Sin "ella" es todo diferente en Córdoba

La condena a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner a seis años de cárcel se ha hecho sentir con diferentes matices según los sectores poblacionales cordobeses. Por lo general hay una sensación de satisfacción ante una primera condena largamente esperada y que por lo menos hace un mínimo de justicia.

Los acólitos kirchneristas, en Córdoba numeralmente muy reducidos, no se atreven a decir nada, al menos hasta que les bajen algún argumento que puedan sostener aceptablemente y no terminen tildados de cómplices del robo de 85 mil millones de pesos.

Estos individuos, a criterio de varios analistas, han quedado afectados, ya que siempre usaban la falta de condena judicial para justificar todas las tropelías que cometió la agrupación kirchnerista. Ahora todo quedó más que verificado. Ha sido condenado.

Una condena que para algunos especialistas no ha sido suficiente ya que falta incorporar la asociación ilícita, aseguran, una figura que agravaría las penas de los condenados. En el plano político ya nada será como antes. Cristina ha decidido bajarse de toda competencia política para el 2023.

Esta decisión deja complicaciones en las dos fuerzas mayoritarias según fuentes propias. En el caso de Juntos se han quedado sin "kuko" con el que atraían buena cantidad de seguidores.

Para el peronismo, se ha despertado la sed de poder en muchos de sus tiburones que ahora ven una enorme oportunidad de sentarse en el sillón de Rivadavia. Se habla que entre los que se animaron a lanzarse a la batalla estaría el actual gobernador de Córdoba Juan Schiaretti.

En las próximas semanas se verá que sucede, pero ha quedado claro que sin Cristina Kirchner, nada será como antes.

Fuente; Agencia NOVA