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Lisandro Bonelli, ex jefe de gabinete del Ministerio de Salud: “El Presidente magnificó el error del vacunatorio VIP cuando le pidió la renuncia a Ginés”

POLÍTICA 20/02/2022 Mariana Dahabar*
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Lisandro Bonelli se hizo conocido hace un año, cuando era jefe de Gabinete del Ministerio de Salud durante la gestión de su tío, Ginés González García, hasta que salió a la luz la noticia de que se usaban el Hospital Posadas y el mismísimo Ministerio de Salud para vacunar a conocidos y amigos. Eso terminó con su renuncia en el escritorio del Presidente.

A un año de ese episodio, y tras haber vivido en primera persona el dolor de perder a su hermano por COVID, Bonelli visitó los estudios de Infobae para responder a todo. Se lo vio optimista, con el deseo de continuar activamente en la política.

Afirmó que quien magnificó el error fue el Presidente cuando tomó la decisión de pedirle la renuncia al ministro y aseguró que es la historia quien terminará juzgando la gravedad del error. Además, explicó por qué estuvo bien vacunar al grupo de Verbitsky y a Duhalde.

—¿Cómo está a un año del episodio del vacunatorio VIP?

—Hoy estoy mejor. La verdad es que el año pasado no fue un año fácil, primero, por lo que sucedió con respecto al tema de la vacuna. Segundo, por un tema personal, desde lo familiar, porque en el mes de agosto perdí a mi hermano por COVID. Pero hoy estamos un poquito mejor y, por supuesto, con una mirada optimista. Siempre uno trata de mirar el futuro con optimismo y en eso estamos.

—¿Cómo se enteró de la noticia del vacunatorio VIP? ¿Qué estaba haciendo ese día?

—En primer lugar, quiero decir que creo que no existió el Vacunatorio VIP, me parece que fue el título que se le puso y que no fue así. No es real. ¿Cómo me entero yo? Ese día, jueves 18 de febrero del año pasado habíamos viajado, en viaje oficial, con el ex ministro Ginés y con la actual ministra Vizzotti, a Paraná. Fuimos a visitar al gobernador, a la ministra de Salud, lo que hacíamos semanalmente, giras permanentes visitando a los gobernadores, visitando a los ministros, trabajando en lo que era la gestión de la pandemia y en el inicio de ese programa de vacunación. Volvimos a la tardecita/noche de ese 18. Me llamaron de presidencia diciéndome: “Che ¿hay algún grupito que se vacunó en el Ministerio?”.

—¿Quién lo llamó de Presidencia?

—El ex vocero del Presidente. La verdad es que yo no tenía conocimiento. Corté, lo llamé a Ginés y él me dijo que cuando estábamos en el viaje lo llamó el que era secretario de Ginés, que lo había llamado el director del hospital del Posadas diciéndole que un grupo de personas se iba a vacunar ahí, uno era Verbitsky, y le dijo que para que no haya problemas con el gremio le mandaba un enfermero a que lo vacunen en el Ministerio.

—¿Por qué podía haber problemas con el gremio?

—Por su historia. Entonces lo consultó con Ginés y la verdad es que en la vorágine, como era un hecho aislado, no era algo sistemático que se hacía todos los días, en su afán de vacunar le dijo que sí, que no había problema. Y fue así. No hay mucho más análisis.

Como el mismo Ginés dijo, fue un error que se cometió, pero tampoco fue un error tan grave. Yo creo que quien magnifica el error es el Presidente cuando toma la decisión de pedirle la renuncia. Pero bueno, será la historia la que termine juzgando o analizando el nivel de error.

—Verbitsky, en su programa de radio, contó que llamó a su amigo, Ginés González García, y que se vacunó, ¿cómo tomó eso usted?

—Primero que no es un amigo.

—¿Por qué dijo que era amigo?

—No sé, habría que preguntárselo a Verbitsky. Creo que la última vez que lo vio Ginés fue en la gestión anterior, hace 15 años atrás. No es amigo, no sé por qué utilizó ese término o con qué intención.

