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Para mii amigo Oli, el que escribe versos floridos con su zurda mágica que danza y fluye

PARA LEER EN PANTUFLAS 24/10/2021 José Ademan RODRÍGUEZ
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multimedia.normal.a8699c66e8c7dc19.6164656d616e5f6e6f726d616c2e6a7067 Por José Ademan RODRÍGUEZ

''Nacido en la capital de los Alpes franceses, mi amigo Oli es más español que el toro de Osborne. El hizo el camino contrario al de su abuelo y de su padre y se vino para Barcelona. Aquí se encontró con el club de fútbol nuestro, los Diablos Blaus... todo parecía escrito. Duende lo fichó, como siempre lo había hecho desde que fundó el club, para seguir adornando las filas del equipo, como con Santamaría, Macchielo y otros valores que venían a probar suerte o estar activos antes de irse para otro club o simplemente para disfrutar del fútbol como juego... El Oli escribe versos floridos sobre la aridez del renglón táctico con su zurda mágica que danza y fluye como un vals en medio de centuriones romanos. Simple como una caricia dibuja parábolas capaces de deslizarse sobre el cuello del cisne, simple como su rostro, con sonrisa eterna, como para seducir a una pelota, así es su fútbol, con olor a huerta... a huerta aromática como las de Grenoble...El disfruta de la vida, del mar, del sol, de la tierra, y sobre todo de las personas que encuentra en su camino. Y da. Sin esperar nada a cambio. En el campo de fútbol como fuera, da pases y asistencias de gol... y hasta te puede salvar la vida.

Y nos dio esta entrevista que hizo a Augusto Torres, El Duende, y que tengo el inmenso placer de compartir hoy con ustedes. 
Que la disfruten.''

De Augusto Torres se sabe que es de Salta, que fue integrante del famoso conjunto de folclore argentino ‘’Los Nombradores‘’ (especialistas dicen que no fueron superado por nadie por las particularidades en la mezcla de voces). Se sabe que fue gran amigo de Daniel Toro y Jorge Cafrune.

Que después de esta brillante época con el grupo, decidió largarse como solista y se vino a España donde fue rebautizado como ‘’Duende’’. En Andalucía dicen que un artista “tiene duende” cuando sobrepasa la simple técnica de su arte y toca con los dedos la Verdad artística. García Lorca decía que los grandes artistas flamencos saben que ninguna emoción es posible sin la llegada del duende.

 

Pero queda mucho misterio sobre la vida de Duende.

Como Jesucristo nació en un pesebre, Pelé en un grano de café y Maradona en una villa miseria, Duende nació con la barba puesta en el cuenco de una hoja de penca bañada por un musgo (líquido amniótico). Es hijo de los armoniosos diálogos entre la Luna y el Mar.

 

Durante su infancia se nutrió de los jugos de la naturaleza, fue llevado por la lluvia, los vientos y unas tremendas ganas de marcar goles.

 

Es en su casa de la Avenida de Madrid (Barcelona) que me recibe Duende, el cantor y fundador del club Diablos Blaus. Me ofrece una cerveza y saca una bandeja de empanadas salteñas, las auténticas. Le había propuesto hacer una especie de entrevista para el recuerdo… aceptó encantado hablar sobre su recorrido fuera de la música; una entrevista llena de sencillez, recuerdos, honestidad… y mucho duende!

 

Durante la charla, noté unos fenómenos extraños. El comportamiento de Duende era a veces raro... digno de un ser eterno, inmortal, una mezcla de presencia y ausencia. A través de sus respuestas empecé a dudar de su corporización. Porque en todos estos años, la verdad es que él no acudía a los asados después del fútbol ni a las celebraciones. Cierta vez, le preguntamos “Che, hace tres sábados que nos venís ¿dónde te fuiste Duende?” Y él respondió con un sonido rino-laringo-sinusal ininteligible: “Yo no me voy hermano, vuelvo! Siempre vuelvo”…

 

En otro momento me dijo, como si tirará claves secretas que la luna le visitaba el tercer sábado de cada tres meses... (¿hace falta recordarles la importancia del número 33 en la simbología de la liturgia católica; se cree que fue la edad de Cristo, el 33 grado de la masonería, los 33 orientales del Uruguay, y 33 invertido da igualmente 33! Número capicúa).

 

Y ya me vinieron a la cabeza frases que había escuchado en el vestuario, comentarios a lo bajini… ¿Y si era verdad? ¿Es Duende el último representante de una estirpe de semi-Dioses o súper-seres, poseedor de una sabiduría milenaria que se remonta a los tiempos de oro de la Atlántida. Puede ser que sencillamente se aburrió de vivir con los dioses en el Olimpo y quiso bajar a la tierra a jugar al fútbol en el Olimpia de Barcelona. Cabeza alta, camina por el mundo con un balón debajo del brazo. Porque él nunca se arrodilló; así levanta las rodillas para calentar antes de los partidos. El revés de la genuflexión... y al revés de muchos integrantes de los diablos blaus, cultores de la inversa socrática: ni siquiera saben, que no saben nada.

 

Estaba a punto de meterme en su mundo y conocer el lado más extraño del “ser original”, la cara oculta del Duende…

 

Yo había investigado sobre Duende. Medio en secreto. Había escuchado que su silueta fue vista a lo largo de la historia, desde tiempos inmemoriales, ningún libro oficial da prueba de ello pero numerosos testimonios tienden a probar su paso por los momentos más clave de la Historia. Los arqueólogos se obsesionaron con su edad a través del carbono 14, pero sigue un misterio como el santo grial, o el triángulo de la Bermudas. Pasó fugazmente por los siglos; algunos los presintieron en forma de parábolas y metáforas. Algunos escritores blogueros lo imaginaron montado en una Harley por el desierto de Arizona. Otros lo vieron huir de la lluvia de meteoritos que exterminaron a los dinosaurios.

Las versiones dadas, fueron siempre difusas, ambiguas, inconexas, contradictorias. Los filósofos más audaces dicen que es anterior a Cristo. Los chamanes de las tribus calchaquíes, afirmaron rotundamente que es

intemporal –y en consecuencia, ahistórico- los que intentaron elaborar razonamientos científicos, sólo esbozaron hipótesis y tesis, jamás llegaron a la demostración.

Existen datos recurrentes: varías culturas, hacen referencia a un flaco barbudo que anda con una guitarra al hombro, una cesta de empanadas en la mano y un fútbol como medio de transporte. Leyendas Tibetanas, dibujos Toltecos, cuentos chinos, escritos hallados en la antigua Fenicia o antiguas monedas con su efigie encontradas en Mesopotamia, prueban su paso por la historia. Desde 1971 está en Barcelona y habita con nosotros los sábados por la tarde. Así que nada mejor que preguntarle directamente.

 

Dice la leyenda que llegaste a Salta descolgándote del cometa Halley, o que fuiste amamantado por una guanaca, o que te nutrías lamiendo la sabia de las pencas… ¿Qué hay de verdad en todo esto?

La gente es muy pronta al chisme… siempre le ha gustado hablar al pedo.

 

Lo cierto es que Salta es un sitio muy peculiar y donde hay numerosos avistamientos de OVNIS…

Mira, un día me enviaron a Egipto, o a Kemet como decían antes, para participar en la formación de maestros locales. Fue una linda etapa de mi vida. Había muchas ganas de aprender, de saber, no como ahora, que parece que la gente se pelea para saber quién es el más bruto. Y durante un tiempo me pareció que podría volver la gran época…

 

¿A qué época te refieres??

Claro, ¡si ahora a ustedes no les enseñan nada en la escuela! Te hablo de cuando era todo unidad, amor, inmortalidad… y buen fútbol.

 

¿..?

Sí, cuando realmente había calidad y jugadores técnicos, era antes de las grandes catástrofes. Entonces sí que se veía buen fútbol. Ya sé que siempre los más veteranos dirán que “antes habían jugadores más técnicos” y los más jóvenes contestarán “que el fútbol de antes era más lento, que ahora va todo más rápido” y eso de generación en generación! ¿Fútbol moderno? fútbol de antes? Pero a qué época nos referimos? El fútbol de la década del 1940 era malo, demasiado rápido, para los de la década del ‘30 y del fútbol de los años 1970 de holandeses y alemanes, se decía que era una revolución, que era fútbol total, que antes era un juego de niños… Yo vi mucho fútbol hermano y esas tonterías de bar me hacen reír, son las mismas charlas que ya existían en cualquier taberna de los puertos mediterráneos hace tres mil años. He visto cada nene, cada jugador de fútbol desde que era chico! Y me acuerdo bien. ¡Es una pena que no queden filmaciones! Pero te digo que los jugadores eran unos fenómenos!

Luego todo se fue para el carajo y hubo que empezar de la nada. ¡Si todo estaba inventado! O te crees que el fútbol lo inventaron los ingleses!??

 

Así que en el antiguo Egipto había buen fútbol…

Un día, vi una jugada impresionante. Me acuerdo que era una cancha de tierra, sin tribunas pero llena de negros, parados, viendo el partido. Me llamó la atención la cantidad de sacerdotes y gente de la nobleza que había. Y los jugadores iban en pata, unos llevaban unas túnicas beige muy finitas, otros llevaban un collar de tela, muy ancho, con tiritas verdes, blancas y rojas. Bueno, había un moreno de ellos, que era muy parecido a Drogba, los mismos rasgos te juro, con el pelo liso. Arrancó desde su campo, hizo pasar la pelota por encima de dos tipos que le entraban y la recuperó del otro lado; aceleró sobre unos diez metros, tiró un par de túneles, piso la pelota y se paró delante de un defensa. Se inmovilizó y al estilo de Messi, hizo un amague y arrancó de tal manera que el otro se cayó de culo! Le entraron más defensas, entonces hizo un toque izquierda-derecha, sabes? como hace Iniesta, y se metió en el área. Le agarraban, le empujaban y el tipo hizo una ruleta a lo Zidane y regateó al último y justo cuando salía el arquero, la toco con la puntita del pie y el balón se fue al palo. El tipo no marcó aquel día. Pero qué jugadón se mandó! Luego me enteré que era centro-forward del Adzhiubzha, en Abkhazia, lo que hoy es Georgia, y que en aquel entonces era una colonia de Egipto. Muchas familias se habían ido a vivir allá cerca del Mar Negro. Paso un poco como en Argentina, que hace unos dos cientos años había muchos negros y por varias razones hoy en día casi no quedan. Bueno, pues este tipo era sobrino del Faraón. Aquel día estaba de vacaciones y había venido a visitar a sus padres. ¡Fíjate vos!

 

¿Es verdad que organizaste un picado con Jesús Cristo y sus apóstoles, que hicieron un rombo con el rey Sargón y sus súbditos y que conociste al gran Aníbal??

(Risas) Mira, me junté con la expedición de Aníbal a la altura del Ródano, antes de que lo cruzaran. Me encontraba en Marsella dónde trabajaba como ojeador para un griego, Aristoboulos, un tipo adinerado y medio puto que quería montar un equipo competitivo. Pero había muchos buitres por el puerto y además yo había sido contactado por un emisario de los Barca para que me alistara con ellos. Preveían una larga campaña y querían jugar amistosos contra muchos pueblos y organizar torneos internos. Piensa que arrancaron de la costa levantina con más de 50.000 mil soldados, la gran mayoría de los cuales mercenarios y locos de fútbol. Había brutios, númidas, sardos, árabes, partos, garamantas, nasamones, gatúlicos, paflagonios y gente de Cefalonia. Hasta hemos tenido una docena de augíleros, no me preguntes cómo habían venido a para allí; simplemente aparecieron. Me acuerdo de un libio que la rompía. Pero había un ínsubro llamado Ducarrio que era mejor aún.

