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En medio de la tensión con Lacalle Pou, Alberto Fernández está en Montevideo para asumir la presidencia pro tempore del Mercosur

POLÍTICA 06/12/2022 Eduardo Menegazzi*
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La tensión dentro del Mercosur entre Uruguay y sus socios comerciales resulta indisimulable desde hace tiempo. La mejor muestra ocurrió la semana pasada cuando Argentina se alió a Brasil y a Paraguay para redactar una carta conjunta en la que intentaron ponerle un freno a las intenciones uruguayas de concretar acuerdos de libre comercio por fuera del bloque regional.

Ese clima enrarecido se reforzó este lunes cuando los cancilleres Santiago Cafiero y Francisco Bustillo tuvieron un duro cruce verbal porque el gobierno que encabeza Luis Lacalle Pou insiste con iniciativas que cada vez lo separan más de los países vecinos. Cafiero hasta llegó a expresar que ese camino unilateral que pretende adoptar Uruguay “podría desembocar en una ruptura”.

Ante este panorama, la tarea de Alberto Fernández, quien este martes por la mañana viajó a Montevideo, donde se hará la Cumbre de Presidentes del Mercosur para asumir la presidencia pro tempore , será complicada. Hasta que Luis Inacio “Lula” da Silva asuma la presidencia de Brasil el 1° de enero, Argentina debería ser la impulsora de un relanzamiento del mercado común, ejerciendo la presidencia pro témpore por los próximos seis meses, hasta junio de 2023.

Durante su mandato, el actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro, le dio poca relevancia al Mercosur. En esta ocasión ni siquiera intervendrá y en su representación estará su vicepresidente, Hamilton Mourao.

El Gobierno uruguayo anunció recientemente su intención de sumarse al Acuerdo Transpacífico (que integran países como Perú, Nueva Zelanda y Australia). La reacción fue inmediata y Argentina, Brasil y Paraguay expresaron públicamente que la medida contradice los estatutos que rigen las relaciones dentro del bloque regional.

Esta no es la primera vez que los movimientos de Lacalle Pou descolocan y ponen en una situación incómoda a sus socios. En 2021, durante una cumbre virtual a causa de la pandemia de coronavirus, acusó al Mercosur de ser un “lastre” para los intereses de su país y después, días antes de la última reunión celebrada en Asunción, confirmó su interés de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China.

También las diferencias se manifestaron en la primera jornada de la XLI Reunión Ordinaria en el abordaje de otros temas como los distintos tipos de aranceles que se aplican a los productos dentro del Mercosur y el acuerdo que está pendiente con la Unión Europea.

El canciller uruguayo Francisco Bustillo abrió el debate del lunes y remarcó la necesidad de una modernización del mercado común. “El bloque no puede conformarse con los logros conseguidos” y que por eso se necesita “un bloque aggiornado, moderno, que haga frente a los desafíos del hoy, ayer y mañana”, dijo el canciller oriental. Y amplió luego: “Desde Uruguay, hemos tenido ya una visión crítica: el Mercosur debía estar a la altura de sus tiempos y desafíos, y no uno que languidece en discusiones bizantinas. Seguimos advirtiendo las mismas deficiencias”.

La respuesta de Cafiero llegó inmediatamente. “Nos preocupan ciertas actitudes unilaterales, lo hemos expresado en la nota”, recordó el canciller para mencionar la carta de protesta presentada en contra de las gestiones emprendidas por Bustillo recientemente en Oceanía. “Es contrario a las normas del Mercosur, es violatorio a la regla del consenso, base del Mercosur”, expresó el jefe diplomático de Alberto Fernández.

En la conferencia de prensa posterior a la reunión de cancilleres, Cafiero insistió en que “el Mercosur debe negociar como bloque. Cómo nos insertamos. Cualquier tipo de estos acuerdos comercial que firmamos tenemos que poder darnos vuelta y explicárselo a los empresarios, a las Pymes de nuestros pueblos”.

Sobre los aranceles comunes existieron también disidencias a la hora de plantear el acuerdo pendiente entre el Mercosur y la Unión Europea, que lleva varios años de discusiones. Bustillo esgrimió que “perdemos atractivo y nada hacemos por recuperarlo. Somos lo que hemos querido ser, una zona de libre comercio imperfecta”. Cafiero le replicó, advirtiendo sobre los aspectos negativos: “Será el instrumento más trascendente del bloque, aunque presenta riesgos por la competencia con empresas europeas con mayores recursos”.

Bustillo, además, criticó el Arancel Externo Común, que Uruguay y Brasil quieren bajar y al que nuestro país se opone en defensa de algunos rubros, sobre todo los relacionados con determinadas actividades industriales. “Hay necesidad de mecanismos para resolver obstáculos que distorsionan el comercio entre los estados. Entre nosotros abundan las restricciones arancelarias que impiden la libre circulación. Hemos fracasado: tenemos tres aranceles, no tenemos un arancel en común. No existe el Arancel Externo Común. La realidad se impone al relato y nos aleja de la utopía”, explicó el jefe de la diplomacia uruguaya. “Las negociaciones en el bloque son mas trabajosas, pero no hay que apresurarse a celebrar acuerdos que compliquen a los países y sus economías”, fue la respuesta de Cafiero.

Este lunes a la noche el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, viajó a la capital de Uruguay con la pretensión de reforzar las posturas del gobierno sobre estos asuntos.

 

 

* Para www.infobae.com

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