—¿Piensa que pudo ser una “operación política”?

—Nunca se va a saber eso.

—¿Usted qué piensa?

—La verdad es que no lo sé. Mirá que pasó un año y uno lo analiza, lo habla con amigos, lo habla con gente de la política, lo habla con periodistas y me lo han preguntado en más de una oportunidad. Yo la verdad es que no lo sé. Sí creo que se cometió un error, Ginés lo reconoció, pero no fue un error de una magnitud como la que se le terminó dando, porque en definitiva ¿qué es lo que sucedió? Se vacunaron. Y las personas que se vacunaron fueron un grupito muy pequeño, eran todas personas que tenían criterio para vacunarse. ¿A qué me refiero con que tenían criterio para vacunarse? Que por edad o por cargo entraban dentro de los grupos priorizados para vacunarse.

—Paralelamente a las declaraciones de Verbitsky, el diario Clarín publicó un informe sobre irregularidades. ¿Usted no creyó que en cualquier momento se podía desatar el escándalo?

—Me enteré ese día que te conté, o algo así, fue un hecho absolutamente aislado, no fue un VacunatorioVIP como se dijo.

—Dice que Alberto magnificó el tema. ¿Habló con Alberto? ¿Cómo quedó la relación de Ginés con el Presidente?

—Yo no hablé con el Presidente. Tampoco tenía una relación directa. Yo era jefe de gabinete del Ministerio, no tenía relación. Ginés habló tres o cuatro meses después. No sé, bueno, habría que preguntarle a Ginés cuál es la relación que hoy tiene. Hablaron, Ginés le dio su punto de vista y el Presidente el suyo. Yo respeto todas las decisiones del Presidente, claramente no estoy de acuerdo con esta, y sostengo que cometió un grave error.

—Cuando se enteró de la denuncia del vacunatorio VIP, ¿qué fue lo primero que se le vino a la cabeza?

—No le di importancia. Digo, eran personas que tenían criterio para vacunarse. Yo creo que quien le da una dimensión que no tenía es el Presidente, tomando la decisión de pedirle la renuncia a Ginés. Ya pasó un año y me parece que quedó a las claras que todas las cosas que se dijeron sobre que se vacunaron amigos allegados, fue todo falso. Yo te hablo a título personal y familiar. Mi papá tiene 75 años, se vacunó el 24 de febrero. Es decir, a los cinco días de que sucedió esto, porque le llegó el “Vacunate” de la provincia de Buenos Aires, ellos viven en San Nicolás, yo soy de San Nicolás. Mi mamá tiene 71 años, con comorbilidades, tiene factores de riesgo y se vacunó con la primera dosis el 14 de abril. Mis dos hermanos, Jerónimo que falleció, se vacunó el 4 de junio. A los 20 días contrajo COVID, la peleó un mes y medio, y murió. Mi otro hermano también se vacunó el mismo día.

—¿Cree que Carla Vizzotti estaba al tanto de las vacunaciones realizadas en el Ministerio de Salud?

—Yo no sé si sabía, seguramente tenía el conocimiento que podía tener yo, porque insisto, no fue algo sistemático, permanente, fue un hecho aislado. A mí lo que me hace un poquito de ruido es que siendo la actual ministra la responsable de las vacunas, por organigrama era la responsable de la vacuna, lo echa a Ginés y la pone de ministra a ella. Si el Presidente estaba tan en desacuerdo, como dijo, me parece que la decisión tendría que haber sido la misma o más amplia: los dos afuera. Me lleva a pensar que quizás había un sector del gobierno, digo, el mismo Presidente, que no lo quería a Ginés. Pero bueno, la historia se encargará de juzgar y poner las cosas en su lugar.