 

¡Qué entretenido, no!?

Sí, pero cuando llegamos a los Alpes, ya era otoño creo, y se acabó el fútbol. Yo ayudaba en lo que podía, le cantaba a Aníbal y a los otros capos púnicos, Asdrúbal el Cano, Magón, Himilcón o Canalón. Hacía cantidades astronómicas de empanadas con lo que teníamos a mano. ¡Cómo les gustaban las empanadas a Byryqt y a Abdeshmún! También empecé a susurrarles a las enormes orejas de los elefantes para quitarles el miedo a la nieve y a la altura; piensa que teníamos que pasar por senderos muy estrechos y helados, bajo la nieve y el viento que cortaba. Luego, ya en el valle del Po, aproveché que enviaban un destacamento al mar Ligur y me largué a bordo de un barco pentera.

 

Tendrás muchos recuerdos y anécdotas de este viaje…

Para mí es uno de los momentos más importantes de la historia moderna. Mira que si Aníbal hubiera vencido a Roma, el mundo en el que vivimos sería muy diferente! Por ejemplo, el idioma dominante sería uno semítico. Nada de castellano, catalán, francés, inglés… Y parate un momento en pensar en todo lo que hubiera cambiado….

 

También se dice que le echaste unos buenos polvos cósmicos a la Cleopatra

No quiero entrar en lo personal, ya te estás desubicando hermano…

 

Pues cuenta un poco las partes del mundo que conociste gracias al fútbol…

En la tierra, estuve en lo que hoy llamamos la India pero por trabajo, cantaba con un grupo y por ahí me sacaba unos mangos importando o exportando productos.

 

El famoso lado comerciante del Duende…

En la costa de Sudan, se obtenía caparazón de tortuga y marfil de calidad que se podía importar a la India, también piedras preciosas, plantas aromáticas y resinas, como el cinamono y el incienso.

 

¿Qué piensas de la gente que habla con las plantas?

Yo soy de la multibiología. Pertenezco a varios mundos o me muevo en diferentes dimensiones si prefieres. En el fútbol siempre busqué los espacios infinitos y giro en relación al eje de rotación de la tierra. Es algo vibracional, me entiendes? Entonces puedo ser más como la corteza de los árboles o más como la corteza terrestre. Más vegetal o más roca. Depende de la época. En la edad de piedra por ejemplo, inventé la piedra a la pizza. Bueno, yo soy parecido a los camaleones. A veces soy el viento y otra, la espuma del mar. Para volver a tu pregunta, sólo te diré que hablarles a las plantas es muy saludable.

 

Volvamos al tema de la India…

Más bien de las Indias. El territorio se dividía en miles de estados independientes pero con mucha circulación de mercancía, muchos intercambios. Lo de la India como nación es invento de los invasores.

 

¿También anduviste por Medio-Oriente?

Como iba y venía entre las Indias y el cuerno de África, crucé el Mar Rojo. Tras la costa desértica hay una islitas y la vieja ciudad de Rhapta del distrito himyarita de Mafaritis, en el suroeste de la península árabe.

 

¿Qué hacías por allí??

Como te dije recién, exportaba plantas, pero también pieles de lorinos, cuernos de rinoceronte que son afrodisíacos, huevos de gaviales, jugadores de fútbol… y hacía pelotas de fútbol a mano.

 

¿No serás el primer agente de futbolistas?

Nunca cobré un peso por traer un jugador. Como tenía un buena red de contactos, la ponía al servicio de los jugadores, pero tenían que ser buenos y aún más como personas.

Mucho años más tarde volví a la zona, porqué me interesó el movimiento que lanzó Mahoma y me fui a La Meca, a Medina. Fui unos de sus consejeros y su cocinero personal. Luego, con los quilombos, los cambios de dinastías, me rajé para el África, para el Magreb y Al-Ándalus donde empezaba un auge cultural. Muchas noches de poesía, música y vagancia pero poco fútbol.

 

¿Perdiste tono físico, no?

