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Javier Milei lo hizo: Martín Llaryora se recibirá de opositor

POLÍTICA 20/02/2024 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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Martín Llaryora no hubiera elegido el lugar en el que le toca estar parado, pero ahí lo puso la imprevisibilidad de Javier Milei, que lo eligió como uno de sus blancos predilectos. Sin embargo, el gobernador de Córdoba no apechuga y sostiene el reto.

Mientras otea el horizonte, buena parte de la dirigencia lo ve como un potencial líder de la oposición, a la que la crisis de la política que vino a expresar el libertario deja más expuesta. Allí se ubica una de las principales razones por la cuales el sanfrancisqueño considera que no es tiempo de subirse a la ola de agresiones propuestas por el propio Milei.
 
Prefiere seguir combinando gestión con proyección y esperar el llamado del Presidente, que, entiende, deberá llegar en algún momento. “No es tiempo de agresiones”, repite cada vez que alguien le pregunta por el último dicho o retuit con referencias a su persona. Su entorno admite una preocupación general por la falta de diálogo, que obliga a Llaryora a subirse a una pelea de la que, quizás, no haya retorno. En el medio, aseguran, está la gente.


El rol de Martín Llaryora
"Siempre fuimos opositores porque tenemos una concepción política distinta a la que sostiene el gobierno nacional, que dice que el Estado es una banda criminal", explican en Córdoba.
Esa mirada es la que el gobernador sostiene en cada una de las apariciones públicas donde discute el plan de Milei. En paralelo, advierte sobre la necesidad de avanzar en políticas de contención ante lo que considera "un ajuste brutal" y en un plan productivo que le permita al país transitar la senda del crecimiento.

Con manual cordobesista, el llaryorismo imaginaba un tiempo prudencial de diálogo abierto durante el cual Córdoba estaba dispuesto a facilitar el mandamás libertario las "herramientas necesarias" para encarar la primera parte de la gestión. A sabiendas de las diferencias, Llaryora pensaba afirmarse en la gobernación y salir a dar el debate “en dos años”, pero el Presidente lo marcó.

Lo llamó "traidor" y apuntó contra él como un caso testigo de su batalla contra los gobernadores. "Nos quedamos en el molde dos o tres días, pero no podemos quedarnos callados. No es personal, somos el Gobierno de Córdoba y tenemos que defender a los cordobeses, que son los que sufren las decisiones que se toman a nivel nacional", explican.

Ajuste brutal
Aunque las primeras diferencias entre Llaryora y Milei se plantearon en torno a la discusión productiva, que trabó buena parte de los artículos de la ley ómnibus, la preocupación central es ahora económica y mira al horizonte inmediato.

El ajuste empieza a hacer estragos en los sectores más postergados de la sociedad y en Córdoba advierten que eso no está siendo analizado con el cristal adecuando por la Nación. “Insensibilidad” es la palabra que utilizan para describir la actitud que “festeja el superávit fiscal mientras hay gente que vive en una situación desesperante”.

En las provincias, el ajuste tiene aroma de venganza. Y eso no es algo que sólo piense Llaryora, que como la mayoría de sus pares observa cómo se recortan fondos que estaban establecidos por ley y también destacan que el tijeretazo se hizo efectivo luego del primer tropezón legislativo de los libertarios.

“Piensan que están castigando a los gobernadores y a los intendentes, pero le están complicando la vida a la gente”, insisten y anticipan que sobre ese eje se estructurará la próxima batalla con la Nación. Será colectiva.

Diálogo y tarifas en Córdoba
“Tenemos la responsabilidad de reclamar diálogo”, dicen los cordobeses que empiezan a ver cómo las decisiones nacionales complican el día a día en la provincia. Incluso políticamente, el enojo de Milei envalentonó a los opositores que se sienten más cercanos al gobierno nacional y usan los argumentos libertarios para cuestionar al gobernador que asumió el pasado 10 de diciembre.

Por lo pronto, el Gobierno de Córdoba también redobla la apuesta de un modo peligroso y decide pasar a la tarifa las decisiones nacionales. Desde este viernes, el boleto en la ciudad de Córdoba cuesta $700 experimentando una suba que, sólo en febrero, superó el 190%. La razón de ese aumento -que agita los humores en el territorio que gobierno Daniel Passerini- es la eliminación del Fondo Compensador anunciada a comienzos de mes.

“Nos tienen que llamar, no somos sus empleados”, se quejan los intendentes. “Estamos reclamando plata que es nuestra, las provincias preexisten en el Estado nacional, que dicho sea de paso no genera un peso. Nosotros no queremos que nos den plata, estamos pidiendo lo que nos corresponde por derecho y por ley, nada más”, dicen en el Partido Cordobés intentando poner el debate en orden.

El peso de Javier Milei
Al transporte le continuará el conflicto con los docentes, que va vienen con una relación tirante con Llaryora, y luego se abrirá el debate en torno a las tarifas. En medio de todo, el gobernador deberá resolver los problemas con los jubilados provinciales y buscará la forma para que las finanzas cordobesas logren surfear la crisis que se profundiza.

Tiene con qué, pero también queda expuesto nacionalmente en un debate que lo desgasta y lo obliga a salir a responder, cuando lo que estaba en sus planes era sentarse a conversar.

La discusión a lo que lo empujó el Presidente pone en juego su perfil de estadista, pero también su paciencia, que sostiene tomando la actitud que ya eligieron muchos de los personajes a los que el Presidente ataca furibundamente: bajar la espuma, sobre todo en un territorio en el que Milei conserva altos niveles de aprobación.

Llaryora sabe que la escalada puede convertirse en infinita y teme que eso termine golpeando a los cordobeses. Por eso le preocupa la falta de diálogo, porque en el fondo Milei le plantea un problema político que, en verdad se traduce en uno económico y, eventualmente, podría convertirse en uno de gestión.

CON INFORMACION DE LETRA P.

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