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Inflación y reservas: cuáles son los objetivos urgentes de Massa para apuntalar su "mini plan" económico

ECONOMÍA 30/08/2022 Claudio Zlotnik*
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Sergio Massa ya sabe que la suerte de este mes ya está jugada; se lo advirtieron sus propios colaboradores: la inflación de agosto cierra por encima del 6% y con el rubro de los alimentos por encima del resto. A una semana para el final, las principales consultoras económicas también coincidían con ese diagnóstico.

La apuesta pasa por revertir la tendencia en septiembre. El ministro de Economía se juega a que la inflación del próximo mes empiece con "5".

No va a ser fácil que se le cumpla el deseo: por la fuerte suba de las tarifas de luz y gas, que empezará a regir para millones de usuarios, algunas de las consultoras económicas más importantes ya pronostican una inflación por encima del 6%. Otra vez. Eco Go, dirigida por Marina dal Poggetto, prevé un 6,2%.

Massa cree que es clave ver una inflación para abajo a partir del mes que viene. La hipótesis es que se trata del dato que serviría para ordenar la economía, ya de cara a las elecciones del próximo año.

Para lograr el objetivo de una desaceleración inflacionaria, el titular del Palacio de Hacienda está convencido de que eso sólo se logrará si entran dólares al Banco Central.

Sería la tercera etapa del mini plan que se puso en marcha hace algunas semanas. El próximo sábado, Massa cumplirá su primer mes al frente de Economía.

Las tres patas del "mini plan Massa"

Apenas asumió, Massa se enfocó en dos puntos: la política monetaria y el frente fiscal.

En dos semanas aplicó, a través del Banco Central, una suba de las tasas de interés de 20 puntos. El costo del dinero quedó positivo en relación a la inflación por primera vez en la presidencia de Alberto Fernández.

Una señal de lo que puede suceder en las próximas semanas en caso de que la inflación no se desacelere como pretende el ministro de Economía.

La segunda cuestión fue la parte fiscal. El ajuste se puso formalmente en marcha hace una semana. El lunes pasado, en el Boletín Oficial, aparecieron publicadas las restricciones que Massa planeó para el gasto público.

Ambos anuncios -junto al ordenamiento de la deuda en pesos, que fue realizada la semana anterior- fueron claves para entender la mejora en los precios de los activos financieros argentinos, que sufrieron un brutal castigo desde comienzos de año.

Sin embargo, ni en el Gobierno y mucho menos en el sector privado creen que la situación está encaminada.

Dólar: la clave está en las reservas

Sin que las reservas del Banco Central vuelvan a crecer, no hay ninguna chance de éxito para este mini plan de estabilización, de corto plazo.

El objetivo de Massa de mostrar una desaceleración inflacionaria sólo puede cumplirse en el caso de que vuelvan a crecer las reservas. Que los dólares aparezcan.

Por eso mismo, el equipo económico cerró la semana con negociaciones con el sector agroexportador con el objetivo de llegar a un acuerdo que sirva para acelerar las liquidaciones de divisas en el Banco Central.

La idea que tomaba forma incluía la creación de un "certificado" que equivaldría al 30% de las liquidaciones, que el Estado les otorgaría a los productores que vendan su producción. Ese "certificado" se lo darían los productores a los exportadores, quienes a su vez se lo pasarían al Gobierno para pagar las retenciones.

Esta medida, así planteada, acarrearía un costo fiscal muy importante. La idea sería abrir una ventana de unas pocas semanas, durante las cuales -entonces- las retenciones bajarían notablemente. A cambio, el Banco Central captaría los dólares que ahora no puede.

El proyecto era el más audaz que se analizaba -junto a otros, como una mejora del denominado "dólar soja"- para acelerar las liquidaciones de la cosecha.

Inflación: la necesidad de atacar a los precios

Como ya publicó iProfesional, en el equipo económico circula un dato que puso en alerta máxima a Sergio Massa: la inflación de los alimentos le ganó al resto de los rubros de la economía durante la primera parte de agosto. Se trata de un registro parcial, pero que da cuenta de la dinámica muy preocupante que estaría tomando el proceso inflacionario.

De acuerdo a esos monitoreos -de "alta frecuencia"- que permiten avisar la evolución de los precios prácticamente en tiempo real, los alimentos mostrarían un alza promedio por encima del 7% en este mes de agosto.

Una dinámica que política como socialmente luce como urgente por revertir.

Durante el mes de julio, la suba de los alimentos había sido del 6%, por detrás del promedio del 7,4%. En el comienzo de agosto, esa relación se dio vuelta, lo que provocó la preocupación en las filas oficiales.

La urgente convocatoria a las empresas líderes de la alimentación se vinculó con ese registro. A los ejecutivos les prometieron que no habrá un congelamiento de precios, al estilo de lo sucedido durante el pandémico 2020. Pero se empezó a negociar un acuerdo que evite una espiralización.

La clave para las próximas semanas, entonces, es que aparezcan esos dólares y nadie se quede sin insumos para producir. Sin dólares para las compras en el exterior, la presión sobre los precios se intensifica. Un impacto que es transversal a todos los sectores de la economía.

Y que se diluya la expectativa de una devaluación brusca en el corto plazo y de manera intempestiva.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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