Ahora, también, yo no estuve de acuerdo o yo no hubiese tomado la decisión de aceptar el cargo que tomó la actual ministra. A mí me parece que la lealtad es un valor irrenunciable en la vida y, por supuesto, en la política. Así que en ese sentido no estuve de acuerdo. Si hubo vacunatorio VIP, tanto Vizzotti como Ginés fueron responsables por igual.

—¿Sufrió la condena social?

—Y, no fue fácil.

—¿En dónde sintió la condena social?

—Me pasó en San Nicolás, es una ciudad mediana, somos 160.000 habitantes, con alguna persona que en la calle se me acercaba. Nunca un episodio de violencia, pero me he sentado, les expliqué, algunos entendieron, otros no. Por supuesto después de lo que pasó con mi hermano eso se revirtió drásticamente, aunque ojalá eso no hubiera pasado.

—¿Le dejó algún aprendizaje la pandemia?

—Como sociedad argentina: la importancia de construir acuerdos, de construir consensos. Yo creo que si algo logramos, por lo menos la primera etapa con la gestión de Ginés en el Ministerio, fue construir un consenso, una unidad política te diría inédita en la historia de la Argentina. Vos fijate, volvamos un poquito a los archivos, yo la verdad no he escuchado ningún ministro de Salud, de las veinticuatro provincias, ni ningún gobernador, ni al mismo jefe de Gobierno, que haya criticado la gestión de la pandemia. Hagamos un poquito de memoria. Al revés, estábamos trabajando: el Presidente de la Nación, el ministro de Salud de la Nación, en conjunto con los veinticuatro gobernadores, el jefe de Gobierno, los veinticuatro ministros y ministras tirando para adelante, tratando de encontrar las mejores soluciones para enfrentar la pandemia. Me parece que ese es el mejor aprendizaje que, como sociedad y como país, tiene que dejar la pandemia.

—¿Cree que se usó la vacuna para hacer política?

—Sí, claramente. La oposición la usó para hacer política.

—¿La oposición sola?

— La oposición la usó para hacer política. Nosotros, como gobierno, la usamos para salvar vidas. Cuando llegaron las vacunas nos denunciaron por envenenamiento en la Justicia federal. Digo, esto sucedió en la Argentina hace un año, no hace 20. En enero del año pasado, Lilita Carrió denunció en la Justicia al Presidente, a Ginés, a la actual ministra y a mí. Y al mes y medio estaban desesperados por la vacuna, porque quedó demostrado que la primera vacuna que habíamos traído era la más eficaz del mercado. Como sociedad tenemos que recordar este tipo de personajes para que no vuelvan a gobernar la Argentina el año que viene o dentro de cuatro años. Son personas que le han hecho un daño gigantesco al país. Es mentira que tuvimos la cuarentena más larga del mundo

—¿Qué opinó, cuando ya estaba retirado de su cargo y veía por los medios que los chicos de La Cámpora se vacunaron, Zanini se arrepintió de no haberse sacado la foto, las hijas de Duhalde…?

—Hay que dividir. Me molestó muchísimo ver gente, no sé si de La Cámpora, o en general, a jóvenes vacunándose. A personas que no tenían criterios para vacunarse me molestaba, la verdad.

—Pero eso existió. ¿Quién es el responsable por ello?

—Sí, existió, pero no era una responsabilidad nuestra.

—¿Y de quién, entonces?

—Las jurisdicciones que hicieron eso. Por lo que he visto en los medios hubo algunos lugares donde no se hicieron las cosas bien, se vacunó gente que no tenía criterio para vacunarse. Y eso está muy mal.

Ahora, hay dos temas que también salieron a la luz, Zannini tenía criterio para vacunarse. Dentro de la normativa que establece el programa nacional de vacunación, la resolución que te dije recién, 2883 de 2020, se considera personal estratégico. Son aquellas personas que desarrollan gestiones y actividades que hacen al funcionamiento del Estado. A Zanini le correspondía vacunarse por ser personal estratégico y por edad. También salió a la luz lo del expresidente Duhalde. Cuando lo vi dije: esta es la Argentina del reino del revés. Por mandato constitucional el Estado argentino tiene que velar por los intereses de un presidente hasta el día que se muere.

