Victoria Villarruel se camufla en Córdoba antes del Pacto de Mayo y la terna para la Defensoría del Pueblo

La vicepresidenta Victoria Villarruel monopolizará la atención hasta que se sustancie el debate de la ley ómnibus XS y el paquete fiscal en el Senado. No significa que este punto de su agenda eclipse sus ambiciones políticas más allá del Congreso. La siguiente escala será en Córdoba.

Todavía a medio camino del Pacto de Mayo que quiere Javier Milei, Villarruel aprovecha las luces para la fotosíntesis de su siembra. Este jueves 9 de mayo regresará a la provincia, la sede fijada para la cumbre del Presidente y los gobernadores. Según la organización, participará del 60° aniversario de la Aptitud Especial de Comando de las Fuerzas Armadas.

El evento se realizará en el Regimiento de Infantería Paracaidista II “General Balcarce”, ubicado en la ciudad de Córdoba. La efeméride usualmente pasa desapercibida para la opinión pública. Sin dudas, tendrá otro cariz con la participación de la segunda autoridad del Estado.

Villarruel demostró un evidente interés en el distrito electoral que se volcó masivamente por la fórmula libertaria. Ya registra dos incursiones públicas: organizó su gira debut en el Festival de Doma y Folklore de Jesús María, en enero, y regresó en marzo para descansar en las sierras durante el fin de semana largo de Semana Santa.

En su tercera visita se espera que mantenga reuniones con la dirigencia y el intendentismo con el que empieza a caminar la cancha del armado territorial en el que coinciden Karina Milei, a través del diputado Gabriel Bornoroni, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien no está dispuesta a ceder las migas del PRO cordobés.
Una dupla puja por la Defensoría del Pueblo de Córdoba
El intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, gana casilleros en la política interna del radicalismo de Córdoba. No hay figura que no lo coloque como el futuro presidente de la fuerza más cascoteada por su proximidad a La Libertad Avanza de Javier Milei. Podría anotarse otro poroto antes, cortesía del peronismo que estaría dispuesto a mimarlo.

En el PJ circula la versión de que el correligionario Julio Ochoa tendría el visto bueno de Llaryora para suceder a Mario Decara en la Defensoría del Pueblo. El secretario de Gobierno, David Consalvi, también con influencia en el departamento Tercero Arriba, tiene buen concepto del exdirigente negrista y, dicen fuentes radicales, que hasta hace lobby.

El jefe de la bancada oficialista en la Legislatura, Miguel Siciliano, no se mete con las candidaturas, aunque sí objetó al exconcejal Juan Negri, uno de los primeros apuntados para ocupar el puesto. Otras voces más orgánicas dicen: “Al sucesor de Decara lo pone Llaryora en acuerdo por la oposición”.

Con el radicalismo y el peronismo jugando en tándem, Luis Juez no podría meter la cuchara en esta elección política que requiere de los dos tercios de los votos en el recinto para aprobar la sucesión.

Las fichas que mueven Luis Juez y Martín Llaryora
El jefe del Frente Cívico quería a Marcos Carasso, bien vinculado con el ombudsman. El peronismo no quiere ceder ni una coma al senador, pero buena parte del radicalismo se parará de manos si el presidente saliente tiene nuevo cargo. “No vamos a bancar a Marcos Cargazo”, avisa un sector del radicalismo que perdió la paciencia y ejercita el deporte cordobés de poner apodos.

Dejan un dato que Ochoa celebrará en secreto: “Después de que el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, pasó por Río Tercero, se notó una baja de la efusividad opositora del radicalismo dialoguista. Uno más uno, igual a dos”.

Sin embargo, el PRO en la Legislatura está apostando fuerte a que ese puesto quede vacante y que, en su lugar, asuma el defensor adjunto de Decara, como ya ocurrió en otras oportunidades. Dicen las fuentes informadas en esa rosca que esa es la promesa que le hicieron al radical que, pese a no poder hacer política, movió sus fichas por Patricia Bullrich en la campaña presidencial.

Decara quiere que el exintendente de Río Segundo, Hugo Pozzi, asuma la posta. El llaryorismo está dispuesto a continuar ese pacto no escrito que dice que el organismo es para la oposición, pero si no hay acuerdo entre las facciones de Juntos por el Cambio tiene un nombre en gateras. El legislador peronista Francisco Fortuna y exsecretario de Salud del cordobesismo suena en la pelotera de nombres de los despachos más encumbrados de la Legislatura y el Panal.

Daniel Passerini no cede a la interna peronista
Hace poco menos de un mes, el intendente Daniel Passerini mantuvo una reunión política en el Centro Cívico con Martín Llaryora y su mesa chica. Comenzaban a preparar el lanzamiento de la gestión capitalina, luego de meses de aspirar todos los pesos disponibles para pagar con recursos propios el vencimiento de la deuda en dólares que contrajo el exintendente Ramón Mestre en 2015.

Como el gobierno de Javier Milei aprobó la búsqueda de financiamiento en el mercado de capitales local, quedó un remanente para invertir en la gestión y ponerla a andar. Como anticipó Letra P, la inversión en nuevas unidades para el transporte era el puntapié inicial para despegar después de meses complejos por las lluvias, movimientos en el gabinete por un escándalo de abuso sexual, la epidemia de dengue y las ametralladora juecista de denuncias por presunta corrupción.

En ese marco, el llaryorismo le recomendó a Passerini habilitar "portavoces" para salir al cruce y, de paso, abrir un poco el juego a un peronismo con hambre de poder. Passerini desestimó el consejo y bajó línea: las réplicas son a través de los hechos de gestión.

Seguidamente, dio muestras concretas de que no está dispuesto a ceder un centímetro en su forma de hacer política. La interna peronista arde en el Palacio 6 de Julio. Naturalmente, las figuras interesadas saben que Passerini no puede aspirar a la reelección y, para lo que sigue, quieren que la dirigencia de la Capital ocupe ese puesto central. Dato central: Llaryora y Passerini son oriundos de ciudades del interior.

Los números flojos en las primeras encuestas propiciaron una movida del PJ que pide pista. Son varias las figuras en el Concejo Deliberante de la capital y en la Legislatura que quieren puestos de poder en el Palacio 6 de Julio. Sin embargo, altas fuentes de la Municipalidad confirmaron a este portal que no analizan cambios de gabinete.

De hecho, buscarán una persona idónea para ocupar la vacante que dejó la salida de Gabriel Bermúdez del esquema passerinista. Mientras, el secretario todoterreno, Rodrigo Fernández, seguirá agitando la batuta.

CON INFORMACION DE LETRA P.