El tiempo - Tutiempo.net

Todo sobre Brenda, la enfermera detenida por la muerte de bebés en el Neonatal

POLICIALES 20/08/2022 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
RBDHVMUMY5CUBOQKEXUOR43Q5M

Currículum impecable. Pericia extrema. Muy trabajadora. Prolija. Sus compañeros de trabajo aseguran que llegaba temprano, muy temprano: hasta una hora y media antes. “Siempre estaba sonriente”, aseguró a este diario un colega que pidió reserva de su nombre.

“Estaba formada para hacer lo que hizo, no hay forma de que haya sido mala praxis. Fue adrede”, dijo a este diario un funcionario de Salud que participa de la investigación.

Brenda Agüero tiene 27 años y es la enfermera sobre la que cae la principal y peor sospecha: se le atribuye que entre marzo y junio de este año inyectó una sustancia no identificada a 12 bebés, en los minutos u horas siguientes al alumbramiento. Cinco de ellos murieron y siete quedaron con lesiones: según la investigación, recibieron pinchazos que derivaron en necrosis, hematomas y heridas muy visibles, algunas de por vida.

Brenda ingresó al Materno Neonatal el 1° de diciembre de 2020. A inicios de 2019 había entrado a trabajar en el Allende, institución a la que renunció tras incorporarse al Neo. “Era mi sueño”, les dijo a algunos de sus compañeros cuando se presentó. Consultadas por este diario, fuentes del sanatorio Allende, donde trabajó también como enfermera en el área de neonatología, aseguraron que en esa institución no se reportó ningún “evento centinela”, es decir, una muerte o lesión extraña inexplicable que hubiese hecho en su momento saltar las alarmas para dilucidar si no era más que un hecho aislado o algo que respondiera a otras causas, y que a la luz de los hechos de hoy mereciera ser revisado desde otra óptica.

Agüero vive en Río Ceballos y no tiene hijos. Estudió la carrera de enfermería en el Instituto SEP San Nicolás, del gremio de los empleados estatales. Ingresó a trabajar en el centro obstétrico, que es la unidad donde las mamás dan a luz vía parto natural, y algunos aseguran que quería pasar a neo. Es, en la jerga de la maternidad, una especie de ascenso. Trabajaba en el turno noche.

La madrugada del 6 de junio fue fatídica: fallecieron dos bebés y dos sufrieron lesiones Todos los que habían tenido alguna participación, directa e indirecta, fueron apartados.

 
A esta enfermera sospechada, entre otros, le pidieron que se tomara todas las vacaciones. Por tener un año y ocho meses de antigüedad, agotó también las de 2022. Hasta le contó a un compañero de piso que eso la complicaba, porque tenía un viaje a Bariloche en febrero, ya pagado, y no tendría días. Cuando no tuvo más vacaciones, fue dispensada: es decir, se la “desafectó” de la obligación de prestar servicio aunque quedó obligada a presentarse cuando fuera citada por el hospital para prestar declaración testimonial. Hoy quedan sólo nueve dispensados.

El Centro Obstétrico de la maternidad es el corazón del hospital. Hay cuatro salas de parto, cada una con su sala de recepción, integrada a la sala de parto. Las mamás que van a cesárea no están ahí, sino que ingresan a quirófano.

DÓNDE TRABAJABA BRENDA, LA ENFERMERA DETENIDA POR LAS MUERTES EN EL NEONATAL
Brenda estaba en obstetricia, donde nacen los bebés por parto natural. En cada parto está presente el obstetra, asistido por un enfermero obstetra, más un médico neonatólogo, asistido por un enfermero/a neonatólogo. Los dos primeros asisten a la mamá, los dos segundos al bebé, aunque es cierto que en el momento la asistencia es colectiva y, a veces, caótica.

 
Todos los bebés con complicaciones fueron fruto de parto natural, menos uno: el primero, de Vanesa Cáceres. Pero un enfermero consultado por este diario aseguró que ese bebé igual fue llevado a la incubadora del centro obstétrico. Así se hace siempre, hasta que la mamá está en condiciones y puede recibir al recién nacido.

Los enfermeros y enfermeras apartados después del lunes 6 de junio fueron indagados dos días después por Genoveva Ávila, directora del departamento central de Enfermería del Ministerio de Salud, de modo informal y con la intención de reconstruir lo ocurrido. Pero recién la semana del 8 de agosto –es decir, dos meses después– fueron notificados por el subdirector administrativo, Alejandro Escudero, para que prestaran declaración testimonial.

 

De a uno, y a solas ante Escudero, estuvieron de cuatro a seis horas. Ella, dicen quienes la vieron antes de ingresar, estaba muy nerviosa. En esos dos meses, la investigación avanzó poco, pero los casos cesaron. Brenda ya no iba más a trabajar.

Brenda tenía perfil activo en Facebook, aunque con muy pocas publicaciones. Es más, seguía páginas vinculadas a la enfermería, cardiología y medicina en general. No aparecían otros intereses fuera de la profesión. Es muy sugerente un posteo del 16 de noviembre de 2019 en el que subió una ilustración de un bebé con todas las vías endovenosas de acceso pediátrico. El lunes feriado, 15 de agosto, lo cerró.

En el piso aseguran que hace rato que se sospechaba de ella. “Siempre pasaban esas cosas en su turno”, dice uno. “Era oportunista, estaba siempre disponible, al punto que se había ganado la confianza de las autoridades, que ya la estaban evaluando para ‘ascender’ a neo”, agrega un colega. Los enfermeros que participan en el parto y en la asistencia del bebé en la sala de recepción aseguran que es posible que alguien haya podido inyectar una aguja esquivando la mirada de terceros. La cuarta aguja letal.

Bajo estricta reserva, y dando por hecho una responsabilidad que la Justicia aún debe verificar, una enfermera contó a este diario. “Yo creo que la traía preparada y que es posible que haya sido con sustancias que están en el mismo hospital, no que la haya comprado afuera”. Tanto el potasio como la insulina se utilizan en la UTI, ya que compensa acidosis, taquicardia o bradicardia extrema. El potasio quema y su colocación se debe hacer por vía central, no periférica. No se utiliza en bebés sanos, pero en sí en casos con complicaciones.

La imputación parece ratificar que la principal hipótesis de las muertes es el dolo. Lo que no está claro es el porqué: cuál fue el motivo que llevó a la persona que habría cometido los hechos a hacer lo que hizo. Eso deberá dilucidar la Justicia.

Fuente: La Voz del Interior, sobre una nota de Laura González

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto