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Lorenzetti y sus aires monárquicos

Pretender controlar las manifestaciones en la ciudad de Rafaela, aunque estás sean desacertadas, es una muestra de su irracionalidad y personalidad autoritaria

OPINIÓN 02/10/2020 Carlos ZIMERMAN
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Los dos medios que en Rafaela responden a Lorenzetti, luego de el "bocinazo" que en forma expontánea le realizarán al juez, salieron casi a amedrentar a los ocupantes de los 10 autos locos que se osaron ir hasta la puerta de la casa del juez e interrumpir su quizá agitada siesta.

Diario Castellanos y el portal Rafaela Noticias actuaron casi como portavoz del juez y hasta  aventuraron que a los "desacatados" que se les ocurrió molestarlo a Su Señoría se les iba a aplicar el artículo 226 del Código Penal, una burrada grande como la mansión de Lorenzetti.

ARTICULO 226. - Serán reprimidos con prisión de cinco a quince años los que se alzaren en armas para cambiar la Constitución, deponer alguno de los poderes públicos del gobierno nacional, arrancarle alguna medida o concesión o impedir, aunque sea temporariamente, el libre ejercicio de sus facultades constitucionales o su formación o renovación en los términos y formas legales. Si el hecho descripto en el párrafo anterior fuese perpetrado con el fin de cambiar de modo permanente el sistema democrático de gobierno, suprimir la organización federal, eliminar la división de poderes, abrogar los derechos fundamentales de la persona humana o suprimir o menoscabar, aunque sea temporariamente, la independencia económica de la Nación, la pena será de ocho a veinticinco años de prisión. Cuando el hecho fuere perpetrado por personas que tuvieren estado, empleo o asimilación militar, el mínimo de las penas se incrementará en un tercio.

La poca capacidad intelectual de quienes manejan los mencionado medios hace dudar que alguno sepa interpretar el artículo 226, quizá estás personas puedan saber algún que otro artículo del Código Penal pero más por cuestiones empíricas que por sapiencia específica, por lo que no sería para nada raro que Marcelo Arias tenga razón y que sea el mismo Lorenzetti el autor intelectual de lo que fueron las amenazantes notas, algo que si fue así constituiría un serio delito por parte del juez, quizá uno más de lo que a lo largo de su permanencia en la Corte Suprema se le endilgó, muchos aún sin dilucidacióna decir verdad y otros desestimados.
 
  

Es evidente que a Lorenzetti las bocinas lo aturdieron, lo que no se sabe es si ese aturdimiento fue real o metafórico, pero que le dolió, le dolió.

Hay que ser muy cuidadosos con los escraches , ya lo manifamos en forma contundente y lo volvemos a repetir. Los escraches son una muestra de autoritarismo e intolerancia que debe ser desterrado. En Democracia las diferencia se solucionan con diálogo, no hay otro manera. Pero lo que se debe ser muy cuidadoso es en no coartar la libertad de que la gente se manifieste y se exprese, eso seguramente es tan grave como el escrache mismo. 

Lorenzetti tiene medios para manifestarse, para defenderse y rebatir opiniones, la gente no. Al ciudadano común solo le queda salir a la calle, hacer sonar sus cacerolas o sus bocinas, muy poco en comparación.

Lorenzetti, a través de sus medios, ya sea consciente o inconscientemente consiguió amedrentar a los que se quisieron manifestar, algo grave y hasta perverso.

Los que que fueron a tocar bocina fueron tratados como los peores delincuentes, quizá un espejo en donde se vieron reflejados los autoritarios.  

 

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