Jóvenes dirigentes, ideas renovadas, la UCR vive su resurrección

Pareciera que la Unión Cívica Radical purgó el 2001, año nefasto para el centenario partido. Se ve venir una generación de dirigentes jóvenes dispuestos a gobernar sin culpas ni complejos.

Esta nueva UCR seguramente se "aprovecha" del nefasto gobierno kirchnerista-peronista, que hoy nos gobierna y que está plagado de corruptos que se valen del estado para su propio beneficio,  pero también del mal gobierno de Mauricio Macri en el período 2015-2019, sobre todo en lo económico, aunque indiscutido en lo democrático. Hoy esta UCR está dispuesta a disputarle al Pro la supremacía en la coalición de gobierno y no a jugar un papel secundario como en 2015.

¿Cuál es el signo distintivo de esta nueva generación de Radicales?: Tener el convencimiento de que son portadores de una historia de ética y conducta casi sin discusión y haberse sacado de encima la culpa del 2001.

Mario Negri, ya un veterano del 83 dice y con razón: "podés tener 130 años, cometer errores, pero si expresás valores y te adaptás a lo que demanda la sociedad tenés una posibilidad”.

Argentina hace mucho que se quedó sin esos valores necesarios que hacen falta para crecer como país, los diferentes gobiernos que se fueron sucediendo luego de que Raúl Alfonsín se viera obligado a dejar seis meses antes su gobierno,  demostraron no estar a la altura de una sociedad que ya no soporta más la decadencia y el ostracismo producto de una corrupción endémica que se carcome todo.

Esta nueva generación de dirigentes no está dispuesta a abandonar la ética y la conducta que les legaron sus próceres partidarios y sabe que ese es el gran capital que tienen, el que la sociedad le reclama a toda la política.

Si de algo sirve este cuarto gobierno kirchnerista, seguramente el peor de todos, es para que nazcan fuerzas nuevas dispuestas a dignificar la política y darle un sentido diametralmente opuesto.

Seguramente no son todas rosas y están también los que se valen de la política en vez de que sea al revés, pero la fuerza de esta nueva generación de Radicales hoy consigue opacarlos y seguramente quedarán de lado, reducidos a un minúsculo grupo sin tracendencia alguna.

Históricamente cuando al país le faltaron valores democráticos, las miradas y las esperanzas se posaron en la Unión Cívica Radical, hoy hay un grupo de dirigentes que no le sacan el cuerpo a las responsabilidades y están dispuestos a tratar de terminar con, quizá, el peor periodo en materia de ética, corrupción y valores que se tenga memoria.