En la superficie, nada parece haber cambiado demasiado desde que el Suoem arrió las banderas y avisó a sus representados que levantaba todas las asambleas y volvía a la mesa de negociación. En rigor, ese segundo capítulo del reclamo ya se había desdibujado, mitad por el receso, mitad porque el propio municipio lo financió, pagando horas extra (horas módulo) en simultáneo a la realización de las asambleas.
Desde entonces no hubo novedades en lo estrictamente vinculado a la paritaria municipal. Al menos hasta ayer.
Según informaron a Alfil altas fuentes municipales, la negociación con el gremio viene dándose en buenos términos, aunque las posiciones siguen distantes. El Suoem pretende que la paritaria se negocie, indefectiblemente, por encima de la inflación. Y que la actual negociación cubra el primer trimestre del año.
Desde la esquina del Ejecutivo aceptan tomar la evolución de la inflación como una variable de peso, pero insisten en que no arribarán a ningún acuerdo que comprometa las cuentas municipales, con lo cual, la recaudación deberá ser la otra variable atener en cuenta para llegar a un acuerdo.
Además, explican que para el Ejecutivo es imposible establecer una proyección fidedigna de cómo evolucionará la recaudación del municipio contando sólo con los datos de enero. Con lo cual, aunque no descartan que pueda haber un acuerdo trimestral con el Suoem, entienden que lo más viable sería avanzar en acuerdos mes a mes hasta que se pueda trazar una proyección más confiable de los ingresos.
En cualquier caso, son consientes de que enero ya está casi en el retrovisor, y confían en que el acuerdo llegará en los próximos días.
No se trata del único frente de negociación entre el gremio y el municipio. En simultáneo a la paritaria, que Rubén Daniele negocia en la previa de los comicios internos con los que buscará su decimotercer mandato, el gremio presiona por pases a contrato para los becarios que entraron al municipio en los primeros años de la gestión Llaryora.
Si el hermetismo con el que se maneja la paritaria es alto, la información que hay en torno a la negociación por pases a contrato es todavía más difícil de rastrear, y siempre extraoficial. Hecha la salvedad, fuentes gremiales hablan del pase a contrato de más de 1.500 agentes, entre los cuales más de la mitad serían becarios y monotributistas emparentados con empleados municipales. De concursos, ni hablar.
Ese costado de la negociación se vuelve especialmente importante para Daniele por la proximidad de las elecciones internas del Suoem, que definió su cronograma electoral antes de que terminara el 2024.
Según información publicada por el propio sindicato, la Junta Electoral quedó constituida el 16 de enero, el cierre de listas tendrá lugar el 6 de febrero, la exhibición de padrones definitivos será el 21 de febrero, y la elección de nuevas autoridades, el 10 de abril.
Daniele no tiene competencia interna. La lista Fucsia del Partido Obrero todavía no tiene candidatos, y lo más probable es que el histórico jerarca del Suoem sea proclamado como Secretario General por otros tres años la semana que viene, en el mismo acto de cierre de listas.
No es el escenario que Daniele elegiría. Siempre es preferible tener un adversario en contra del cual legitimarse. Llegado el caso, la lista Verde suele aplastar a sus adversarios internos con más del 80 por ciento de los votos (de mínima).
En ese marco, la mejor manera de fidelizar la unidad de la lista Verde es garantizado a los municipales de cada repartición la perpetuación de su linaje, consiguiendo mejorar el estatus de su descendencia de becarios a contratados. Ese sería el quid de la cuestión. Si entre el gremio y el Ejecutivo no hay fumata blanca, no sería tanto por la negociación paritaria como por la disputa en torno al reparto de contratos.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE FELIPE OSMAN.