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Myrian Prunotto busca recuperar en el territorio el poder de fuego que perdió en la UCR de Córdoba

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Con la interna de la UCR de Córdoba resuelta, el partido centenario da vuelta la página, al menos en la formalidad de los papeles. Allí, Myrian Prunotto, la vicegobernadora de Martín Llaryora que jugó fuerte en alianza con Juan Carlos Gait y los legisladores Dante Rossi y Sebastián Peralta, recalcula su objetivo: sumar en territorio lo que no pudo en la interna.

La segunda autoridad provincial, de origen radical, está decidida a no soltar a la fuerza boinablanca. A la vez, se siente genuina fundadora del Partido Cordobés que gobierna suelo mediterráneo y trabaja a destajo para seguir nutriéndolo. Tiene el visto bueno del gobernador, pese a las incisivas miradas del peronismo y el radicalismo.

Los profetas de la doctrina de Juan Domingo Perón la miran con recelo por las cuotas de poder que le asignó Llaryora, en detrimento de los anhelos de la militancia con historia. Prunotto se mueve en medio de los juegos de poder que buscan tensarla.


Incluso, algunos peronistas ven en la Cámara de Diputados un buen destino para la vicegobernadora y para el recupero de poder. En el radicalismo dan por hecho que la elección legislativa de 2025 será la próxima parada de la exintendenta de Estación Juárez Célman.
Las tres "T" de Myrian Prunotto
Prunotto se embarca en su propia alquimia para lograr la supervivencia en el Partido Cordobés. Propios y extraños la ven como una “mujer imparable, que no le tiembla el pulso para jugar”. Viene de la experiencia ejecutiva en un municipio del Gran Córdoba y combina el rol de vicegobernadora con la presidencia de la Legislatura. “Llaryora sabía a qué jugaba cuando la eligió”, dijo un peronista cordobés.

Tras la interna radical, la vicegobernadora seguirá a rajatabla el antiguo precepto de “las 3 T”. Continuará conquistando tierra para perforar el techo que le imponen los de adentro y los de afuera. Eso implica cumplir a rajatabla con el trabajo de la función en el cuerpo legislativo y desterrar ese runrún que circula: “las horas de recorridas se las resta a la legislatura”.

Después de la interna de la UCR de Córdoba
Prunotto tiene un pie en el Partido Cordobés y el otro en el radicalismo. En ese melange intenta sostenerse. Paralelamente, para jugar en la interna radical casi de manera testimonial, encontró en los legisladores Dante Rossi y Sebastián Peralta dos brazos extensores de sus propósitos.

Si bien al espacio interno del radicalismo Córdoba con Todos se lo exhibe como “el gran perdedor de la interna”, la vicegobernadora jugó de manera fuerte. En la Unicameral se preguntan acerca de los pasos a seguir de ambos legisladores que dejaron el bloque radical y el interbloque de Juntos por el Cambio. Futuro abierto para los parlamentarios que caminan más livianos y sin condicionamientos. Hay quienes dicen que no sería descabellado un nuevo acuerdo con Prunotto.

Esta semana, la vicegobernadora aceleró motores y viajó al extremo sur de la provincia. Estuvo en Huinca Renancó, la ciudad que conduce Ana Lucía Bolaño (JxC) y sumó una fotografía con el legislador radical Oscar Saliba, otro nombre que sonó fuerte en relación a las diferencias internas con su bloque. Prunotto también estuvo en San Antonio de Litín con el intendente Nelson González; y, en Villa Allende junto a Pablo Cornet, también de la oposición.

Fuentes de la vicegobernación consultadas por Letra P destacaron que “los viajes de Myrian se van programando uno o dos días antes y se trabaja en tándem con el gobernador. A algunos lugares va él y a otros ella”. El raid de recorridas de esta semana se completó con su visita a las intendencias radicales de Bell Ville, a cargo de Juan Manuel Moroni; y a Alcira Gigena, que gobierna Nanci Foresto. También estuvo en Ucacha, liderada por Ariel Moreyra.

La vice de Martín Llaryora entre la boina blanca y el PJ
La vicegobernadora tiene la boina blanca radical todavía puesta e intenta transformar el pesado plomo del radicalismo en un nuevo tiempo que lo devuelva a las épocas doradas. Por otro lado, se refugia en los brazos que le extiende la senadora Alejandra Vigo, quien la empodera con inequívocos símbolos como Lideresas, el programa insignia de la esposa del exgobernador Juan Schiaretti.

El fuego amigo radical, el armado de las listas legislativas nacionales de 2021 que la borró de un plumazo y “ciertos destratos del radicalismo”, fueron un caldo de cultivo para el pase directo de Prunotto al cordobesismo.

En una primera instancia, Prunotto fue bien recibida por el cordobesismo; pero eso duró hasta que su nombre se estampó en la Boleta Única de Sufragio como compañera de fórmula de Llaryora, desplazando a otras figuras que resonaban: la diputada Natalia de la Sota y el exintendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas.

La misión que le otorgó Llaryora fue la de reclutar dirigentes del partido radical. Pero eso tiene un límite, porque el gobernador necesita una UCR fuerte que actúe como contrapeso al poderío opositor más temido: el del senador Luis Juez, quién ya dijo que quiere ir por su último intento por la gobernación.

En adelante, se impone una nueva consigna: Prunotto puede intentar deshojar al radicalismo, pero en la medida justa en que fortalezca la supremacía de Llaryora.

CON INFORMACION DE LETRA P

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