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Belgrano y un triunfo histórico frente a Talleres en 1991

Belgrano logró en 1991 una inolvidable victoria en el clásico cordobés. Apenas unos meses después de su ascenso, le ganó 3-0 a un Talleres que en ese momento estaba invicto y peleaba la punta con River en el Apertura.

DEPORTES 05/11/2020 CARLOS VIACAVA
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Corría 1968. Se disputaba un partido por la Liga cordobesa. De un lado, Belgrano; del otro, Racing de Córdoba. La hinchada de los celestes les robó unas banderas a sus rivales, quienes, furiosos, empezaron a gritarles “¡piratas!”, tratando de utilizar esa palabra como un insulto. Pasó todo lo contrario: ese término se transformó en parte de la identidad del club del barrio Alberdi. Mucho tiempo después, en 1991, ese Pirata protagonizó uno de sus abordajes más recordados: le ganó 3-0 a Talleres en el clásico correspondiente a la 9ª fecha del torneo Apertura.

Llovía en La Docta. El estadio Chateau Carreras, el mismo que con su nombre hoy le rinde un merecido homenaje al Matador Mario Alberto Kempes, albergaba un clásico muy esperado. Hacía 12 años que los equipos más populares de la provincia no estaban cara  a cara. Sí, se habían medido varias veces en la liga local, pero en ese tiempo los albiazules no presentaban su equipo titular. Desde que la AFA había avalado, a través de la resolución 1.309 publicada el 15 de agosto de 1979 en su boletín número 682, la participación de Talleres en sus certámenes regulares, Córdoba se había quedado sin su tradicional duelo. Al menos en las condiciones que la rivalidad y la pasión merecían. Por eso razón, el partido del 22 de octubre de 1991 despertaba una expectativa inmensa.  

Las tribunas repletas. El celeste dominaba un sector; el azul y el blanco, otro. La tensión y los nervios también jugaban su partido. Talleres marchaba invicto y perseguía a River, el líder que le llevaba apenas dos puntos. Belgrano vivía una realidad muy diferente. Apenas tenía dos unidades más que los peores elencos del certamen, Racing y Quilmes. Pero la posición en la tabla importaba poco y nada. Estaba en juego nada más y nada menos que el honor de ambos protagonistas. Se medían por primera vez como miembros plenos de un torneo organizado por la AFA después de cuatro enfrentamientos en los viejos Nacionales saldados con tres empates y una apretada victoria de La T. Pero esos cotejos del ´74 y el ´75 pasaban casi inadvertidos. Todos pensaban en los 12 años que habían transcurrido desde la última vez con los dos elencos con sus mejores figuras.

La presión jugaba su partido. Más lucha que ideas claras. Las tribunas bramaban. Pasado el cuarto de hora inicial, el paraguayo Blas Romero avanzó por el costado izquierdo y lanzó un centro para que Gustavo Spallina, absolutamente solo en el área, depositara la pelota en el fondo del arco del uruguayo Adolfo Javier Zeoli.

Talleres intentó reaccionar. Probaron Horacio García y el paraguayo Juan Carlos Ruiz Díaz, pero se encontraron con buenas respuestas de Javier Sodero. El equipo visitante, dirigido técnicamente por Eduardo Luján Manera, tuvo una baja significativa cuando Osvaldo Coloccini chocó con Pedro Olalla y sufrió una lesión que lo obligó a dejar la cancha. Se fue en camilla, inconsciente. La retaguardia albiazul, que esa tarde no lucía demasiado segura, había perdido a uno de sus pilares.

Cuando volvieron del descanso, La T recibió otro golpe duro. En reemplazo del uruguayo Gustavo Dalto entró Marcelo Trobbiani, ese exquisito mediocampista surgido en Boca en la primera mitad de la década del ´70 que había sido figura del Estudiantes campeón de 1982 y 1983 a las órdenes de Carlos Bilardo y Manera y hasta había integrado el plantel de la Selección que hizo historia en México ´86. Duró dos minutos en la cancha. Una patada en los gemelos lo mandó a los vestuarios y dejó a su equipo en inferioridad numérica.

Belgrano no necesitó una actuación brillante para terminar de adueñarse del partido. Le bastó con un trabajo sobrio, ordenado y efectivo. Esos atributos resultaron inapelables. El equipo que comandaba Carlos Biasutto se distanció en el marcador cuando Daniel Primo, libre de marcas, sometió a Zeoli luego de recibir un centro de Romero desde la derecha.  Un rato después entró Roberto Monserrat en reemplazo de Heredia. En la primera pelota que tocó, el Diablo recibió de Spallina y con un fuerte remate estampó el 3-0.

Los del barrio Alberdi, que apenas unos meses antes habían dado el gran salto del Nacional B a la Primera División, disfrutaban su momento de gloria. Cuando el árbitro Juan Carlos Loustau marcó el final del encuentro, las tribunas pintadas de celeste estallaron en un alarido de alegría. Belgrano, el Pirata, había consumado el abordaje más feliz de su historia.

LA SINTESIS
Belgrano 3 - Talleres 0

Belgrano: Javier Sodero; Nelson Rosané, Marcelo Bonetto, Enrique Nieto, Germán Delpino; Víctor Hugo Heredia, Daniel Primo, Blas Romero, Norberto Fernández; Gustavo Spallina, Pedro Olalla. DT: Carlos Biasutto. 

Talleres: Adolfo Javier Zeoli; Osvaldo Pereyra, Daniel Kesman, Osvaldo Coloccini, Elvio Vázquez; Claudio Rivadero, Miguel Angel Ludueña, Adrián Fornero, Horacio García; Gustavo Dalto, Juan Carlos Ruiz Díaz. DT: Eduardo Luján Manera.

Incidencias

Primer tiempo: 17m gol de Spallina (B); 45m Carlos Ceferino Díaz por Coloccini (T). Segundo tiempo: Marcelo Trobbiani por Fornero (T); 2m Trobbiani (T) se retiró por lesión; 8m gol de Primo (B); 13m Roberto Monserrat por Heredia (B); 14m gol de Monserrat (B); 27m Julio César Gaona por Romero (B).

Cancha: Estadio Chateau Carreras (local Belgrano). Arbitro: Juan Carlos Loustau. Fecha: 22 de octubre de 1991.

Fuente: La Prensa

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