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Por la suba de la inflación y el encarecimiento del crédito se espera una desaceleración en el consumo masivo

ECONOMÍA 12/06/2022 Ximena Casas*
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En la primera mitad del año, crecieron los niveles de consumo en distintos sectores, sobre todo impulsados por las familias que tienen algún exceso de pesos y lo destinan rápidamente a la compra de bienes durables o servicios. ¿Cuál es el panorama para la segunda mitad del año? Hay grandes diferencias de acuerdo a los distintos sectores, como consumo masivo, electrodomésticos, automóviles, gastronomía y turismo. Pero la aceleración de la inflación junto con el encarecimiento del crédito podrían ponerle un freno al crecimiento, de acuerdo con la visión de los analistas.

“Se ven niveles de consumo, sobre todo en algunos segmentos, que no se condicen con el nivel del salario real ni del salario en dólares. Todo exceso de pesos que se genera en las familias trata de dolarizarse de alguna manera. Y aquellos que no logran dolarizarse, en el sentido de buscar bienes que se acerquen algo al dólar, lo que hacen es básicamente consumir servicios, salidas y demás. Eso tiene un límite que es la propia dinámica inflacionaria y la evolución de los salarios sobre todo de los sectores medios y medio bajos”, explicó a Infobae el economista Ricardo Delgado, presidente de la consultora Analytica.

La primera señal de retracción se observa en los sectores de más bajos ingresos. “Lo que vemos también es que en los segmentos más vulnerables hay una preocupante desaceleración del consumo, sobre todo de alimentos. Eso obviamente también es producto de que el ingreso real de esos sectores se ha caído muchísimo”, dijo el economista.

Según los últimos datos de la consultora Scentia sobre consumo masivo en supermercados y autoservicios, el acumulado del primer cuatrimestre del año es positivo, con un alza de 6,2% con respecto al año pasado, cuando los niveles eran bajos. Sin embargo, a partir de abril, ya comenzaron señales de desaceleración: si bien creció 9,3% en el interior del país, por la mejora en economías regiones y por el turismo, en el AMBA tuvo una caída de 1,2 por ciento.

Las diferencias también se detectaron en el tipo de comercios: en los locales de cercanía y supermercados de origen asiático las ventas crecieron un 14,7% en el interior y cayeron 4,4% en el AMBA. La consultora presentará los números de mayo la semana próxima pero ya anticipan que en los próximos meses, a medida que caiga la base de comparación con el año anterior, se va a desacelerar el consumo.

En tanto, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informaron que las ventas minoristas pyme bajaron 3,4% anual en mayo y 8,9% en comparación con abril de este año. “El mercado de consumo notó el menor poder de compra del ingreso familiar y las menores propuestas de financiamiento”, señaló el estudio elaborado en base a un relevamiento entre 895 comercios.

“Comienzan a verse señales más claras del impacto de la aceleración inflacionaria y el encarecimiento del crédito sobre los niveles de consumo, aunque con heterogeneidad a su interior. En un contexto en que la inflación le viene pegando más a los hogares de los deciles más bajos, con alimentos subiendo por encima del promedio y ausencia en muchos casos de paritarias y más dependientes del trabajo informal o el cuentapropismo, llevándolos a recortar consumos esenciales. En este sentido, comenzamos a ver más claramente este impacto en los indicadores de demanda en canales de consumo masivo”, señaló Santiago Manoukian, economista de Ecolatina.

“En contraste, los deciles más altos, menos golpeados por la aceleración de la inflación, son los que demandan relativamente más servicios y bienes de segunda necesidad, dando la percepción de una mayor demanda general. Además, en un contexto de alta inflación, estos sectores pueden optar por adelantar consumo de bienes durables (electrodomésticos, autos, entre otros), ante el desincentivo que genera ahorrar en un contexto de falta de previsibilidad de mediano plazo”, agregó el economista.

Con todo, Manoukian destacó que los sectores de servicios vinculados al turismo, esparcimiento y transporte son los que están liderando la recuperación de los últimos meses, cuando anteriormente habían sido los más rezagados producto de las restricciones sanitarias, posiblemente dejando cierto “consumo reprimido” que está siendo saldado en la actualidad.

“Para adelante vemos un segundo semestre con un consumo creciendo menos”, contó Ricardo Delgado. Y remarcó que los datos del primer semestre, sobre todo en centros de consumo y supermercados, tuvieron un crecimientos importantes pero aun están entre un 20% y 25% por debajo de los niveles máximos que se dieron en 2017 y 2018.

“Esta economía encepada, con restricciones cambiarias, hace que todos los que tienen pesos excedentes, en un contexto de aceleración inflacionaria, traten de protegerse. De hecho, el consumo de bienes importados en dólares esta en niveles altos. El récord, a fines de 2021, fue de un 14% de bienes de consumo en relación al total de las importaciones y hoy es el 12%. Es interesante que esto sea parte de la lógica de por qué se están yendo las importaciones. Se están consumiendo demasiados bienes de consumo en relación al salario y a la realidad macroeconómica”, concluyó Delgado.

Entre los sectores de bienes durables que se mantienen con alta demanda y tuvieron crecimiento en la primera mitad del año están la venta de automóviles y electrodomésticos. Según GfK, consultora global, las ventas del mercado de electrodomésticos durante el primer trimestre crecieron un 20% en unidades vendidas comparado con el mismo período de 2021. El segmento de aires acondicionados creció 55% en cuanto al número de unidades vendidas en el trimestre, con picos de 93% en el mes de enero. Con todo, las cifras aún no alcanzan las de 2017, año de mayor unidades vendidas de los últimos diez.

Por otro lado, en los cinco primeros meses del 2022 se patentaron 174.257 automóviles 0 kilómetro, un 1% más que en el mismo período de 2021. En ese caso, la falta de oferta limita un mayor crecimiento de las ventas. “Lo que hay, se vende todo”, señaló a Infobae Ricardo Salomé, presidente de la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara).

“Estimamos que vamos a cerrar el año con 400.000 unidades. No hay lugar para más que eso porque la oferta es limitada. En 2019, el 29% de los autos que se vendían era de producción nacional y hoy el porcentaje llega al 55%. El problema es la composición de la oferta, la demanda no coincide con lo que se ofrece”, agregó Salomé.

En líneas generales, el mercado de automóviles en los últimos años, previos a la pandemia, se movía en un promedio de 700.000 unidades al año, con un récord en 2013 con más de 900.000 unidades. “El mercado sigue demandado pero hay restricciones. Por un lado en la producción, con una caída global por la falta de fabricación de chips que se solucionará a partir de 2023, y por las restricciones internas de acceso a las divisas”, agregó el directivo de la asociación.

 

 

* Para www.infobae.com

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