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La CGT se reunirá esta tarde, con dudas sobre la llegada de Batakis y alivio por la continuidad de Moroni

POLÍTICA 04/07/2022 Ricardo Carpena*
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Preocupada por la profundización de la pelea entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que terminó con una mayor debilidad política del Presidente, la Confederación General de Trabajo (CGT) convocó de urgencia para esta tarde a una reunión de su mesa chica para analizar la etapa que se abre con la designación de Silvina Batakis al frente del Ministerio de Economía.

La cúpula cegetista estuvo al tanto de lo que sucedía en la Quinta de Olivos (o de lo que no estaba sucediendo en más de un día de indefiniciones) a través del contacto directo entre el primer mandatario y el cotitular de la CGT Héctor Daer (Sanidad), pero ningún sindicalista fue consultado acerca del nombramiento de la sucesora de Guzmán. En principio, hay un signo de pregunta abierto con Batakis y un alivio manifiesto por algo que se confirmó: el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, seguirá en su puesto, pese a las versiones acerca de que Cristina Kirchner quería reemplazarlo por el abogado Gustavo Ciampa, del estudio jurídico de Héctor Recalde.

Hace mucho que Moroni fue identificado como uno de “los funcionarios que no funcionan” por la Vicepresidenta, pero es el que tiene mejor diálogo con la CGT y algunos sectores empresariales. En las largas horas de indefinición presidencial de este fin de semana, en los llamados de los sindicalistas había más consultas sobre la estabilidad de Moroni sobre el reemplazo de Guzmán.

Otro nombre que formaba parte de las versiones sobre cambios ministeriales era el de Juan Manzur: su posible alejamiento también inquietaba porque la cúpula cegetista tiene un fuerte vínculo con el jefe de Gabinete, aunque la eventual designación allí de Sergio Massa no causaba escozor. El titular de la Cámara de Diputados mantiene una estrecha relación con el sindicalismo, sobre todo con el cotitular de la CGT Carlos Acuña (estaciones de servicio), que milita en el Frente Renovador.

La nueva etapa que se abre en el Gobierno será el eje de la reunión de urgencia que mantendrá hoy, a las 17, la mesa chica de la CGT en la sede de UPCN, Moreno al 1300. Allí, algunos dirigentes quieren que se acuerde una declaración en la que se apoye la designación de Batakis, pero, a la vez, se ratifiquen algunos de los ejes en los que insiste la central obrera, como la lucha contra la inflación, la defensa de la producción, las paritarias libres y la protección del sistema de obras sociales.

La nueva ministra de Economía es vista por los dirigentes de la CGT como una funcionaria alineada claramente con Cristina Kirchner y La Cámpora, aunque muchos le tienen confianza porque la conocen de la época en que se desempeñó como ministra de Economía bonaerense en la gestión de Daniel Scioli. Para la alianza sindical que maneja la CGT, de todas formas, no es una buena señal que la Vicepresidenta haya impuesto a la ministra de Economía e influya en sus decisiones.

En la CGT hay expectativa por reunirse con Batakis cuanto antes para conocer de primera mano qué se propone hacer en el Ministerio de Economía y, además, para ponerla al tanto de una de las principales preocupaciones sindicales: el agudo déficit financiero del sistema de obras sociales.

Los dirigentes gremiales justo habían conseguido el viernes pasado algo que les generaba optimismo: en la sede de la CGT, minutos antes de que empezara el acto en homenaje a Juan Domingo Perón, Alberto Fernández le insistió a una veintena de dirigentes cegetistas que el Gobierno finalmente saldrá al rescate de las obras sociales para ayudarlas a superar su crisis. La nueva promesa fue efectuada delante del ministro Guzmán, el funcionario que aparentemente se resistía a darle más fondos al sistema sindical de salud para que compense las prestaciones por discapacidad en educación y transporte, que representan el mayor porcentaje de gastos de las obras sociales.

“(José Luis) Lingeri no me va a dejar salir si no solucionamos el tema de las obras sociales”, bromeó el viernes el Presidente al mencionar al secretario de Acción Social de la CGT, el responsable de insistir ante los funcionarios (hasta ahora infructuosamente) que se apliquen medidas para revertir un déficit financiero que a fines de año llegará a 50.000 millones de pesos.

En el cuarto piso del histórico edificio Azopardo 802, ante los 20 dirigentes gremiales, ministros como Guzmán, Juan Manzur y Eduardo “Wado” de Pedro y el gobernador Axel Kicillof, Alberto Fernández habló de la deuda pendiente del Estado con las obras sociales y afirmó: “Es justo que se resuelva”.

¿Qué pasará ahora a partir de la asunción de Batakis? Hay soluciones de fondo que se negociaban entre la CGT y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, que están congeladadas, pero hay decisiones que Guzmán no tomaba: por ejemplo, el giro a las obras sociales de unos 4700 millones de pesos para cubrir los gastos en discapacidad, que es la suma que falta de un total de 11.000 millones de pesos que había prometido el Presidente en diciembre pasado, aunque desde entonces falta completar.

Habrá que ver, además, qué pasará ahora con la movilización que algunos sectores de la CGT impulsaban contra la inflación y “los formadores de precios”: era, a la vez, una protesta contra el estilo desconcertante del primer mandatario y el avance de Cristina Kirchner. Ahora, no parece una forma adecuada de recibir a una nueva ministra de Economía. Algunos sindicalistas son partidarios de congelar la marcha y esperar a que Batakis les haga lugar en su agenda en los próximos días.

 

 

* Para www.infobae.com

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