Maní, maní: el oro cordobés se coló en la pelea de la ley ómnibus de Javier Milei

Con la suba de retenciones de la ley ómnibus que impulsa el presidente Javier Milei, al sector del maní le cortan las alas. Netamente exportador e instalado en Córdoba, desde hace una década el sector manisero empezó a despegar en el comercio exterior hasta superar los 1.000 millones de dólares. El gobierno cordobés y las familias empresarias en el negocio activan el lobby al ver cómo la suba en 15 puntos de un solo saque de los derechos de exportación puede convertir a un modelo virtuoso en uno ruinoso.

La presión por mantener en pie a todo una industria con valor agregado llegó a las oficinas del ministro del Interior, Guillermo Francos, una suerte de puching ball de los gobernadores que le arriman todas las demandas para que trate de romper la corteza ideológica del mandatario libertario y apele a la racionalidad. Primero fue el turno de funcionarios del gobernador Martín Llaryora y representantes legislativos; luego del establishment manisero que tuvo un cara a cara con el minsitro.

“Pasar de cero a 15 puntos de retenciones te tumba el negocio, sobre todo si exporta. El esquema del negocio no se hizo con esta crisis económica con 15 puntos de retenciones que salen de un día al otro. Te saca toda posibilidad de rentabilidad. Es absurdo”, explicó a Letra P el ministro de Bioagroindustria de Córdoba, Sergio Busso, quien intercedió por el sector en la Casa Rosada.

“Defender al maní es defender al interior productivo, porque se hizo una transformación enorme en los últimos años de la cadena”, sostiene aún con la línea discursiva del gobierno de Juan Schiaretti que también integró. Es cierto: el maní se destaca como una economía regional intrapampeana como cultivo intensivo dentro de la Región Centro, principalmente en Córdoba al concentrar el 90% de las casi mil explotaciones agropecuarias que producen la oleaginosa (INDEC, 2021).

Los dueños del negocio
La provincia mediterránea tiene 23 de las 25 empresas que componen el Sector Agroindustrial Manisero (SAM), como lo denomina la Cámara Argentina del Maní (CAM, 2021). De estas 25 empresas, cuatro son grandes, nueve medianas y el resto pequeñas. Las empresas grandes dan cuenta del 50% de las exportaciones, mientras las medianas y pequeñas del 39% y 11%, respectivamente, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

La más grande es AGD, de Roberto Urquía, exsenador justicialista y dueño de la aceitera nacional que más exporta y ranquea con las grandes multinacionales, con una participación del mercado del 20%. La siguen Prodeman de la familia Cavigliasso con el 10%; Olega de Tomás Ramsfelder con el 9%; Golden Peanut and Tree Nuts, subsidiaria de ADM, la única firma internacional. También están Manisel, Insa Indelma, Cotagro que tiene participación en ACA, entre otras.

Algunos de estos empresarios integran la cámara que las nuclea y fueron quienes están en pleno lobby para frenar las retenciones. De hecho, viajaron hasta las oficinas de Francos esta semana para meter presión. Formó parte de la comitiva también el intendente de General Cabrera, Guillermo Cavigliasso, integrante ilustre de la dinastía que comanda Prodeman.

Hay que señalar que más allá de estar catalogada como economía regional, la industria del maní posee alta rentabilidad y no se limita a las pymes. En algunos casos, todo lo contrario. Por eso cabe la pregunta que se hizo el Gobierno: por qué no tributa como otras oleaginosas. Al margen de ser un sector pujante, en términos de valor exportado no es comparable con la soja o el maíz y, por ende, el aporte a las arcas nacionales en el ingreso de divisas y de derechos de exportación no resultan determinantes.

Argentina se ubica como el primer exportador global de maní habitualmente o, al menos, en el top tres del ranking en algún año en particular. Exporta más del 70% de su producción y se lleva más de un quinto del comercio mundial de esta oleaginosa.

Semejantes niveles de exportación no serían posibles sin los buenos niveles de producción y el relativamente bajo consumo interno que existe en Argentina. Los principales productos de exportación del complejo son maní sin cáscara y aceite en bruto, pero también se produce el blancheado, tostado, frito y pastas.

Un dato es que el valor bruto por hectárea supera a la soja y el maíz, aunque se trata de un cultivo más costoso, lo que implica más inversión y rotación del uso del suelo con otros cultivos. Todo esto podría tener modificaciones si las retenciones entraran a jugar. Por eso el apuro de Llaryora y de las empresas para que se retoque el proyecto de ley ómnibus.

Con informacion de Letra P.