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Mauricio Macri terminó un año con más protagonismo y comienza un 2023 con expectativas por el poder

POLÍTICA 02/01/2023 Ricardo Carpena*
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“Sigo en el mismo lugar. No estoy anotado. Sigo trabajando”. Lo afirmó Mauricio Macri el viernes pasado al responder una pregunta en LN+ sobre su posible candidatura. Fue su último mensaje de 2022, el año en el que recuperó un fuerte protagonismo en la oposición y se sintió reivindicado en su gestión de gobierno, sobre todo por los resultados que muestra el Frente de Todos en el poder. ¿Qué le deparará al ex presidente este decisivo 2023? ¿Su “segundo tiempo” en la Casa Rosada? ¿Una condición de líder que sólo custodia las políticas que pondrá en marcha Juntos por el Cambio?

Sus definiciones ante el periodista Jonathan Viale no fueron estrictamente novedosas, pero resultaron significativas en momentos en que se acerca la resolución de la interna del PRO. Por ejemplo, cuando ratificó indirectamente su apoyo a las PASO para dirimir candidaturas: “(En Juntos por el Cambio) vamos a tener competencia. Hay varios anotados. Tenemos que trabajar juntos porque lo que hay que construir es enorme”. Incluso fue sugestiva la advertencia de que habrá heridos luego de que las primarias dejen ganadores y perdedores: “Es tan importante la tarea que tenemos por delante que nadie puede sentirse enojado si en vez de técnico es el goleador, el arquero o el mediocampista”.

No parece casual que Macri haya brindado este tipo de definiciones tras reunirse en Buenos Aires con Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal y antes de encontrarse con Horacio Rodríguez Larreta en el country Cumelén, en Villa La Angostura, Neuquén, la nueva meca del PRO hacia donde peregrinan los dirigentes del partido que tienen aspiraciones de conducir el país.

¿Qué les pidió públicamente Macri a los presidenciables de la coalición opositora? “Hay que tener ideas claras, saber que somos el cambio o no somos nada, que no se puede transar con ningún privilegio ni con ningún mafioso. Hay que convocar gente sana, que trabaje en equipo, la mayor parte posible que haya tenido experiencia de gobierno, que es un activo que tiene Juntos por el Cambio. No tienen que practicar buenismo, como practicó quien les habla, y no simplificar porque hay que saber que estamos en un mundo complejo, pero lleno de oportunidades”, dijo el ex mandatario.

En privado, dio otro mensaje clave que tranquilizó a sus interlocutores: les dio garantías de que mantendrá su imparcialidad en la pelea por la candidatura presidencial del PRO y que no se pronunciará a favor de ninguno de los tres postulantes del partido. Ese fue el anuncio que dejó contenta a Bullrich cuando se vieron a solas en Buenos Aires, poco después de que el ex jefe del Estado regresó de Qatar. Y es lo mismo que escucharon de su boca Vidal y Rodríguez Larreta. El alivio incluso se registró, en realidad, porque tampoco quieren un apoyo explícito de Macri: buscan llegar a la Casa Rosada por sus méritos y no porque el ex presidente les levantó la mano.

Antes de irse de Cumelén, Macri volverá a recibir a Bullrich, quien regresará el 18 de enero de sus vacaciones en Brasil y viajará inmediatamente a Villa La Angostura para tener su nueva reunión con el ex mandatario y, sobre todo, la foto que la pondrá en un pie de igualdad con Rodríguez Larreta.

Los máximos líderes del PRO tendrán un verano movido como preámbulo de un mes de marzo decisivo, en el que Macri prometió a su entorno que despejará finalmente todas las dudas acerca de su candidatura. Pero en enero y en febrero, hasta que cerca del 20 vuelva a Buenos Aires, el ex presidente tiene previstos más encuentros políticos y viajes relámpago de impronta proselitista, como el que haría a Pinamar para hablar con los vecinos y reunirse con el intendente Martín Yeza.

Bullrich acomodará su agenda de la segunda quincena de enero para visitar a Macri en Cumelén, pero ya está definido que el primer tramo de 2023 estará en la Fiesta del Chamamé en Corrientes, en la costa atlántica, Balcarce, Córdoba, Luján y Mercedes, mientras que en febrero el clima de campaña no parará ni un día: recorrerá San Nicolás, Ramallo, San Pedro, la Feria de los Artesanos en Colón, Entre Ríos; Viedma, Patagones, Las Grutas, Monte Hermoso, la Fiesta de La Chaya en La Rioja, el Carnaval de Lincoln, la Fiesta del Girasol en Carlos Casares, la Fiesta de la Confluencia en Neuquén, el Carnaval en Humahuaca, el Cosquín Rock de Córdoba y la Fiesta del Queso de Cabra en Salta.