—Pero, ¿y las hijas de Duhalde?

—No, pero esperá, a Duhalde le correspondía por ser expresidente y por edad, 78 años. ¿Por qué se las vacuna a las hijas de Duhalde? Por otro criterio de vacunación que tiene el programa nacional que es el uso eficiente de la vacuna. ¿Qué es lo que sucede? El frasquito de la vacuna trae cinco dosis. Entonces, muchas veces, pasa que vamos a vacunar o se va a vacunar a tres personas que tienen criterio y quedan dos dosis que se tienen que utilizar en la media hora posterior a que se abre, porque si no se vence. Entonces, para no tirar esas dos dosis que sobran, se vacuna a otra persona. Y eso sucedió mucho. Y en el caso de las hijas de Duhalde sucedió eso, se lo fue a vacunar al expresidente, a la mujer, sobraban dos dosis, estaban las hijas de Duhalde y se las vacunó. Así fue.

—¿Qué sintió cuando vio la foto del Presidente, en plena cuarentena, festejando el cumpleaños con Fabiola Yáñez y un grupo de amigos?

—No me gustó. Me enojó, la verdad es que me enojé. Lo que me pasó a mí creo que también te pasó a vos y a la mayoría de los argentinos y argentinas, de enojarse, porque estábamos todos, sociedad argentina en su conjunto, haciendo un enorme esfuerzo con el aislamiento, con el distanciamiento, y ver al presidente festejando un cumpleaños la verdad es que no fue nada lindo y te repito, a mí en lo personal me enojó, me generó un disgusto enorme.

—¿Cómo ve, de acá a dos años, a Alberto Fernández?

—Yo me considero parte de este gobierno, más allá de las diferencias que pueda tener con el Presidente, y lo voy a defender porque tengo en claro que del otro lado está Macri. Ahora, con todos los aciertos, los errores, creo que este es el mejor gobierno que puede tener la Argentina. Y la verdad es que los resultados están a la vista. Nosotros estamos terminando de atravesar la pandemia con un esquema de vacunación de los más importantes del mundo, más completos del mundo. Y en términos económicos, la Argentina el año pasado, fue el país que más creció en el mundo, arriba de 10 puntos. ¿Tenemos problemas? Sí, tenemos problemas. Tenemos una pobreza estructural fenomenal todavía, que viene bajando. Tenemos problemas de inflación, que los reconocemos. Pero creo que se va a ir resolviendo. Yo creo que el gobierno tiene gente idónea para resolver los problemas que todavía hay, que son muchos.

—¿Qué rol jugó la Vicepresidenta en la pandemia?

—De acompañar permanentemente. Siempre al tanto, preguntando, a disposición. Pero también, todo el arco político que estaba en gestión ejecutiva tuvo un acompañamiento positivo a lo que fue la gestión de la pandemia. Todos codo a codo mancomunados.

—¿Qué opina de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque?

—Una decisión personal. Yo en este contexto no sé si hubiese tomado esa decisión, pero es una decisión personal. Él cree o creyó que corriéndose iba a aportar mejor al futuro del gobierno y de la Argentina, y lo respeto.

—¿Quién manda: Alberto o Cristina?

—(Risas). Manda Alberto. Por supuesto, como gobierno de coalición la palabra, y más con la historia política y la estatura política que tiene la actual Vicepresidenta, su palabra siempre es importantísima, como también lo es la palabra del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, de Sergio Massa. Pero quien toma la última decisión es Alberto Fernández.

—¿Cree que la renuncia de Ginés terminó con su carrera política?

—Ginés hoy tiene 76 años… Va a quedar en la historia como un gran ministro de Salud, como un gran dirigente de política sanitaria. Yo he tenido la suerte de acompañarlo por ahí afuera, es un tipo renombrado internacionalmente, reconocido por su capacidad, por su conocimiento en la política sanitaria. Cometió un error que él mismo admitió, pero eso no va a tirar por la borda todo lo que hizo por la salud en la Argentina.

