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La sucesión de Schiaretti ya tiene a los nombres en carrera

POLÍTICA 24/06/2022 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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A pesar de que todo parece indicar que Schiaretti se guardará la fecha de las elecciones para comienzos del 2023, las cartas parecen estar sobre la mesa sin posibilidades para las sorpresas. Los candidatos a disputar por la herencia del poder cordobesista ya tienen nombres propios que se fortalecen como los aspirantes a hegemonizar la discusión y buscan ensanchar sus bases electorales en pos de alcanzar el premio mayor, la oficina más importante del Centro Cívico del Bicentenario.  

Pese a algunos amagues previos, nadie en el peronismo imagina un candidato que no sea Martín Llaryora. En las últimas semanas, incluso, las mediciones que se manejan desde el oficialismo empujan más la candidatura del intendente capitalino. Fortalecido en un piso de alta aceptación en la gestión y preparado para que el gobernador de la voz de “aura” para salir a recorrer el territorio provincial, resta definir la manera en que el esquema se completará para garantizar al espacio el plus electoral que buscan desde tres estrategias que (perfectamente) pueden coexistir: la elección de un candidato fuerte para la intendencia de Córdoba, un posible juego nacional de Schiaretti y la elección de un vice que atraiga votos desde otros espacios de representación.

Desde hace tiempo, la posibilidad de que el segundo o la segunda de Llaryora vengan desde un espacio hoy opositor se analiza entre las estrategias de los actuales habitantes del Panal. Una decisión de Schiaretti que signifique jugar desde un frente transversal facilitaría las cosas para convocar a alguien que debería ser parte del radicalismo o del PRO. Hacemos por Córdoba ya cuenta en sus filas con otras fuerzas que integran un esquema nacional opositor (como el GEN o el socialismo) por lo que poco sumaría proponer una figura de esos sectores a la hora de pensar en el crecimiento concreto que una segunda figura podría garantizar. ¿Un “externo”? No se descarta, aunque allí jugaría el factor sorpresa y el movimiento no será anticipado.

Otra chance, la menos vociferada por razones de estricta lectura política mediterránea, es reencauzar las relaciones con algunas facciones del Frente de Todos. El nombre con mayor potencial para desembarcar en la fórmula siguiendo esa lógica es el del villamariense Martín Gill, que viene exponiendo su voluntad de reconstruir la relación con el peronismo provincial y ya realizó muestras de apertura y acercamiento concretos. Su armado, incluso, no solo podría consignar el regreso de algunos de los votos devenidos de estructuras locales alineadas con el Gobierno nacional sino que asegura tener la capacidad de congregar a vecinalistas y radicales que aportarían un puñado de votos capaces de marcar la diferencia en una elección que se presagia pareja.

Es más compleja la posibilidad de entablar conversaciones con el caserismo, de la misma forma en que se reconoce que un acercamiento con el kirchnerismo dependerá de la estrategia nacional del espacio que tiene como referencia a la vicepresidenta. Hay quienes aseguran que la ex mandataria está dispuesta a “arreglar las cosas” con Schiaretti. De todos modos, reconocen adentro del peronismo cordobés, una alianza de ese tipo no podría ser presentada como tal. Pese a eso, hay acuerdos que podrían abrir las puertas para candidaturas “de consenso”, que conforme a todo el panperonismo cordobés.

En esa lógica podría inscribirse Juan Manuel Llamosas, que no solo cuenta con funcionarios abiertamente kirchneristas en su gestión sino que logró su reelección con un acuerdo entre todos los espacios que reunieron en los festejos a  Santiago Cafiero, “Wado” De Pedro, Manuel Calvo y Oscar González, entre otros. Ese perfil, suma chances al riocuartense, que se sabe con la capacidad de expresar “algo más” que un “fórmula pura”.

El crucigrama opositor

En Juntos por el Cambio, el problema primario no logra resolverse. El reglamento interno que definirá la manera en los que se seleccionarán los candidatos no termina de cerrarse y la batalla de nervios va ganando espacios. De todos modos, nadie imagina que la candidatura caiga por fuera de las figuras de Luis Juez y Rodrigo De Loredo.

En pos de mantener unido al espacio, no hubo grandes definiciones en los mitines políticos de Juntos por el Cambio que tuvieron lugar en las últimas horas en la provincia. Tampoco las habrá hoy, cuando la mesa de Juntos por el Cambio se reúna en Río Cuarto, donde ayer ya se juntaron los radicales.

Con el candidato a gobernador en duda, los nombres se amontonan en todos los planos estratégicos con diseño opositor. Aunque los diálogos también podrían canalizarse hacia una alianza que ubique figuras en lo más alto de las aspiraciones capitalinas.

Soher El Sukaría ya expresó su voluntad de ser candidata la intendencia, aunque su peso dentro del PRO local y su creciente protagonismo entre los halcones del Congreso podrían ponerla en carrera para la vicegobernación. Junto con Gustavo Santos, es la que mejor diálogo con el Gobierno provincial ha demostrado en los últimos meses, lo que abre lugar a todo tipo de especulaciones, desmentidas cada vez que resulta conveniente. Sin embargo, nadie descarta que el macrismo busque “poner los huevos en dos canastas”, lo que llevaría a una ruptura, al menos aparente, en el PRO de Córdoba.

Si hay fórmula de consenso, la elección dependerá de quien encabece. Si Juez y De Loredo acuerdan ir por la provincia y la ciudad, respectivamente, es lógico que el PRO exija el segundo lugar en la fórmula. Allí ya se anotaron Laura Rodríguez Machado y Pedro Dellarossa.

Con De Loredo como aspirante “de cajón”, desde el radicalismo empiezan a surgir nombres que tienen a las mujeres como protagonistas. Desde la liga de intendentes que a comienzos de esta semana se reunió con Facundo Manes, cobra cada vez más fuerza la figura de Miryam Prunotto y, desde el Congreso, empieza a sonar el nombre de Soledad Carrizo, la ex intendenta de Quilino que transita su tercer mandato en la Cámara baja.
Eso sí, si hay internas, cualquiera de los nombrados puede terminar encabezando la lista para la gobernación.

 Con información de La Nueva Mañana, nota de César Martín Pucheta

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