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Pía Asori: La constructora

POLÍTICA 04/07/2022 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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“Yo creo mucho en las reuniones y el consenso para ponernos de acuerdo con políticos y sindicalistas. Lo fundamental es que hay que sentarnos y decidir qué Argentina queremos para adelante”. La frase pronunciada por María Pía Astori en una entrevista publicada por el diario Perfil en julio de 2021 tuvo su coronación hace diez días, cuando la presidenta de la Fundación Mediterránea llegó acompañada por el titular del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), Carlos Melconian, a la casa de uno de los secretarios de Cristina Fernández de Kirchner para una reunión de la que todavía habla todo el arco político y empresario del país.

 

Astori quería presentar a la vicepresidenta el “programa económico integral” con el que la fundación busca incidir en el devenir nacional a partir de 2023. El nexo para conseguirlo fue el intendente de Leones, Fabián Francioni, que gestionó el encuentro vía Carlos Zanini. Cristina lo reconoció en su discurso de este sábado. "Of course", contestó cuando recibió el mensaje del procurador del Tesoro.

Con schiarettista perfil antigrieta, el programa se viene presentando en todas las provincias del país. Melconian es el encargado de desarrollarlo y defenderlo ante cada una de las autoridades y referentes provinciales y nacionales. Lo hizo con Cristina, con quien casi estuvo dos horas a solas, mientras Astori, Francioni y Myrian Martínez, secretaria ejecutiva de la Mediterránea, esperaban en una sala contigua.

Astori preside la Mediterránea desde 2016, cuando ocupó el cargo que dejó vacante el empresario hotelero Roberto Amengual. Se convirtió en la primera mujer en encabezar la fundación y, de esa manera, logró consolidar un perfil protagónico que ya venía siendo reconocido desde tiempo atrás, cuando después de la muerte de su padre en 1990, con solo 23 años, se hizo cargo de las empresas fundadas por Piero Astori.

Actualmente, el Grupo tiene dos unidades de negocios: Astori Estructuras, especializada en estructuras prefabricadas de hormigón armado, y Astori Construcciones, dedicada a las obras civiles. Hoy cuenta con plantas industriales de fabricación de premoldeado en Córdoba y General Rodríguez (Buenos Aires), y con una planta de fabricación de losa hueca en Córdoba.

 

Gracias a una apuesta suya, el grupo también se radicó en Brasil y expandió su presencia en el Mercosur a partir de la instalación de dos plantas en Montevideo. 

Tiene una participación del 55% en el mercado de premoldeados en la Argentina y a lo largo de cinco décadas se hizo cargo de más de 13 mil obras en el país, Chile y Uruguay. Entre ellas, entre las que se cuentan algunas de las más emblemáticas de la gestión de Juan Schiaretti como la remodelación del Estadio Kempes o el Puente Gobernador José Manuel de la Sota ubicado en la variante Costa Azul, hay desde naves industriales, supermercados y centros comerciales hasta capillas y edificios en altura.

La relación de Astori con Schiaretti va mucho más allá de las conveniencias mutuas. Ella lo considera “el mejor gobernador de la Argentina” y lo imagina como un hombre clave en el armado que el sector empresario imagina una vez que el Frente de Todos abandone la administración nacional.

 

En la vida personal, profesional y política del mandatario cordobés, el rol de la familia Astori ocupa un capítulo relevante. Militante de la izquierda peronista durante la primera parte de los 70, Schiaretti tuvo que exiliarse tras el golpe del 76. Su refugio fue Brasil, donde comenzó su actividad en el sector privado como administrativo en Fiat.

 

Regresó al país en 1984 y un año más tarde fue contratado como gerente financiero del Grupo Industrial Astori. Desde ese lugar empezó a tejer con la Mediterránea una relación que nunca encontró fisuras. Detrás de cada movimiento de Schiaretti hay un aval del grupo empresario que, por su parte, nunca eleva críticas. Cuando hubo tironeos, se resolvieron a bajo volumen y puertas adentro. “Estás en tu casa”, dijo Astori al recibirlo en el último almuerzo en el que el mandatario detalló la situación financiera provincial y lanzó sus críticas a la administración nacional. Es el clima que se vive cada vez que el gobernador visita la Fundación. Confianza y camaradería.

Justamente Piero Astori había sido uno de los fundadores de la Mediterránea, en 1977, cuando junto a una treintena de empresarios cordobeses advirtió la existencia de un momento propicio para empezar a incidir en las políticas que se llevaban a cabo desde los estados provincial y nacional. Desde el primer momento, la fundación lo hace a través del Instituto que hoy comanda Melconian y del que surgieron ideas y funcionarios que nutrieron a todos los gobiernos cordobeses desde 1983.

 

Sin embargo, hay una relación particular entre la institución y el peronismo cordobés, que se corporiza en la figura de Domingo Cavallo, primer titular del IERAL. A mediados de los 80, el economista nacido en San Francisco que ya había ocupado un rol clave como presidente del Banco Central en los estertores de la dictadura, recayó en el peronismo renovador que tenía como máximo referente a José Manuel De la Sota.

 

Llegó a la Cámara de Diputados en las boletas del peronismo de Córdoba en 1987 y defendió las ideas de la Mediterránea que lo llevaron convertirse en ministro de Economía durante la primera presidencia de Carlos Menem. Según él propio cuenta, preparó equipo y plan en base a estudios del IERAL y aplicó una serie de recetas que aún hoy son recordadas con una nostálgica sonrisa por buena parte del liberalismo argentino. Cuando Cavallo se sumó a las filas del gabinete nacional, convocó a Schiaretti, que en 1989 abandonó el Grupo Astori y, para siempre, la actividad privada. 

A pesar de los resultados de aquel plan económico, el poder de la Mediterránea no se licuó con el paso de los años y las relecturas históricas. Más bien, todo lo contrario. Hoy tiene filiales en todas las regiones del país y de esa manera expande sus ideas de modo determinante a lo largo de todo el universo político y económico de la Argentina.

 

Para Pía, el desafío está expresado en los estatutos de la fundación y se asienta sobre los valores que persiguen “el bien común de toda la sociedad argentina y no solamente de las empresas”. En ese plano entiende que si al país le va bien, la misma suerte correrán sus empresas. Continúa el legado familiar en pos de una “Argentina competitiva” en la que el Estado reduzca “trabas” a la exportación y la importación. Tiempista apartidaria, recorre el país y mantiene el bajo perfil mediático que la caracterizó a lo largo de toda su trayectoria.  

 

“La Fundación Mediterránea habla por sus economistas”, dicen quienes la asesoran y para eso está Melconian, elegido no solo por sus conocimientos sino por su capacidad divulgadora. Del otro lado de la balanza, el exfuncionario macrista pregona las bases para “un capitalismo moderno, occidental, progresista, donde tiene que haber un cambio de régimen de raíz, por arriba de la grieta”. De eso conversó con CFK. Hubo coincidencias, reconocidas públicamente por ambas partes y "sorpresa" por parte del economista por algunas de las lecturas de la exmandataria.

Fuente: Letra P, nota de César PUCHETA

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