—Estoy escuchándolo y me acuerdo de la foto de Ginés cuando viajó a Madrid y se viralizó una foto de él tomando cerveza. ¿Qué pensó?

—No sé, son esas cosas que pasan y ¿qué vas a hacer? Lo que pasó es que...

—Entró a Madrid con Sputnik y no se podía entrar con esa vacuna. Explíquele a la gente ¿por qué él sí pudo ingresar?

— Se podía entrar.

—No, no se podía.

—La verdad es que lo desconozco. Si yo algo no hago es mentir.

—¿Se arrepiente de algo?

—No sé si arrepentirme. Quizás esto va a sonar antipático, pero creo que como autocrítica en algunos momentos de la gestión de la pandemia tendríamos que haber sido más estrictos con las restricciones, así se hubiesen evitado muchas muertes.

—Pero estuvimos encerrados...

—Eso también. Y es bueno que me des el pie para aclararlo. Entre las cosas que nos hicieron creer, a la mayoría de la sociedad argentina, es que tuvimos la cuarentena más larga del mundo y no fue así. Y te lo digo con datos: acá se decreta el famoso ASPO, vulgarmente llamada cuarentena, el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, el 20 de marzo de 2020. El 7 de junio del 2020, o sea 77 días después, se pasa del ASPO al DISPO, al Distanciamiento, en el 85 % del país. Es decir, el país sale de la cuarentena a los 77 días. Cuando vos mirás Europa al 31 de diciembre de ese mismo año, prácticamente la mayoría de los países, habían tenido más de 100 días de cuarentena. Chile lo mismo. Digo, acá también nos hicieron creer estas cosas algunos de los sectores desocupados de la oposición.

—¿Cómo cree que se gestionó la pandemia?

—Fue inédito en la historia sanitaria argentina lo que se hizo, en tres meses aumentamos la capacidad instalada de camas de terapia intensiva en un 40 %. Pasamos de 8500 camas, entre el sector público y el privado, a 12 500. Fue fenomenal lo que se hizo. Y esto, repito, no es un logro ni de Alberto, ni de Ginés, ni de quien te habla, es un logro del trabajo consensuado y acordado con todos los gobernadores, gobernadoras, ministros y ministras, y el conjunto de la sociedad argentina. Y eso es algo que nos tiene que llenar de orgullo. Por eso, también, podemos decir con orgullo que: argentino o argentina que necesitó una cama, porque se enfermó, tuvo la posibilidad de tenerla. Pocos países en el mundo lo lograron. Fijate que Nueva York es una de las ciudades del mundo per cápita que tiene mayor cantidad de camas y respiradores, pero en un momento determinado tuvieron que decidir a quién le daban un respirador y a quién no. Eso en Argentina no sucedió. Y con esto no quiero decir que hicimos todo bien.

—Lo veo como emocionado. ¿Está emocionado?

—Me emociona porque fue muchísimo lo que se hizo. Y te digo, esto no quiere decir que se hizo todo bien. Cometimos muchos errores. Pero creo que cuando uno pone en la cuenta, fueron muchísimos más los aciertos.

—¿Le dolió haberse ido?

—Por supuesto, y más de esa forma.

—¿Va a seguir en la politica?

—Por supuesto voy a seguir haciendo política porque lo amo; más allá de que mi mamá todos los días o día por medio me diga: “Dejate de embromar con la política que lo único que te ha dado son más disgustos que alegrías”. Es algo que yo hago con pasión, con vocación. Mientras me dé el cuero y tenga las posibilidades voy a seguir haciendo política. Me parece que hoy todos los dirigentes tenemos que intentar eso, encontrar puntos en común que nos ayuden a construir una Argentina más equitativa, más solidaria, más saludable, en definitiva. Ese tiene que ser el objetivo, pelear menos y acordar más.

 

 

* Para www.infobae.com

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