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Confidencial: el mal momento de la oposición, que tambalea hasta por los errores del Presidente

POLÍTICA 20/08/2021 S.R.*
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Ordenar las piezas del rompecabezas opositor es realmente una tarea engorrosa. No solo porque son demasiadas vertientes que varían sus alianzas unas con otras, también de una día para otro, sino porque hasta los errores cometidos por el oficialismo, causan controversias internas. En este caso, la forma de aprovechar el error no forzado del presidente Alberto Fernández en el cumpleaños de su pareja Fabiola Yáñez, fue también ocasión para enfrentamientos diversos.

Quienes pidieron el juicio político al presidente y lo impulsaron en el Congreso, como una jugada política para darle perdurabilidad al conflicto, fueron Cristian Ritondo y Mario Negri, es decir, el PRO y la UCR. Pero la armonía se rompió rápido. Primero cuando Horacio Rodríguez Larreta fue descubierto declarando que él no promovió el juicio y que solo indicó que se trataba de un mal comportamiento del presidente.

Hacia adentro del PRO, sus declaraciones cayeron realmente mal, especialmente claro, en el propio Ritondo, hombre de estrecha cercanía con la primera candidata de la lista que impulsó Larreta: María Eugenia Vidal. Pero en el "amarillismo" hay cierta costumbre adquirida de la "deglución de sapos". Los que no quedaron muy contentos son los radicales, especialmente su presidente Alfredo Cornejo, que es quien viene llevando la voz de la rebeldía en los últimos tiempos.

El mendocino se indignó, una vez más con el jefe de gobierno, y le exigió en público y en privado "coherencia". Sin embargo, el sentido que le dan a esa palabra en el Palacio Imperial de Uspallata, es "permiso". "Acá nadie llamó para preguntar si avanzaban con el juicio político ni consensuaron la estrategia, tienen que aprender a preguntar, si quieren que Horacio acompañe", dice uno de los laderos del líder del PRO, que sabe que está pasando un mensaje.

Para terminar de darle ardor al conflicto apareció Lilita Carrió. Para quien vio "El Padrino", es algo así como la Luca Brasi de Larreta. Después de hacerse acreedora de, al menos, cuatro lugares en las listas de Juntos, todos ellos con la certeza de alcanzar una banca, y otros lugares más con posibilidades también y todo ello sin ningún capital electoral, Elisa ejerce algo así como "el sicariato" del PRO. Ahora Lilita disparó directo contra quienes impulsaron el juicio político, siguiendo el juego de su nuevo jefe: "Yo no soy golpista" disparó, colocando en el lugar de golpistas a los radicales. Hizo impacto.

Las cosas con la UCR van de mal en peor y encima apareció Mauricio Macri para complicarlo todo en Córdoba. Salió a respaldar la lista de su candidato Gustavo Santos en perjuicio de la de Martín Lousteau, que encabeza Rodrigo De Loredo y la cosa estalló por donde menos se esperaba: Patricia Bullrich. La ex ministra de Seguridad fue abandonada por Macri en su negociación con Larreta, cuando la "Piba" todavía bramaba que "yo no me bajo". Y ahora empezó a hacer de las suyas, promueve a Luis Juez en Córdoba, el candidato a senador en la boleta de De Loredo.

¿Se entendió? Macri está enfrentado con Larreta, porque lo alejó de la mesa de las decisiones, pero coinciden en mantener el control de la UCR tradicional en Córdoba. Bullrich a su vez, que era la única que impulsaba al liderazgo de Macri antes que este quedara varado en Zurich, fue traicionada por el propio Macri y entonces ahora se dedica a apoyar a los candidatos que no quieren el ex presidente o el jefe de Gobierno.

A su vez, todos los candidatos en Córdoba son radicales, pero no del mismo palo: unos responden a Larreta y otros a Lousteau, que al mismo tiempo mantienen entre ellos una alianza en la Ciudad de Buenos Aires, que concluiría en que, cuando el actual jefe de Gobierno vaya por la presidencia, el economista la suceda con su beneplácito, eso sin considerar que Larreta le prometió lo mismo a María Eugenia Vidal.

Volviendo al affaire de las fotos de la primera dama en su cumpleaños número 39, el juego de chicanas es variado y las promesas de futuros desafíos, múltiples. Una altísima fuente de la conducción nacional de la UCR dijo a iProfesional que "este pelado no tiene idea como funciona esto y nos está llevando a un límite de muy compleja convivencia, algo que no nos pasó en este nivel, ni con Macri", dice indignado.

"Macri nos ninguneaba, nos dejaba de lado en las decisiones, pero este tipo se nos mete adentro, nos quiere manipular, cree que esto es el PRO y esto es un partido en serio, con historia y ciertos códigos, ni los liderazgos más fuertes de nuestra historia fueron reinados, acá se debate no se impone", explica el experimentado hombre de boina blanca.

No va a ser fácil sojuzgar al radicalismo, está como nunca, en pie de guerra, y los referentes saben que hay que "trabajar la interna" para llegar bien parados a la presidencial. "El PRO no tiene cultura de interna, nosotros sí, je", dice un cacique que suele salirse con la suya de la UCR del interior. La batalla recién empieza, pero es complejo prever, como este conglomerado de intereses cruzados, puede llegar al 2023.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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