Semejante itinerario obligó a sus asesores a desistir de alquilar dos ómnibus para trasladar a Bullrich como si fuera una estrella rockera de gira, por lo que, además de los viajes en avión, se moverá en dos autos junto con una comitiva reducida para llegar a tiempo a todos lados. Su idea es estar en contacto con la gente y no con los dirigentes políticos. Tampoco proclamará ningún candidato en el interior. La jefa del PRO quiere mostrarse cerca de los votantes, hasta tal punto que sus allegados prometen que bailará chamamé cuando el 20 de enero visite Corrientes. Pero extremará la “austeridad” en sus movimientos porque busca diferenciarse lo máximo posible del estilo de Rodríguez Larreta: “No ofrecemos cargos ni contratos”, afirman con malicia sus operadores al apuntar a la incorporación de Martín Redrado, Waldo Wolff, Silvia Lospennato y otras figuras al gabinete porteño.

Para Rodríguez Larreta, la jugada de reforzar su equipo en la ciudad acrecentó la imagen de un líder que suma más respaldos de dirigentes, incluso de algunos que no sintonizaban con su personalidad moderada, como el caso del “halcón” Wolff. Además, el anuncio graficó la amplitud con la que se propone gobernar si llega a la Casa Rosada: en el andamiaje porteño convivirán personalidades como Lospennato y Cynthia Hotton, cuyas posturas sobre la legalización del aborto están en las antípodas.

Al sumar a Redrado, más allá de su experiencia como economista, también corrió un riesgo: la designación del ex presidente del Banco Central fue cuestionada por colegas del espacio como Guido Sandleris, quien ocupó ese cargo durante el gobierno de Cambiemos, y Lucas Llach, ex vicepresidente del Banco Nación. Pero hay alguien de mayor peso interno que no comparte el nombramiento: Macri. Se lo dijo a dos de sus allegados. La duda es si también se lo comentó al propio Rodríguez Larreta.

En el larretismo algunos esperaban que el jefe de Gobierno le pidiera una opinión al ex presidente en Cumelén sobre los nuevos chats que se difundieron, y que el kirchnerismo amplificó hasta el cansancio, entre el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, y Silvio Robles, vocero del presidente de la Corte, Horacio Rossati; Silvia Majdalani, ex número dos de la AFI, y Marcelo Violante, titular de Dakota, empresa de acarreo contratada por la ciudad de Buenos Aires.

D’Alessandro aseguró que los chats son falsos (”hubo hackeo, manipulación y montaje”) y denunció en la Justicia al diputado ultrakirchnerista Rodolfo Tailhade por espionaje ilegal. Rodríguez Larreta avaló que saliera a defenderse, mientras el ministro sostuvo que cuenta con su apoyo. El jefe de Gobierno insistió en que el tema está en manos de la Justicia y contestó con una evasiva cuando Jorge Fontevecchia le preguntó en una entrevista en Perfil si pondría “las manos en el fuego” por el funcionario. Alguien que trata en la intimidad a Rodríguez Larreta afirmó que no lo desplazará de su puesto, pero que espera que el ministro de Justicia y Seguridad “tome la decisión correcta”.

Los tiempos se aceleran para todos en el PRO. El alcalde porteño prepara el lanzamiento de su candidatura para la segunda quincena de febrero o principios de marzo. La ex ministra de Seguridad no piensa en ningún lanzamiento formal, pero ya imagina la proclamación de su fórmula, secundada por un dirigente radical, para marzo. Será el mes en que Vidal resolverá su futuro y el mismo período en el que Macri, con las últimas encuestas en mano, decidirá si intenta o no volver al gobierno.

El célebre poeta T.S. Elliot escribió que “abril es el mes más cruel, hace brotar lilas en tierra muerta, mezcla memoria y deseo, remueve lentas raíces con lluvia primaveral”. Es lógico que las máximas decisiones del PRO conviertan a marzo en el mes más cruel: lo que está en juego no tiene nada que ver con la poesía, pero sí con la más decisiva de las instancias para regresar al poder.

 

 

* Para www.infobae.com

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