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José Ignacio de Mendiguren: “El acuerdo con el FMI es condición necesaria para la estabilidad”

ECONOMÍA 19/02/2022 Liliana Franco*
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“El acuerdo con el FMI es una condición necesaria para la estabilidad y la previsibilidad, y en especial para que las empresas también tengan financiamiento para exportar y para importar insumos”, señala José Ignacio de Mendiguren. A su juicio, el día después del acuerdo se necesitará “poner en marcha toda una batería de acciones para aumentar las exportaciones y el valor de las exportaciones: para cambiar la matriz de subdesarrollo del país”. Cree que lo que se haga en próximos años, será clave para que no enfrentemos esta situación nuevamente en el futuro.

Respecto a la necesidad de inversiones, el titular del BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior) advierte: “antes que entusiasmar a los BlackRock de este mundo tenemos que entusiasmar a nuestros compatriotas”. Las exportaciones son la herramienta para garantizar el crecimiento sostenido y en este aspecto señala que “ya no existe una visión exclusivamente mercado-internista”. Aunque admite que el problema de fondo es que el mundo le compra a la Argentina productos que valen en promedio u$s500 la tonelada pero adquiere insumos por un promedio de u$s1.600 la tonelada. A continuación, los aspectos salientes del reportaje otorgado a Ámbito.

Periodista: Usted hace varias décadas que viene planteando la necesidad de que Argentina exporte más. Todos los presidentes desde Alfonsín a la fecha han manifestado ese interés, pero en la práctica no ocurre. ¿Cómo lo explica?

José Ignacio de Mendiguren: Es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Por qué? Porque el mundo compite ferozmente por colocar sus productos. Entonces lo que nos pasó en las últimas décadas es que la macroeconomía volátil argentina fue una mochila enorme para la producción argentina. Desde la década del 70 tuvimos todo tipo de crisis que cambiaron las condiciones de la noche a la mañana, y con eso es muy difícil ser un proveedor confiable en mercados externos ultra competitivos. Con períodos de enorme retraso cambiario, sin financiamiento para exportar, con devaluaciones bruscas, para el mundo los productores argentinos somos productores de riesgo, entonces nos compran solo cuando el precio que ofrecemos es muy bajo. Pero en el promedio lo que pasa es que el mundo nos compra lo que quiere de nosotros, las materias primas y los recursos naturales, pero no vendemos lo que nosotros necesitamos vender, productos más elaborados con más valor agregado.

P.: ¿Usted cree que existe en la dirigencia política y sindical conciencia de que es necesario exportar para que la Argentina pueda crecer de manera sustentable o se cree que con el mercado interno es suficiente?

J.I.M.: Sí, no existe más una visión exclusivamente mercado-internista. Creo que la mayoría de los sectores entienden bien que es importante complementar los mercados externos e internos. En las últimas décadas, además, quedó muy claro que Argentina necesita dólares para lograr un crecimiento sostenido en el tiempo y que esos dólares tienen que venir de la exportación para ser genuinos. Pero también es cada vez más importante que esas exportaciones sean más complejas y con más valor agregado en origen, porque ahí es cuando se genera empleo de calidad con buenos salarios. Si nuestras exportaciones siguen primarizadas vamos a seguir discutiendo cómo distribuir esos ingresos escasos, vamos a seguir discutiendo retenciones; en cambio sí exportamos más valor agregado la distribución se da a través de empleo genuino y bien pago.

P.: Una de las dificultades es que muchas veces la Argentina enfrenta problemas cambiarios por los cuales los dólares comienzan a ser retaceados por el BCRA afectando los ciclos productivos. ¿Cómo se puede lograr estabilidad en este punto?

