Expectativa en el campo y el Gobierno por la llegada de La Niña: ¿qué pasará con la cosecha?

De acuerdo a una reciente actualización de los pronósticos que emite la Oficina Meteorológica de Australia (BoM), los indicadores oceánicos y atmosféricos predicen un fenómeno El Niño-Oscilación del Sur, (ENOS) que sería neutral y por lo tanto le ponen fin a El Niño. Es que las temperaturas de la superficie del mar (SST) en el Pacífico central se enfriaron de manera constante desde diciembre de 2023, con marcada intensidad durante el mes de abril, con características muy definidas hacia una fase neutral que acaba de comenzar y que luego se convertiría en La Niña.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, también pronosticó semanas atrás la posibilidad de un evento de La Niña para nuestra región hacia finales de este año, aunque sus parámetros tienen menor precisión que los detallados previamente.

Si esta situación se confirmase, sería el cuarto episodio de este tipo en los últimos cinco años. El panorama es incierto, porque además una secuencia de este tipo (tres Niñas seguidas de El Niño y luego La Niña nuevamente) no se registró nunca en la historia reciente.

Durante un evento privado organizado éste miércoles por Sigma Agro, el meteorólogo y director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Pablo Mercuri, aseguró que en general luego de un evento El Niño, existen altas probabilidades de que llegue una La Niña no tan acentuada, lo cual trae un poco de tranquilidad en un contexto sumamente complejo para la toma de decisiones.

Según Mercuri, será fundamental aprovechar el agua que hoy esta disponible en el suelo, porque “es como si ahí tuviéramos las reservas, los dólares del Banco Central”, es decir que tenemos por delante una campaña agrícola muy interesante desde el punto de vista de la agronomía, ya que serán esas estrategias las que marquen la diferencia, con el cuidado del agua disponible como prioridad.

Christian Garavaglia, meteorólogo y jefe para Argentina en Meteored, aseguró en su último reporte que “este enfriamiento de la superficie está respaldado por una cantidad significativa de enfriamiento de agua subsuperficial en el Pacífico central y oriental, que es típico al final de la fase de El Niño”. Además, advirtió que “los modelos climáticos indican que ENOS probablemente continuará siendo neutral hasta al menos julio de 2024”.

Este dato es sumamente importante, porque para ese entonces les dará a los productores la posibilidad de concluir la siembra de trigo -que se iniciará en las próximas semanas- con agua disponible, algo clave en el momento de la implantación del cereal. En ese sentido, Luis Mogni, titular de la Consultora Somera, advirtió que incluso la cantidad de agua en suelo podría darle la chance a varios productores de encarar un maíz de ciclo largo, con lo cual -mientras haya agua en suelo- hay muchas opciones para tener en cuenta.

Las dudas llegarán con el segundo semestre, ya que según los especialistas La Niña podría regresar la próxima primavera. Según Mercuri, lo que aún no se sabe es con cuánta intensidad lo hará, porque en esta época del año los modelos climáticos que se pueden analizar no ofrecen datos concluyentes. En cuanto a este punto, Garavaglia va en la misma dirección y advierte que “los pronósticos actuales del estado de ENOS más allá de julio deben usarse con precaución”.

Leonardo De Benedictis, meteorólogo con amplia experiencia en el ámbito agropecuario detalló al comenzar el mes de abril que en lo sucesivo habría “una rápida transición del evento El Niño a condiciones neutrales, que podría generar cambios en la circulación de la atmósfera provocando variaciones en la dinámica de las lluvias. Pero esta situación, de darse, se concretaría recién a partir de la primavera, o incluso el verano, por lo que a lo largo del trimestre mayo, junio y julio se observará un proceso de transición con un evento El Niño disipándose y atravesando hacia una situación neutral durante el final del otoño y principio del invierno”.

En el caso de que esto ocurra, habrá que analizar primero qué dejaron estos siete meses de El Niño en cuanto a reservas hídricas y cómo llegarán las zonas productivas más importantes del país a la campaña gruesa, cuando deban verle la cara a La Niña que no necesariamente debería ser fuerte.

Durante el encuentro, del que también participó el economista y analista del mercado de granos, Carlos Sánchez Negrete, no sólo se tomaron en cuenta las variables climáticas, sino también las propias del negocio que muchas veces a partir de un Excel dejan al descubierto las cuestiones que pueden destacarse esta campaña, que son los precios de los granos, de los insumos y la suba de costos, especialmente en los fletes.

Pero todavía no hay nada escrito y son todas probabilidades. Es cierto que todavía esta latente el daño que causó la sequía en el agro y que si se produjera nuevamente La Niña sería el cuarto episodio de este tipo en los últimos cinco años, pero tal como mencionó Sánchez Negrete, será importante analizar qué va a pasar con el tipo de cambio y si son reales los números que los productores tienen en mente para sembrar en la campaña fina, en un contexto donde el que sea paciente, probablemente gane más que los ansiosos.

 

 

* Para www.ambito.com