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La Universidad de Córdoba estrena la supercomputadora más potente del país: ¿cómo es y para qué se usará?

TECNOLOGÍA 04/08/2021 Gabriel PÉREZ
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A partir de hoy a las 11, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) pondrá en marcha la supercomputadora más potente del país. Llamada “Serafín”, la máquina permite 156 billones de operaciones con números decimales por segundo; una capacidad equivalente a la de 300 computadoras de escritorio, pero interconectadas entre sí.

La inauguración marcará un hito para el sistema universitario argentino. El portento de casi 800 kilos ya está instalado y se utilizará para proyectos de una variedad enorme de disciplinas: astronomía, química, biotecnología, ciencias sociales, estadística, física, ingeniería, entre otras.


“Serafín” le debe su nombre al personaje de Inodoro Pereyra. Los otros clusters que dispone la UNC en su Centro de Cómputo de Alto Desempeño (CCAD) también habían sido bautizados inspirados en la historieta de Roberto Fontanarrosa: se llaman Mendieta, Mulatona y Eulogia. Pero ninguno tan potente como Serafín que alcanza una performance de 156 teraflops pico.


En el país solo hay una máquina más potente, pero no está disponible para la comunidad científica general. Es la que utiliza el Servicio Meteorológico Nacional para hacer simulaciones hora a hora sobre el pronóstico climático.

“El nuevo cluster está especialmente destinado para los grandes proyectos científicos. Hoy en día no se puede hacer ciencia en casi ningún campo si no se usan las supercomputadoras, son una herramienta fundamental. Por ejemplo, los físicos podrán hacer estructuras del universo, se podrán desarrollar catalizadores, baterías de litio, hasta facilitar el hallazgo de fármacos contra el Covid”, explicó a Infobae Oscar Reula, director del CCAD.

La universidad gastó 371 mil dólares en la máquina, que consolida una inversión de casi 2 millones de dólares desde que se fundó el centro de cómputo. Según explicó Reula, la supercomputadora se pondrá gratuitamente al servicio del mundo científico y empresario, y esperan una alta demanda: ya hay 60 grupos de investigadores dentro de la base de usuarios.


“Si bien Serafín representa un gran avance, en realidad Argentina nunca tuvo una supercomputadora real. Si se lo compara con el top 500 de máquinas del mundo, esto es chico. Necesitamos invertir 10 veces más para entrar en ese ranking. Argentina es el único país del G20 que nunca ingresó”, planteó el especialista.

En los países desarrollados, los clusters se renuevan cada cinco años. En Argentina se los suele reciclar, buscarles otras funcionalidades. En el caso puntual de Serafín será un puente hacia el desarrollo de un abanico amplísimo de disciplinas. Su consumo de energía máximo puede llegar a 30 kilowatts. Está compuesto por 15 chasis que albergan 60 nodos de cómputo dual y en total dispone de 3.840 núcleos de procesador.

Su composición le permite hacer una simulación tridimensional grande, que ocupa un caudal enorme de memoria. Permite la transferencia de un nodo a otro a una velocidad que hasta entonces el país no había alcanzado.

Sus numerosas aplicaciones

Una de sus aplicaciones más inmediatas será la de testear posibles fármacos contra el Covid-19. “Se toma un modelo de la espina de la proteína y a partir del banco de datos que reúne información de millones de moléculas se va observando la efectividad. Si simulás que dos moléculas se juntan, se pegan bien, eso quiere decir que no puede entrar en la célula y que el fármaco podría ser efectivo. Eso te lleva a iniciar el testeo en animales o humano, y te hace ahorrar mucho dinero y, sobre todo, tiempo”, explicó Reula.

A su vez, Serafín tiene potencial vinculado a la física de los materiales, a la astronomía y las ingenierías. Por ejemplo, permite el desarrollo de nanotecnología para energías alternativas, modelar el fuselaje de un avión, estudios sobre la corona solar, sobre las ondas gravitacionales, el desarrollo de biosensores y sistemas antimicrobianos para tratar enfermedades infecciosas.

La máquina también se podrá utilizar para las ciencias sociales, para disciplinas muy en boga en la actualidad como el big data o el aprendizaje automático. Del mismo modo, se aplicará para economía y finanzas, para la construcción y estimación de indicadores de desempeño.

Fuente: Infobae

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