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Tras la baja de tasas, el Gobierno evalúa sus próximos pasos: devaluación más lenta y asegurar el pago de los vencimientos

ECONOMÍA Mariano BOETTNER
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El Gobierno activó luego de seis meses una nueva baja en la tasa de interés de referencia y para el mercado podría ser un preanuncio de otras medidas que podrían llegar hacia fin de año. En el equipo económico analizan una reducción en la velocidad de depreciación del tipo de cambio oficial, mientras afinan los detalles finales de un préstamo de un grupo de bancos para “blindar” el programa financiero del 2025. Todavía persisten, en ese contexto, dudas sobre si el ingreso de divisas permitirá al Poder Ejecutivo mantener el esquema cambiario sin retoques a lo largo del año próximo.

El Banco Central recortó la tasa desde 40% a 35% nominal anual, lo que implica un interés de 2,9% mensual, en línea con las expectativas de inflación de octubre que esperan algunas de las consultoras que hacen mediciones semanales de precios. La suba de los mayorista ya había dado antes una señal de convergencia al mismo ritmo de crawling peg de 2% mensual en septiembre.

El mercado especulaba que en ese contexto estaba al caer alguna decisión de política monetaria. El BCRA fue más cauto que en la primera parte del año para reducir la tasa; esperó seis meses para volver a retocarla. La última vez que lo había hecho despertó a los tipos de cambio paralelos ante la salida de inversiones en pesos y dolarización de carteras. Todo ese proceso hizo acelerar al Gobierno hacia la “Fase 2″ del plan económico con un cierre mayor de las canillas de emisión monetaria.

Algo más de cuatro meses después de haber anunciado esa segunda etapa, también acompañada de una mayor intervención en el mercado paralelo del tipo de cambio al volcar más dólares de la liquidación de exportaciones como oferta al contado con liquidación, de manera de absorber aún más pesos, y con las variables más alineadas, el Gobierno espera ahora la reacción del mercado a un nuevo recorte de tasas.

“Esta baja parece responder a la desaceleración de la inflación buscando mantener las tasas empardadas. Además, el BCRA indicó que esta disminución de tasas se relaciona con el objetivo de afianzar la estabilidad de precios (continuando la creencia de una política monetaria expansiva para contener precios, divulgada desde principios de año), en línea con la estrategia fiscal del Gobierno”, analizó LCG en un informe tras la decisión de la autoridad monetaria.

“Eliminada la tasa mínima de plazos fijos en marzo, habrá que ver cuál es la decisión de cada banco, ya que un movimiento en la tasa de referencia arrastra al resto, pero pueden variar las proporciones en función de una liquidez excedente reducida”, planteó la consultora.

Sobre los pasos que vienen, desde el equipo económico dejaron entrever que hay medidas en análisis para lo sucesivo. Federico Furiase, director del Banco Central y asesor del ministro de Economía Luis Caputo, dio una entrevista este viernes en el canal de streaming Neura junto al también director del BICE Martín Vauthier, y comentó que la desaceleración del crawling peg podría ser una de las medidas en estudio, aunque evitó dar detalles.

También mencionaron que más allá de que el Tesoro anticipará la compra de dólares al Banco Central para afrontar los pagos de capital que vencen en enero -según explicó Furiase, para bajar también el nivel de la base monetaria amplia que había crecido por las compras de dólares que hizo el BCRA a lo largo de octubre-, la negociación por el préstamo Repo de bancos se cerrará con el objeto de tener aseguradas las divisas para el cupón semestral de los bonos que se pagan en julio. El objetivo sería despejar dudas sobre el pago de la deuda a lo largo de 2025. Que, en todo caso, la discusión aparezca más adelante para el programa financiero de 2026.

En el mercado persisten alguna dudas sobre los fundamentos de la economía más allá de la “lluvia” de dólares de la que se benefició el Central y que le permitió terminar octubre con más de USD 1.500 millones de compras en el mercado oficial de cambios. “Si bien es innegable que la situación ha mejorado, los fundamentos macro no han cambiado sustancialmente; en particular, en lo que hace al frente cambiario”, advirtió un informe reciente de Invecq.

“Las compras récord del BCRA no se tradujeron en una recomposición de reservas: las brutas crecieron USD 1.445 millones, pero por el aumento en los encajes; en consecuencia, las netas prácticamente no variaron. Además, el tipo de cambio oficial continúa atrasándose, lo cual seguirá presionando sobre el mercado de cambios (cuyo saldo es negativo desde junio, al igual que la cuenta corriente), con un 2025 que se presenta mucho más desafiante que 2024″, explicaron a clientes.

Respecto a la eventual desaceleración del ritmo de devaluación, Invecq consideró que “habrá que ver si, dada la baja en la tasa de política monetaria y una inflación que podría perforar el 3% mensual, el BCRA disminuirá el ritmo del crawling, con el fin de mantener el carry trade actual (el cual le ha dado aire al gobierno, presionando a la baja la brecha y aumentando la oferta de divisas vía endeudamiento privado)”.

Un informe de la Fundación Mediterránea planteó, de manera más general, que el gobierno se acerca a una suerte de “momento de definiciones” sobre el plan económico. Es decir, con un clima financiero más favorable, deberá decidir si sostendrá finalmente el esquema de restricciones cambiarias durante todo 2025 o aprovechará el contexto para un desarme rápido de shock. “Intentar transitar todo el 2025 con el esquema del cepo intacto conlleva riesgos, en la medida en que se acumulen presiones y las expectativas se coordinen a la espera de cambios relevantes de política para el ‘día después’ de las legislativas de octubre”, apuntaron desde Ieral.

“Aunque la política fiscal siga tan firme como hasta ahora, bajo las condiciones actuales es difícil evitar un deterioro adicional del frente externo, con vencimientos de deuda en moneda dura que están cubiertos para enero, pero que no lucen garantizados para el resto del año. Estos ‘cabos sueltos’ son los que complican la posibilidad de mantener ancladas las expectativas a lo largo del 2025, a la espera de lo que ocurra ‘el día después’ de las legislativas”, apuntó el economista Jorge Vasconcelos.

Fuente: Infobae

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