No porque me iba mucho a Medio-Oriente, a Bagdad. Había facilidades para moverse en aquel entonces, no hacía falta pasaporte o tener papeles! Allí sí que había ligas importantes y muy competitivas. ¡Eran bravos los árabes! Hoy todavía se habla de Estudiantes de la Plata de Zubeldía con Bilardo, Aguirre Suarez o Pachamé pero los hashashins de Hasan Sabah, del club de Al-da’wa al-Jabdid, como decían ellos, eran unos asesinos! Daban miedo de verdad. No sabes cómo pegaban esos turcos! Se llamaban a sí mismos fedayins, que significa algo como los que se sacrifican en la cancha. Vestían de blanco, con una franja roja, igual que River y jugaban en el estadio del Alamut, que era un verdadero fortín! A esa cancha le decían “el Nido de Águilas”. Los de Bagdad, que tenían un equipazo, nunca pudieron ganarles. Es más, recibían cada paliza! Recién como dos cientos años más tarde, les ganaron los mongoles del Gran Janato o del Janato de la Horda de Oro, no recuerdo bien. Fue en un partido de copa inter-asiática y los hicieron bosta. Ahí desapareció el equipo.

 

¿Jugaban al fútbol los mongoles?! Los mismos mongoles de Gengis Khan??

Claro. Tenían lindas canchas en las estepas. Puro pasto. Eran más del Polo, pero algún que otro cuadro tenían. Mira ahora en la Champions, todavía juega el Rubin Kazán. Me dijeron que eran bastante quilomberos. No sé, no llegué a enfrentarme a ellos. Y eso que jugué en muchas ligas y equipos de todo el globo.

 

¿Llegaste a jugar en Norte América?

Sí, al volver de China, me apunté en una liga beringiana y de ahí pasé al norte canadiense.

 

¿También tenían un once los esquimales?! No me jodas!

Los inuits. Es más, había un campeonato con trece equipos, pero el título siempre se decidía entre el Nunavik y el Nunavut. A la sexta fecha me fui. Hacía mucho frío hermano! Se me congelaba la barba. Pero me sirvió como preparación física. Imagínate, entrenar y jugar en la nieve, comer pescado, levantar bloques de hielo… nooo, agarré un estado bárbaro.

 

Y ¿adónde fuiste a parar?

Estuve por la región de los grandes lagos viviendo con indios siux.

 

¿Tenían sus campeonatos también?

No, no jugaban partidos, no podían entender lo de competir o de marcar goles. No les entraba en la cabeza. Pero eran muy hábiles. Los Iakotas, por ejemplo, hacían el juego de no hacer caer la bola de cuero. Se la iban pasando con la cabeza, la rodilla, el empeine, de tacón y así pasaban horas, reconcentrados; serios pero divirtiéndose, como los niños; igual que cuando hacían su ritual de la danza fantasma. El mejor y el más juguetón era Tatanka-Lyotanka, jefe y hechicero de la tribu, que los yankis llamaban Sitting Bull.

 

Impresionante…

Mucho antes también había estado en una liga de lo que ahora es México. Participamos dos veces a la copa Mesoamérica (como la Champions o la Libertadores de la época) Teníamos un buen equipo, todos eran muy rápidos. Me hacen reír cuando hablan de la velocidad del fútbol actual… Sabés cómo presionaban esos

culiaus!? Tomábamos mucha agua de cactus para hidratarnos y comíamos platos a base de maíz. Salimos campeones y yo mejor goleador en tres torneos consecutivos. Mi equipo era uno de los catorce o quince equipos que había en Teotihuacan. Era muy querido por los hinchas. Fue cuando tuve un romance con la hija de un cacique y me tuve que casar y participar en rituales en Monte Albán, yendo para la costa del Pacífico.

 

¿La ciudad azteca?

Sí. Significa “lugar donde los hombres se convierten en dioses”. Fueron lindos momentos.

