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Dólar volátil y alta inflación: ¿a cuál de las últimas crisis se parece la que se viene gestando con este Gobierno?

ECONOMÍA 03/10/2021 Carlos Arbía*
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La suba que muestran en los últimos días los dólares alternativos y en particular el dólar SENEBI ponen en evidencia que la situación cambiaria podría descontrolarse más de aquí hasta las elecciones del 14 de noviembre.

En ese aspecto hay que destacar el reciente editorial de Financial Times que advierte en uno de sus párrafos la posibilidad de una nueva crisis económica en la Argentina. "El Gobierno debería actuar rápidamente para restaurar la confianza de las empresas, reducir la intervención en la economía, recortar el gasto público y alcanzar un acuerdo con el FMI. Si no lo hace, se avecina una crisis económica, seguida de una victoria de la oposición en las próximas elecciones presidenciales" concluye.

Por lo general, la mayoría de las crisis argentinas desde la llegada de la democracia hasta ahora muestran que más allá de los desequilibrios macroeconómicos el primer transmisor es el mercado cambiario. Los actuales dólares alternativos en torno a 175 y 185 pesos con una brecha cambiaria superior al 80 por ciento sobre el dólar oficial de unos 100 pesos son los clásicos tipos de cambio de una macroeconomía muy inestable, pero por ahora no hiperinflacionaria.

"Estos valores son equivalentes (traídos a pesos de hoy) a por ejemplo: el dólar paralelo de la transición previa a la asunción de Raúl Alfonsín entre finales de 1982 y 1983; el dólar paralelo pre Plan Austral o son apenas un poco más altos que el dólar del peor momento del gobierno de Duhalde en 2002", detalla un reciente informe de la consultora MS.

El trabajo explica que un dólar alternativo entre 175 y 185 pesos no son valores de dólares extremos, de hiperinflación de 1989, de Guerra de Malvinas. Ese tipo de dólar sí era el de casi 200 pesos de octubre del año pasado. El actual puede tener todavía algún recorrido alcista adicional por la incertidumbre electoral, desacoples macro fiscales y monetarios, interrogantes respecto al futuro de la deuda con el FMI, etc.

No es en términos reales un dólar tan caro como el pico de 200 pesos de hace unos meses atrás. Para una equivalencia con ese pico, el de hoy tendría que andar por 230 o 240 pesos. Por lo tanto, no se puede descartar un dólar cercano a esos valores para fin de año.

¿A qué tipo de crisis se parece la actual?

Para comenzar a analizar qué tipo de crisis podría tener en el futuro la Argentina podemos observar que lo más parecido a este 2021 es el llamado "Kicillofismo Dogmatico 2014-2015" con Axel Kicillof como ministro de Economía. Esta situación no se asemeja ni a la Crisis del Macrismo del 2019 ni al fin de la convertibilidad del 2001; tampoco al Plan Primavera del 1988. En ese último periodo de 2014 a fines de 2015 había una diferencia del 80 por ciento entre el dólar oficial de 9,50 pesos y el dólar paralelo de 15 pesos, un déficit fiscal elevado y una deuda en default con los bonistas privados.

En ese entonces, había un oficialismo muy unido golpeado porque en el 2013 había perdido las elecciones legislativas en provincia de Buenos Aires a manos del Frente Renovador de Sergio Massa, que impidió la re reelección de Cristina Kirchner. Hoy se observa un oficialismo mucho más frágil que en aquel entonces pero que trata ganar musculo político con la incorporación de gobernadores al Gobierno nacional, como el Jefe de Gabinete Juan Manzur y con intendentes que se suman a la gestión en provincia de Buenos Aires, como el Jefe de Gabinete Martin Insaurralde.

En términos económicos la inflación del 50% es el doble del 25% anual del 2013 y 2014; el BCRA tiene mucho menos reservas internacionales netas y muchos más pasivos en pesos entre pases y Leliq que hoy superan los 45.000 millones de dólares. Frente a una posible derrota electoral del Frente de Todos en noviembre no se sabe hacia dónde ira la Argentina.

La idea y objetivo oficial coyuntural de "poner más platita en los bolsillos de la gente" está en el centro de la escena y puede funcionar como una especie de boomerang para el Gobierno. "Poner plata en la calle y que por un tiempito se sienta en el bolsillo y el mostrador, requiere que la emisión de pesos crezca más rápido que la inflación. Esto implica que crezca el poder de compra de los pesos que andan dando vuelta. En algún momento no lejano, la cosa se da vuelta. Esto ya paso hace poco tiempo con la cuarentena donde por unos meses el BCRA emitió mucho y la inflación no subió, pero después pasó lo contrario".

"Mientras persista este escenario, está la chance de que la política económica se acomode cerca de algún tipo de acuerdo con el FMI. Pero acordar y firmar no son sinónimos de cumplir las metas: por lo tanto, cada auditoría trimestral del Fondo sería un parto. El fin último político y económico sería durar para llegar al final del mandato por una simple cuestión de supervivencia" explica a IProfesional el economista Marcelo Elizondo.

Podemos plantear entonces que este 2021 tiene muchos parecidos con el escenario post Paso del 2019 donde gran parte de las reservas del BCRA se evaporaron, pero hay dos elementos determinantes que no estaban en el 2019: la pandemia y la cuarentena.

Entre los aspectos en común se pueden señalar: el nivel de actividad rebotando estadísticamente tras el -10% de 2020 pero sin recuperar todo lo perdido y en un bajísimo nivel (4% abajo del recesivo 2019 y 8% abajo del estancamiento de 2015 y 2017); la inflación en la zona del 3% mensual (viniendo de varios meses al 4%) y viajando al 50% anual; el salario real privado formal 3% inferior al de por sí golpeadísimo 2019 y el informal y el del sector público más abajo todavía (aun considerando los reajustes nominales que se están produciendo; la pobreza en 45%. Hoy se observa una economía desfavorable para el oficialismo, aunque se intentan mejoras de último momento.

En términos macroeconómicos la única salida a la pandemia que tuvo la Argentina fue una megaemisión monetaria del año pasado y ayuda del Estado a distintos sectores sociales y económicos. A esto hay que sumarle los impactos electorales negativos propios de la pandemia relacionados con contagios, fallecimientos, malestar, escasez de vacunas, falta de transparencia.

La situación no está todavía para una transición traumática terminal a la 1987 o 2001. Hay problemas de gobernabilidad que quedaron en evidencia luego de las elecciones del 12 de septiembre con un oficialismo golpeado. Pero económicamente, aunque la macro está complicada, los riesgos son hasta acá más acotados que en 1988-1989 y 2001.

El texto de Financial Times, que lleva por título "Argentina se arriesga a repetir sus problemas económicos" (Argentina could repeat its economic woes) toma la forma de una advertencia respecto del rumbo económico que el Gobierno argentino está profundizando. Y predice que el país sufrirá una nueva crisis económica seguida de una derrota electoral del oficialismo en 2023, si el presidente no tuerce el rumbo. Por ahora el final está abierto.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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