Cordobesa varada en EEUU: tomó 10 aviones en cuatro días y le perdieron la medicación

Nieves Blasmey (33) viajó a principios de marzo a Nebraska (Estados Unidos) para reencontrarse con la familia norteamericana que la recibió en el 2005 al participar de un programa de intercambio. Tenía pensado quedarse cuatro meses, ya que puede trabajar remoto. 

"Todo iba bien", indicó en diálogo con Telenoche. Hasta que el Gobierno Nacional disminuyó el cupo de ingresos de argentinos al exterior y sus planes se frustraron completamente. Primero, se retrasaron dos vuelos por cuestiones climáticas. 

Era Chicago, Houston y Buenos Aires. Pero llegó a Houston tarde. Esperó la conexión y cuando estaba por subir al avión, se lo impidieron. La aerolínea le hizo una combinación a Bogotá, donde tuvo que esperar 14 horas como pasajero en tránsito. 

La otra empresa tampoco la dejó viajar. Justo habían recibido un comunicado de Argentina en el que informaban que solo 150 pasajeros podían subir a ese avión y descender en Ezeiza. 

Una odisea para llegar a Buenos Aires. Durante cuatro días tomó 10 aviones, hizo 11 escalas y aún no pudo regresar a su país: sigue varada en Estados Unidos. 

Pero eso no fue todo, porque le perdieron las valijas. "Fue un caos, aparecieron dos semanas después en Ezeiza, lo cual no puede ser porque yo no viajé", se quejó. Desde la compañía le dijeron que "eso no podía suceder porque las valijas no pueden salir del país sin el pasajero".

 
En su equipaje tenía la medicación que necesita tomar para que su enfermedad no empeore. Conseguir esos fármacos le representan mucho dinero. Además, tiene recuerdos de su madre fallecida: "Va más allá del valor monetario, hay mucho más de eso".

Completamente cansada de hacer reclamos y, en medio de la incertidumbre de no saber cuándo podrá volver, expresó angustiada: "Nadie tiene la culpa, pero yo tampoco la tengo".

"Vivimos en un país libre y nadie tiene derecho a quitarnos la libertad, ni de transitar, ni tampoco a elegir. Eso es lo que más me duele", cerró con sus ojos llenos de lágrimas.

Fuente: El Doce