Más tarde estuve por el litoral peruano donde jugué en la Liga Chimú, en Farfán, en Manchán y en Chan-Chan. Más tarde, cuando llegaron los españoles, quisimos enseñarles a jugar para medirnos a ellos pero no había manera, ¡eran de madera! Lo único que les gustaba era comer y chupar. Se ponían en pedo, gritaban y se ponían violentos. Pero les gustaba mis empanadas y les enseñé como prepararlas. Algo aprendieron.

 

¿La empanadilla gallega viene de ti?

(silencio) …

 

Nunca había hablado con alguien que sabía tanto de fútbol!

Nadie sabe de fútbol! Si alguien supiera ganaría la quiniela deportiva cada semana!

 

Bueno, pero tu podrías dar buenos consejos ¿no?

Bah, no hace falta leer los diarios deportivos ni nada del estilo, y menos preguntarle su opinión a los ex jugadores. Nada más que el horóscopo! Todo está en los astros, los signos, que realmente eran 13, y no 12! Allí está la verdad de los misterios de la historia; pero nadie puede predecir nada, igual que en el fútbol nadie puede conocer los resultados de antemano.

 

Y ¿cómo sabes estas cosas?

No puedo revelar estos secretos.

 

Para ti ¿qué es la Tierra?

Mira Oli, para mí que la Tierra es como una pelotita de fútbol, un pedacito de materia que gira alrededor de sol. Una cagadita de estrella. Te lo digo yo, humildemente, que recorrí los suburbios de la vía láctea y los miles de millones de galaxias que andan por el universo, hermanito. Y es más, los infinitos universos que andan por allí, cagándose de risa de la ciencia de los hombres. ¿He contestado a tu pregunta?

 

¿Tienes relaciones carnales?

¿Sabes de algún Dios que coja??

 

Yo, ya me estoy perdiendo, volvamos a lo terrenal…

Grandes tipos pisaron la Tierra.

 

¿Puedes dar nombres?

Sería muy largo y no conocerías ni a la cuarta parte. Recientemente, le tenía mucho cariño a

Yaser Arafat. Me acuerdo de un día en que compartíamos empanadas árabes, debía correr el año 1958 o 59 por ahí. Éramos tres, con Al Wazir, con quien hacía poco habían creado el HATAF y como a nosotros los argentinos, nos gustaba hablar al vesre, lo cambiaron por el FATAH, que vendría a ser el movimiento de liberación de Palestina. Otra día, en El Cairo, yo recién acababa de terminar de cantar, y estaba con una mina preciosa cuando entró Yaser en el camerino con cara muy seria. Lo vi muy preocupado, y me dijo “flaco, necesito tu bendición”. ¡Mira vos! Luego me enteré de que el Mossad lo quería hacer cagar.

 

Que fuerte…

Y muchos otros, anónimos, o fantasmas, como aquel músico que se creía un genio. Había escrito una canción y me decía que iba a tratar de llevarla a la calle (como diciendo para la fama), y no pasaba nada con su canción. Y yo le decía “Y la canción esa, ¿qué? ¿Se rompió la piernas bajando la escalera?”. O aquel otro que decía que era tan bueno, que a su guitarra la hacía hablar, y cuando lo escuché tocar, le dije, “¿Oíste? La guitarra?! Recién dijo, “Meteme de vuelta en la funda, la puta que te parió!”.

 

El Duende se puso a reír, una risita seca y breve. Sin apenas mover la boca. Luego, se saco una pequeña esfera del bolsillo. Se paró, solemne, con esa pelotita en las manos. Silencioso, se quería despedir. Miraba la pelotita fijamente, y entramos a sospechar que se trataba del ‘’aleph’’ (en la obra de Borges, se trata de una bolita que contiene todo el universo, todo lo que sucedió y todo lo que está por venir).

 

¿Cantas en El Quilombo esta noche?

Y sí, tendré este minutito para cerrar los ojos y darle voz y color a la nada. Que para mí es el todo.

 

Y se fue. Pero, volverás, volverás, como cantaban ‘’Los Nombradores’’.

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