J.I.M.: Eso es el síntoma del problema de fondo. El problema de fondo es que el mundo le compra a Argentina productos que valen poco -promedio 500 dólares la tonelada- y le compra productos que valen mucho -promedio 1.600 dólares la tonelada-. La falta de dólares es resultado de esa matriz productiva desequilibrada. Esto es lo obvio del problema económico argentino. ¿Cómo se resuelve? Aumentando el valor de nuestras exportaciones, poniendo un segundo piso al campo con más agroindustria, agregando valor al petróleo con la industria petroquímica, agregándole valor a la minería, la pesca, el turismo, etcétera. Es decir, construyendo una densidad nacional en el entramado productivo a partir de los sectores en los que tenemos efectivamente una ventaja competitiva. En eso estamos trabajando desde que asumimos en el BICE, alineados con la estrategia que marca el Ministerio de Desarrollo Productivo: todos los proyectos que financiamos son de empresas –en su mayoría pymes– que cambian la matriz productiva en sus sectores: un molino de La Plata que pasa de hacer harina común a harina orgánica, una empresa de Córdoba que produce alimento para mascotas, una agrícola de Entre Ríos que transforma granos en carne de cerdo. En esos proyectos la macro se toca con la microeconomía: el cambio de la matriz se hace así, proyecto por proyecto, sector por sector, en todo el territorio del país.

P.: Otro de los temas es que existe el preconcepto que la Argentina tiene que fabricar todo olvidándose de un problema de economía de escala. ¿Hoy funciona el tema de las cadenas globales? ¿la Argentina está muy atrás en es este punto?

J.I.M.: Las cadenas de valor globales son un dato que no se puede ignorar y todo estamos integrados en ellas. Pero es fácil integrarse cuando uno provee el primer eslabón de la cadena: la materia prima. Ahí vienen y te compran. El desafío es insertarse en otros eslabones de manera vertical y ahí, otra vez, la estabilidad macro es aún más importante. Porque ser parte de una cadena global ante todo requiere brindar previsibilidad y seguridad de que uno va a cumplir. Argentina tiene muchos ejemplos exitosos que muestran que sobra capacidad y que se pueden hacer proyectos muy eficientes aún a una escala pequeña que luego crezcan y se inserten en el mundo. El sector autopartista es un caso.

P.: ¿El acuerdo con el FMI potenciará las exportaciones? ¿Por qué?

J.I.M.: El acuerdo con el FMI es una condición necesaria para la estabilidad y la previsibilidad, y en especial para que las empresas también tengan financiamiento para exportar y para importar insumos. Lo que sigue el día después del acuerdo es poner en marcha toda una batería de acciones para aumentar las exportaciones y el valor de las exportaciones: para cambiar la matriz de subdesarrollo del país. Lo que hagamos en los tres o cuatro años de tiempo que vamos a tener a partir del acuerdo es clave para que no enfrentemos esta situación de nuevo en el futuro. Tenemos que lograr un acuerdo que suture la grieta sobre este punto, porque allí se juega la viabilidad de nuestra economía.

P.: ¿Le preocupa el éxodo de las empresas?

J.I.M.: No creo que haya un éxodo de empresas, hay algunos casos puntuales, que pueden estar ligados a la realidad del país o a decisiones estratégicas de las casas matrices. De cualquier manera, lograr una estabilidad macro es clave. Pero hay algo que me preocupa más que eso: cómo hacemos para retener el ahorro de los argentinos. Aldo Ferrer siempre decía: Argentina va a ser un país desarrollado cuando para un argentino no haya un lugar mejor donde invertir que en Argentina. Hoy somos un país que generamos riqueza, pero no logramos retenerla. Para eso tenemos que crear más espacios de rentabilidad para el ahorro, a partir de los sectores clave que mencionamos. Antes que entusiasmar a los BlackRock de este mundo tenemos que entusiasmar a nuestros compatriotas.

P.: ¿Cuál es su estimación de las exportaciones para este año?

J.I.M.: Si las cosas siguen como vienen, las exportaciones se van a mantener en el nivel alto que tuvieron en 2021, en el orden de los u$s85.000 millones. Pero con esta foto difícilmente podamos sortear la restricción externa en el futuro. Una vez que se cierre el acuerdo con el FMI tenemos que avanzar con fuerza con políticas públicas que liberen e impulsen toda la energía productiva del país: la ley de Agroindustria que pronto va a tratar el Congreso, la minería, la energía en el marco de la transición, el turismo, la electro movilidad. Ese camino nos va a permitir cambiar esta foto por una película de desarrollo sostenible para el país.

 

 

* Para www.ambito.com

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