotros decimos con respeto: en Córdoba la cultura se defiende”, dijo Llaryora en San Francisco antes de desembolsar 30 millones de pesos del gobierno provincial para la realización del evento.

Gastos compartidos
En el marco de la motosierra de Milei, el interventor del organismo Radio y Televisión Argentina (RTA), el cordobés Javier Monte, partió diferencias con las comisiones organizadoras de los festivales. Básicamente, con el caso testigo del Festival de Cosquín, se dividieron los gastos de la transmisión. Esta modalidad de negociación aplicó en cada uno de los eventos transmitidos.

En el caso del Festival de la Buena Mesa, como ocurre con todos los eventos similares en la provincia, el financiamiento proviene de los propios municipios organizadores, la provincia y entidades privadas.

CON INFORMACION DE LETRA P.